erectas como la Rhinia. Las primeras plantas provistas de madera
proliferaron en la Era Primaria inicialmente como hierbas y luego como
árboles cada vez más grandes, que formaron los enormes bosques del
Carbonífero, desaparecidos en la actualidad transformados en los
yacimientos de hulla. Estos yacimientos indican la existencia de inmensos
bosques pantanosos, constituidos por equisetos gigantes (de los que
actualmente solo quedan algunas especies), helechos con semilla y árboles
con óvulos primitivos que, surgiendo de los pantanos, formaban un extraño
paisaje vegetal. Helechos, equisetos y selaginelas (plantas con notoria
separación de sexos) pertenecen a tres grandes líneas vegetales que desde el
comienzo de la Era Primaria inicialmente como hierbas y luego como árboles
cada vez más grandes, que formaron los enormes bosques del Carbonífero,
desaparecidos en la actualidad transformados en los yacimientos de hulla.
Estos yacimientos indican la existencia de inmensos bosques pantanosos,
constituidos por equisetos gigantes (de los que actualmente solo quedan
algunas especies), helechos con semilla y árboles con óvulos primitivos que,
surgiendo de los pantanos, formaban un extraño paisaje vegetal. Helechos,
equisetos y selaginelas (plantas con notoria separación de sexos) pertenecen
a tres grandes líneas vegetales que desde el comienzo de la Era Primaria han
evolucionado paralelamente. Esa evolución concluyó con el desarrollo, hace
unos trescientos millones de años del óvulo, un nuevo órgano propio de las
plantas con semilla. La semilla es un óvulo fecundado, donde se desarrolla el
embrión, este permanece en un estado de vida latente; acumula reservas de
alimentos para reanudar su crecimiento en el momento de su germinación.
Las primeras plantas provistas de óvulos han desaparecido dejando como
rastro solo algunos fósiles. Únicamente el Ginkgo, árbol venerable, verdadero
fósil viviente, proporciona alguna idea de lo que fueron los primeros óvulos.
El Ginkgo es el más antiguo de los árboles; existen dos clases de individuos:
machos y hembras, reconocibles por su aspecto diferente. A pesar de su
característica de fósil viviente perdido en la evolución, Ginkgo biloba. es
capaz de adaptarse rápidamente al medio como lo demuestra en el ejemplo
de Hiroshima y Nagasaki mencionado en el texto central. Este árbol se
mantiene merced al cuidado de los seres humanos. En el lejano Oriente se lo
considera como sagrado y se lo cultiva alrededor de templos y pagodas, en
donde forman verdaderas reservas naturales, que conservan ejemplares muy