MAESTRÍA EN TERAPIA COGNITIVA -CONDUCTUAL DE LOS TRANSTORNOS PSICOLÓGICOS Y PSIQUIÁTRICOS
MODELO COGNITIVO-CONDUCTUAL El uso de procedimientos basados en el aprendizaje observacional dentro de la Terapia de la Conducta y se remonta formalmente a las tres últimas décadas. Diferentes autores tales como Rotter , Mowrer y principalmente Albert Bandura deben destacarse.
A diferencia del Condicionamiento Clásico e instrumental, en el aprendizaje observacional no se maneja el ambiente para provocar directamente una conducta en el sujeto ni implica necesariamente el uso de reforzadores contingentes a una conducta específica, el procedimiento básico consiste en exponer al sujeto a la percepción de otros individuos (reales o simbólicos) que estén manifestando aquellos comportamientos que desea que el observador aprenda.
Como quiera que todo proceso perceptivo es subjetivo e implica un aprendizaje previo con respecto a creencias, valores y actitudes de lo que se observa, el modelamiento no solo es importante porque pone frente al observador las respuestas específicas mostradas por el modelo también le proporciona ideas que considerar, implica por tanto un acercamiento al aprendizaje de diferentes procesos cognitivos del ser humano.
Bandura a diferencia de los conductistas conexionistas, separa el proceso de adquisición de una conducta con el de ejecución de la misma. Acepta la importancia del refuerzo una vez que se ha ejecutado la conducta, para el mantenimiento de ella, pero considera que para que la conducta llegue a producirse, ha existido previamente un proceso mediacional cognoscitivo en donde las imágenes de las respuestas del modelo se establecen en el observador a raíz de un condicionamiento sensorial.
“Los estímulos de imitación induce en el observador respuestas de percepción las cuales se van asociando e integrando a consecuencias de la contigüidad temporal de dichos estímulos. Estos perduran en el archivo cognitivo del sujeto pudiéndose recuperar posteriormente. Así pues, las imágenes recordadas de los actos observados en el modelo, actuarán como mediadoras para dirigir la reproducción de las conductas imitativas” (Moles 1991)
El modelamiento ha explicado satisfactoriamente muchos procesos del aprendizaje social. Por ejemplo ha tenido entre sus variables de investigación, el desarrollo de la conducta agresiva por medio de la percepción de modelos simbólicos manifestado en medios audiovisuales. Ha estudiado la adquisición de conceptos, actitudes y necesidades, así como los roles sociales que las personas aprendemos en función del aprendizaje modelado.
La actividad deportiva no es solamente lúdica. El deporte es una actividad partícipe en el proceso educativo del niñ @, joven o adulto que lo practica, fomenta valores y principios, puede beneficiar las habilidades sociales (comunicación, trabajo en equipo, tolerancia, entre otras) Es por ello que se debe procurar un ambiente que permita al deporte actuar como un agente benéfico para las personas y así las manifestaciones agresivas ocurran con menor frecuencia.
Igualmente ha tenido amplia utilidad en el desarrollo de comportamientos desadaptados y en procedimientos terapéuticos para su manejo. De cualquier forma, aunque los teóricos del aprendizaje social generalmente están de acuerdo en que los eventos ocultos sirven como mediadores entre los estímulos externos y la conducta observable, la naturaleza del proceso aún no está clara.
MODELOS PSICOLINGUISTICOS Imágenes y conceptos son las dos estructuras básicas del pensamiento más importante. Los conceptos implican categorías mentales con los que clasificamos los estímulos percibidos o los acontecimientos. La imagen es un recuerdo mental de una experiencia sensorial. Existe una evidente relación entre el pensamiento y el lenguaje. Lindsay y Norman (1977, tomado de Morris, 1987) afirman: “La memoria de las experiencias perceptuales individuales guarda relación directa con la facilidad con que el lenguaje puede comunicarlas”.
Kanfer y Phillips (1970) al referirse a Chomsky como uno de los principales exponentes de esta postura, comenta como este hace una diferenciación entre competencia y ejecución en el comportamiento verbal. La primera describe el conocimiento que de su lenguaje tiene una persona; el último se refiere a la utilización de ese conocimiento en situaciones concretas. Lo interesante a remarcar, independientemente de la supremacía entre herencia y ambiente, que por lo demás es un conflicto de larga data en la Psicología, es el hecho de como nuestra conducta verbal está relacionada con nuestros procesos de pensamiento, y partiendo de este criterio es que se desarrolla la postura cognoscitiva.
MODELO COGNOSCITIVO “Cogito, ergo sum”. “Pienso, luego soy”. Esta célebre frase del filósofo Descartes pudiese servir de punto de partida para explicar la perspectiva cognitiva. El Psicoanálisis y el Conductismo partieron de dos concepciones respecto al estudio de la personalidad diametralmente diferente. Para este último, nada que no fuese directamente observable cabía dentro del entorno científico- experimental, por consiguiente, si se iban a omitir los procesos internos, había que buscar la explicación del desarrollo y mantenimiento de la conducta en los mecanismos ambientales.
Por su parte, el Psicoanálisis no desechaba la importancia del aprendizaje, lo utilizaba para explicar los impulsos, necesidades y motivaciones inconscientes que la gente usa para comportarse cotidianamente. Ambas posturas caían en extremos diametralmente opuestos. Por su parte el Humanismo, intentó ser un equilibrador de la situación, pero lamentablemente se ciñó más a criterios filosóficos respecto a la naturaleza y metas del ser humano que a desarrollar una sistematizada teoría que explicara el por qué del comportamiento.
La Psicología Cognoscitiva se ocupa de ciertos procesos internos mediadores de la conducta pero que están dentro del campo de la conciencia del sujeto. De ninguna manera está en contra de las teorías del aprendizaje, pero difiere de ellas en que no aceptan la inexistencia de ninguna codificación mental (percepción, interpretación y utilización del estímulo) antes de emitir la respuesta.
No cabe duda que el enfoque cognoscitivo ha presentado un punto de controversia en la Psicología Conductual. Skinner fue sin duda el crítico más contundente acerca de la inutilidad de las inferencias; el alerta sobre las teorías circulares A conduce a B y B conduce a A . (Ejemplo: Antonio se come las uñas porque está tenso ¿Cómo sabemos que está tenso? Porque se come las uñas) Otro peligro importante es el de la rotulación de las conductas en función de una cierta entidad interna que las produce. Por ejemplo El Sr. A presenta conductas alucinatorias “porque” tiene esquizofrenia. El niño B produce muchas conductas de berrinches “a causa” de su retardo mental.
Sin embargo, no podemos negar la cantidad de inferencias que realizamos en nuestra vida cotidiana, siendo muchas de ellas justificadas. Por ejemplo, el hecho de ver a un perro que bota espuma por el hocico nos “hace inferir” de su peligrosidad y nos facilita la conducta de alejamiento. Obviamente, la “creencia” de que la mayoría de los perros con esta característica está rabioso es bastante justificada. Podemos entonces establecer como un posible criterio de justificación o no de la inferencia la evidencia real de lo inferido; si lográramos entonces generar mecanismos de control de las inferencias, no nos estaríamos alejando de la objetividad referencial.
Siguiendo a Mahoney (1984) “La función de la inferencia en la modificación de conducta podría compararse con su función paralela en las ciencias físicas. Mientras que estas últimas utilizan variables inferenciales como el átomo o el electrón, lo hacen de una manera muy conservadora. El argumento no mediacional, que critica las variables de mediación tanto inferenciales como no inferenciales, destaca así mismo la utilidad o inutilidad de las variables mediacionales en la investigación conductual. Así, la función que se asigna a las variables inferidas depende de la propia opinión sobre su utilidad en la investigación”.