resumen del catecismo de la iglesia católica sobre el juicio particular
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Language: es
Added: Jul 09, 2017
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Fundamento Bíblico del Juicio particular y final Alumno: Héctor López Urueta.
La muerte pone fin a la vida temporal del hombre. Pone fin también al tiempo que Dios nos da para decidirnos a la aceptación o al rechazo de la gracia divina otorgada en Cristo (Cf. 2 Tim 1,9-10). La parábola del pobre Lázaro ( Lc 16,22) las palabras de Cristo al buen ladrón en la Cruz ( Lc 23,43), así como otros textos del Nuevo Testamento (2 Cor 5,8; Flp 1,23; Heb 9,27; 12,23), hablan de un último destino del alma (Mt 16,26) después de la muerte que es diferente para cada persona. El nos salvó y nos eligió con su santo llamado, no por nuestras obras, sino por su propia iniciativa y por la gracia: esa gracia que nos concedió en Cristo Jesús, desde toda la eternidad, 10 y que ahora se ha revelado en la Manifestación de nuestro Salvador Jesucristo. Porque él destruyó la muerte e hizo brillar la vida incorruptible, mediante la Buena Noticia, 2Tim 9-10 Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; 2Cor 5,8 Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor,
Así como los hombres mueren una sola vez, y después viene para ellos el juicio; Hb 9, 27 a la asamblea en fiesta de los primeros ciudadanos del cielo; a Dios, juez universal, al que rodean los espíritus de los justos que ya alcanzaron su perfección; Hb 12, 23 ¿De qué le serviría a uno ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo? ¿Qué dará para rescatarse a sí mismo? Mt 16, 26 El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. 23 En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Lc 16, 22-23 Jesús le respondió: «En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.» Lc 23, 43
Dios es Juez supremo Quien crea en Jesucristo no puede negar la existencia del juicio de Dios. Algunos protestan contra el juicio de Dios. Juzgan a Dios acusándolo de ser juez. Se trata de una antigua tentación. Nuestros primeros padres comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal. Eso significa que quisieron hacerse ellos mismos los jueces supremos sobre la moral.
Juicio particular inmediato después de la muerte: CEC 1021-1022 "Cada hombre recibe la retribución eterna para su alma inmortal justo en el momento de su muerte” CEC 1022. El Nuevo Testamento y la Tradición hablan del juicio refiriéndose principalmente al juicio final que ocurrirá tras la segunda venida de Cristo. Pero también aseguran reiteradamente la existencia de un juicio particular inmediatamente después de la muerte. Cada persona tendrá que rendir cuentas a Cristo por su vida. En ese juicio cada uno de nosotros recibirá el veredicto de los que hemos sido en esta vida. Seremos juzgados según nuestras obras y fe.
Cristo, juez justo, establecerá: 1: o bien la necesidad de purificación temporal (purgatorio) antes de acceder a la bienaventuranza (Si morimos en estado de gracia, pero con los efectos del pecado sin limpiar por completo), 2: o su entrada inmediata en el cielo (Si cuando morimos nuestra vida ha sido completamente purificada de todos los pecados), 3: o su condena en el infierno (si morimos totalmente apartados de Dios). El destino final de cada persona, sea el cielo o el infierno, es eterno e irreversible.
Juicio final: CEC 1038-1041 El anuncio de un Juicio Final, el cual será para todos los seres humanos, está presente en muchas citas del Antiguo Testamento. Allí vemos anunciado cómo Dios juzgará al mundo por el fuego ( Is . 66, 16). Reunirá a las naciones y se sentará a juzgar realizando la siega y la cosecha (Joel 4, 12-14). El Profeta Daniel describe con imágenes impresionantes este juicio con el que concluye el tiempo y comienza el Reino eterno del Hijo del Hombre ( Dn . 7, 9-12 y 26). El Libro de la Sabiduría muestra a buenos y malos juntos para rendir cuentas; sólo los pecadores deberán tener temor, pues los justos serán protegidos por Dios mismo (Sb. 4 y 5). (cfr. X. León- Dufour , Vocabulario de Teología Bíblica) Porque Yavé va a venir a juzgar, por medio del fuego y a probar a todo mortal. Entonces serán muchas las víctimas de Yavé : Is 66,16 ¡Que despierten y suban las naciones al valle de Josafat! Porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. Pongan mano a la hoz: la mies está madura; vengan a pisar: el lagar está lleno; las cubas desbordan: ¡tan grande es su maldad! ¡Multitudes innumerables en el valle de la Decisión! Porque se acerca el Día del Señor en el valle de la Decisión. Joel 4,12-14
Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros Yo miraba a causa de las insolencias que decía el cuerno: estuve mirando hasta que el animal fue muerto, y su cuerpo destrozado y entregado al ardor del fuego. También a los otros animales les fue retirado el dominio, pero se les permitió seguir viviendo por un momento y un tiempo. Pero luego se sentará el tribunal, y a ese rey se le quitará el dominio, para que sea destruido y aniquilado definitivamente. Dn 7, 9-12 y 26 El justo, aunque tenga un fin prematuro, gozará del reposo. Sab 4, 7
1038 CEC La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores” ( Hch 24,15), precederá al Juicio final. Esta será “la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación” ( Jn 5,28-29). Entonces, Cristo vendrá “en su gloria acompañado de todos su ángeles... Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda... E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna” (Mt 25,31.32.46). y tengo la misma esperanza en Dios que ellos tienen: la esperanza de que habrá una resurrección de justos y pecadores. Hch 24, 15 No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio. Jn 5, 28-29
1039 CEC Frente a Cristo, que es la Verdad, será puesta al desnudo definitivamente la verdad de la relación de cada hombre con Dios (cf. Jn 12,49). El Juicio final revelará hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer durante su vida terrena: Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; Jn 12, 49
Todo el mal que hacen los malos se registra -y ellos no lo saben. El día en que "Dios no se callará" (Sal 50, 3)... Se volverá hacia los malos: "Yo había colocado sobre la tierra, dirá El, a mis pobrecitos para vosotros. Yo, su cabeza, gobernaba en el cielo a la derecha de mi Padre -pero en la tierra mis miembros tenían hambre. Si hubierais dado a mis miembros algo, eso habría subido hasta la cabeza. Cuando coloqué a mis pequeñuelos en la tierra, los constituí comisionados vuestros para llevar vuestras buenas obras a mi tesoro: como no habéis depositado nada en sus manos, no poseéis nada en Mí". (San Agustín, serm . 18, 4,4) ya viene nuestro Dios, y no callará; un fuego devorador lo precede, la tempestad ruge a su alrededor. Sal 50, 3
1040 CEC El Juicio final sucederá cuando vuelva Cristo glorioso. Sólo el Padre conoce el día y la hora en que tendrá lugar; sólo El decidirá su advenimiento. Entonces El pronunciará por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra definitiva sobre toda la historia. Nosotros conoceremos el sentido último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación, y comprenderemos los caminos admirables por los que su Providencia habrá conducido todas las cosas a su fin último. El Juicio final revelará que la justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la muerte.
1041 CEC El mensaje del Juicio final llama a la conversión mientras Dios da a los hombres todavía "el tiempo favorable, el tiempo de salvación" (2 Cor 6, 2). Inspira el santo temor de Dios. Compromete para la justicia del Reino de Dios. Anuncia la "bienaventurada esperanza" ( Tt 2, 13) de la vuelta del Señor que "vendrá para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creído" (2 Ts 1, 10). La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores”, precederá al Juicio Final. Los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Juan 5, 28-29). Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación. 2Co 6, 2 Ahora nos queda aguardar la feliz esperanza, la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, Tt 2, 13 cuando él venga aquel Día para ser glorificado en sus santos y admirado por todos los que hayan creído. ¡Y ustedes han creído en nuestro testimonio! 2 Ts 1, 10
"Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre. Mientras todas las razas de la tierra se golpeen el pecho verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo, con el Poder divino y la plenitud de la Gloria. Mandará a sus Ángeles, los cuales tocarán la trompeta y reunirán a los elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo a otro del mundo.” (Mt. 24, 30- 31). No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio. Jn 5, 28-29 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre. Mientras todas las razas de la tierra se golpearán el pecho, verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con el poder divino y la plenitud de la gloria. 31 Enviará a sus ángeles, que tocarán la trompeta y reunirán a los elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del mundo. Mt 24, 30, 31
En la Biblia podemos leer cómo será este juicio en Mateo 25, 31,32,46: Lo que sucederá ese día, de acuerdo con la narración de Jesucristo, será como un examen de aquello que nos caracteriza como personas humanas: nuestra capacidad de amar. En ese día saldrán a la luz todas nuestras acciones y se verá el amor hacia los demás que pusimos en cada una de ellas. Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de gloria, que es suyo. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.» Mt 25, 31,32,46
Cuando el Hijo del Hombre venga en su Gloria rodeado de todos sus Ángeles, se sentará en su Trono como Rey glorioso. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y como el pastor separa las ovejas de los machos cabríos, así también lo hará El. Separará unos de otros, poniendo las ovejas a su derecha y los machos cabríos a su izquierda” (Mt. 25, 32). San Pedro y San Pablo también se ocuparon del tema del Juicio en varias oportunidades. Nos aseguran que Dios juzgará a cada uno según sus obras sin hacer diferenciación de personas, de raza, de origen o de religión. (1 Pe. 1, 17 y Rm . 2, 6). También nos dice San Pablo que todo se conocerá, hasta las acciones más secretas de cada uno ( Rm . 2, 16). El Padre que invocan no hace diferencias entre personas, sino que juzga a cada uno según sus obras; tomen, pues, en serio estos años en que viven fuera de la patria. 1 Pe 1, 17 hasta el Día en que Dios juzgará las intenciones ocultas de los hombres por medio de Cristo Jesús, conforme a la Buena Noticia que yo predico. Rm 2, 16