Y luego por mi tiempo de vivir en Asturias, como viví
cuatro años y a la cual sigo muy vinculada, pues ahí
también he vivido el amagüestu, que era súper divertido
eso de ir a por las castañas, cocerlas acompañadas de
sidra dulce, que es lo que allí, llaman a la que no ha
fermentado, como un mosto de manzana, y buenas
fabadas y todo eso.
Yo lo que observo en los platos regionales ahora, que si
Asturias la fabada, es que es lo que ellos tenían, porque
las fabes antes se cultivaban en pequeñas huertas que
cada persona, cada familia, tenía al lado de sus casas y yo
creo que un poco la cocina regional viene por el tipo de
cultivo, de recursos que tenían en cada zona.
Y bueno, pues en Madrid, luego otra cosa muy de fiesta
era ir a tomar los domingos un bocata de calamares a la
Plaza Mayor. Eso sigue existiendo, y un dulce muy de
Madrid eran los bartolillos, que se han perdido, yo ahora
yo no encuentro bartolillos.
N: A ver, barquillos o bartolillos
AL: Bueno, el barquillo era una cosa, era el de las
verbenas, estaba el barquillero que tenía un cilindro y
echabas, tirabas y te podían tocar y te los metían así unos
en otros, no, yo me refiero al bartolillo, que era como una
especie de masa como de empanadilla, y estaba rellena de
crema y tenía a veces, en ocasiones, forma de
empanadilla y estaba luego con azúcar glas, todo bañado.
Eso era muy típico en Madrid, los bartolillos. Pero ahora
no…, alguna pastelería, la Mallorquina, siguen
teniéndolos, pero es un dulce que se ha perdido mucho.
I: Es parecido a un postre italiano, y a lo mejor te lo
venden con el nombre italiano, que son algo parecido a
canuto.
AL: No, no, los canutos son otra cosa, porque es que la
masa es distinta y todo.
ML: Los canutos ¿no se fumaban?
N: se siguen, creo.
I: Canolos. ¿no les llaman canolos?
AL: No, esto es como una empanadilla. Estaba doblada,
tenía además, así como de haberla cerrado como cuando
las haces, y estaban rellenas de crema pastelera. No el
canutillo, porque el canutillo es otra cosa.
AL: Bueno, yo como he sido criada en Madrid y nací en
Madrid, pues en mi casa lo que se comía a diario era
legumbre o alguna verdura. Pues lo que se compraba en el
mercado lo asocio más a fiestas. Por ejemplo, los
cumpleaños era el pollo. El pollo era la comida de fiesta, el
día que era el cumpleaños de alguien. Era un pollo
guisado, que hacía mi madre, muy rico, con champiñón y
patatitas. Pero el pollo, que antes ha venido a colación,
aunque era en Madrid y a lo mejor se podía comprar, pero
el pollo era caro y no era una comida de todos los días, era
con motivo de alguna ocasión especial. Y luego recuerdo
también en la época de cuaresma, casi cuando estamos a
punto de entrar, pues los viernes no se comía carne bajo
ningún concepto, nada de carne, ni embutido, ni jamón de
york, ni nada de eso. Entonces era pescado lo que se
comía, sardina,
ML: EL potaje…
AL: pero el potaje no era todos los viernes, comías igual la
legumbre o lo que fuera, pero luego eran unas sardinas o
un pescadito, o los bacaladitos, que mi madre compraba
muchos, que yo los odiaba, los recuerdo. Y luego cuando
se comía el potaje, ya era en Semana Santa, el potaje de
vigilia,ya era el viernes de Dolores y las torrijas. El potaje
con las espinacas y el bacalao, la tortilla de bacalao, todo
era de bacalao, o la tortilla de bonito también, te
alimentabas a base de todo eso.
Y luego en la Navidad, pues como yo en mi casa había
influencias de todo un poco, porque aun siendo de
Madrid, mi madre era de aquí, de San Agustín, y mi familia
de Castilla, mis abuelos y tal, pues era el día en que se
comía el cordero asado y besugo, esa por la parte de mi
padre. Y la lombarda, la lombarda no podía faltar. Y hoy
por hoy tampoco falta en mi casa en Nochebuena.
PD: La lombarda,
AL: La lombarda y el besugo, y luego ya vinieron los años
de “la prosperidad”, yo los recuerdo ya de más joven, que
ya empezó a entrar el marisco, el no sé qué, todas las
influencias que venían de todas partes.
PD: Y ahora el besugo está súper caro. Ahora no se come
besugo.
AL: Besugo, sí, sí, y además lo del besugo lo recuerdo con
los cortecitos, las rodajitas de limón, ahí metida. Yo ahora
lo que hago es que hago pargo, que es como el besugo, y
lo hago al horno, igual que el besugo.
N: El besugo, el ojo estaba delicioso.
AL: Ay, no, yo eso ya no llegaba a tanto. Y no sé, a ver, no
recuerdo más. Luego ya cuando me casé, como mi marido
era castellano viejo, de Palencia, de un pueblecito, pues
empecé a saborear muchas tradiciones que todavía se
mantenían. Y pues la matanza que habéis estado
hablando, en carnaval, por ejemplo, ahora en esta época
de carnaval, mi suegra lo que hacía era un dulce que lo
llamaban orejuelas o las flores. Era como la masa de las
flores, pero al no tener molde, la echaban en la sartén a
freír y entonces salía con unas formas que por unos lados
eran muy gruesos, por otros lados más finos. Por eso yo
creo que lo llamaban orejuelas, porque parecían en
algunos casos orejas auténticas. Las ponían con azúcar, y
ya está
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Bartolillos
: Para preparar la masa se pone la harina en un
recipiente, mezclada con 3 cucharadas de café de levadura
Royal , dándole forma de montañita en cuya cima abriremos
una especie de cráter, en el que se depositará la mezcla
formada por un huevo, el vino blanco, el aceite de girasol
previamente frito y templado y la sal, mezclándolo todo y
trabajándola hasta obtener una pasta jugosa que dejaremos
reposar. Se prepara una crema pastelera.
Finalmente, sobre una mesa, extenderemos la masa con un
rodillo, haciendo cortes de forma alargada, que rellenaremos
con la crema, friéndolos acto seguido en una sartén con
aceite de girasol abundante y muy caliente. A medida que los
vayamos sacando de la sartén se espolvorean con azúcar
refinada. ¡Buen provecho!
I250 gr. de harina, 3 cucharaditas de levadura, 2 cucharadas
de maicena, 4 yemas de huevo, 3 cucharadas de azúcar, 1
taza de aceite de girasol, (el de freír aparte), 1 vaso de vino
blanco, 50 gr. de mantequilla, canela en rama y 1 corteza de
limón que se desecharán una vez hervida la leche”.