importancia cuando vamos a realizar una incisión quirúrgica en la cara y el
cuello, si queremos conseguir un mejor resultado estético y funcional.
La cara está compuesta por áreas específicas simulando territorios
geográficos vecinos denominadas unidades estéticas, limitadas por líneas,
pliegues y cambios naturales de textura de la piel y de la línea pilosa. Las
unidades estéticas de la cara comparten características similares de color,
pigmentación, textura, grosor, elasticidad y movilidad, tamaño de los poros,
presencia o no de pelo y respuesta al estímulo ruborizante.
La cara puede ser dividida en 14 unidades estéticas: frente, mejilla derecha
e izquierda, nariz, párpado superior derecho e izquierdo, párpado inferior
derecho e izquierdo, oreja derecha e izquierda, labio superior, labio inferior,
región mentoniana y cuello. Algunas de las principales unidades estéticas
pueden, ser a su vez, divididas en áreas más pequeñas denominadas
subunidades estéticas (Fig. 1). Por ejemplo la unidad nasal se divide en 9
subunidades que incluyen: dorso (1), paredes laterales derecha e izquierda
(2), punta (1), paredes alares izquierda y derecha (2), base alar derecha e
izquierda (2), y columela (1).
Las unidades y subunidades estéticas de la cara son límites anatómicos
visuales. Los reflejos de luz y sombra a lo largo de estos bordes estético-
faciales ayudan a ocultar las cicatrices.
Si se realizan las incisiones en la interfase entre dos de estas unidades o
subunidades estético-faciales, las cicatrices van a ser más imperceptibles y
el resultado estético será más satisfactorio, al no apreciarse cambios de
contorno, de espesor y de color.
Por tanto, a la hora de plantear cualquier tratamiento en la cara, como una
incisión, un injerto, un colgajo o una dermoabrasión, hemos de tener en
cuenta que el respeto de dichas unidades estéticas nos permitirá obtener
unos resultados estéticos más favorables.
Es importante evaluar las estructuras estéticas y funcionales vecinas que
rodean la incisión planificada, así como la laxitud de la piel, los elementos
neurovasculares y estructuras faciales móviles (por ejemplo, párpados, alas
nasales, punta de la nariz, oreja, bermellón, comisuras, pilares del filtro).