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Introducción
Sin lugar a duda, las redes de computadoras han sido uno de los grandes acontecimientos dentro
del ámbito de las telecomunicaciones. Su crecimiento exponencial desde la década de 1960
representa su gran éxito y aprobación por las personas y, aunque dicha área no sea tan antigua
como la automotriz o la aeronáutica, ha progresado espectacularmente en poco tiempo.
Además, como resultado de su desarrollo, ha ayudado al surgimiento de nuevas formas de
comunicación. Por ejemplo, gracias a las redes de computadoras se creó la gran y bien conocida
internet, de tal manera que ahora pueden realizarse operaciones (hoy en día comunes) como
los envíos de correos electrónicos, videoconferencias, VoIP, conversaciones y transacciones
en línea, etc. Asimismo, simplifica numerosas tareas que optimizan el trabajo del ser humano.
Actualmente, es fundamental la coexistencia de las redes en las telecomunicaciones, puesto
que sería una gran catástrofe si dejasen de funcionar, ya que como ha de suponerse es uno de
los pilares que mantiene la comunicación a nivel mundial en la actualidad.
No obstante, es importante resaltar que uno de los factores más esenciales para el
funcionamiento de las redes y por ende el éxito de las comunicaciones es el Protocolo de
Internet (IP), específicamente en su cuarta versión o mejor conocido como IPv4. Además, a
partir de su creación e implementación desde la década de 1970, se convirtió en uno de los
protocolos más utilizados mundialmente.
Sin embargo, tras no haber previsto la alta demanda de su uso a escala internacional y el extenso
crecimiento de los dispositivos que requieren una conexión a internet, las direcciones
disponibles de IPv4 en la actualidad son prácticamente nulas (inicialmente se contaban con 4,
294, 967, 296 direcciones), y a pesar de contar con herramientas que han ofrecido alternativas
distintas para reducir el consumo de estos identificadores (por ejemplo el protocolo NAT,
renumeración y reasignación de espacio, etc.), es inevitable su terminación. No obstante, el
Grupo de Trabajo en Ingeniería de Internet (IETF) desarrolló un nuevo protocolo que resuelve
el gran problema a las escasas direcciones. Se trata del Protocolo de Internet versión 6 (IPv6).
A diferencia de la cuarta versión, IPv6 cuenta con 128 bits para su direccionamiento,
proporcionando así 4 veces más la cantidad de identificadores que aportaba IPv4. Es decir, el
número de direcciones es tan alto (3.4028237e+38 sextillones) que puede generarse un stock
virtual ilimitado de direccionamiento suficiente para asignar identificadores a todas las
personas del planeta.
Por otra parte, aunque las operaciones para el remplazo de IPv4 se han llevado lentamente, es
evidente que el nuevo protocolo IPv6 será implementado a nivel mundial. Por ejemplo, Europa,
Japón, Asia pacífica, México, Argentina y Brasil son solo algunos de los países que han
efectuado el nuevo protocolo e incluso hay otros que ya han agotado sus direcciones asignadas
IPv4. Por lo que es indudable y necesaria la ejecución de IPv6.