José Gimeno Sacristán La educación que aún posible.pdf

El texto, no quiere mostrarse como resultado de la inspiración de un sujeto aislado dentro de su pensamiento o en su fantasía, sino más bien como síntesis de su presencia en un espacio de diferencias antes que de similitudes. De tal forma que surge la necesidad de continua formación dentro de l...

El texto, no quiere mostrarse como resultado de la inspiración de un sujeto aislado dentro de su pensamiento o en su fantasía, sino más bien como síntesis de su presencia en un espacio de diferencias antes que de similitudes. De tal forma que surge la necesidad de continua formación dentro de la reorganización social, del grupo y del individuo. Ambos conceptos (individuo y sociedad) serían abstractos si alguno de ellos es concebido como acabado y sin alguna necesidad de corrección o de correlación.
El objetivo principal pudiera ser la recreación del espacio social, mediante la acción pedagógica, como propia del ser humano antes que como obsequio de alguna divinidad o dádiva del gobernante al pueblo. Así mismo se vislumbra una concepción alternativa a la persona del docente y del discente. Desde ambos espacios cognitivos, sensitivos, imaginativos y sociales, se vería como una concepción, sensación e imagen, diferente a la promulgada atendiendo la creencia en un determinismo de la mayoría o en un solipsismo autosuficiente y abstracto. En tal ejercicio se juega la identidad del individuo estrechamente unida a la de sus semejantes.
De similar forma, en el desarrollo textual, se lleva a cabo una revisión de los modos y formas en las cuales se ha enmarcado la tarea educativa y subyace, aquí, una revisión a las diferencias semánticas y pragmáticas entre actuar, obrar y trabajar. La obra sería característica de lo más natural, el trabajo resulta propio de lo que conscientemente alcanza con sus propios instrumentos y medios el individuo y la acción se refiere a los propósitos que sin oponerse necesariamente a las tendencias espontáneas ni al conocimiento del propio alcance, resulta prioritario ejecutarlo, realizarlo, pero su conclusión o resultado completo no puede anticiparse, a menos que se comprenda la sociedad, el mundo y el individuo en función inerte de quien la planifica. Por tanto, en el campo pedagógico como perteneciente a la acción socio-personal, existe la relación siempre tensa y compleja entre teoría - praxis docente durante el proceso y resultado del estar en el mundo del estudiante-enseñante.
De manera análoga, se lleva a cabo sistemáticamente, la necesidad formativa de cuestionamiento a la rutina educativa como trabajo de simple permanencia dentro del salón de clase, como intentos esporádicos de aprendizaje por ensayo y error del fiel cumplimiento a las leyes o normativas institucionales, ejercicio dogmático desde la enseñanza de la ciencia por parte del profesor, a la vez que como mero recipiente de noticias, con origen y desenlace desconocido en el ejercicio del rol del estudiante.
Así en un nivel de diseño investigativo, existe la prioridad de incluir la forma del ser social dentro de las categorías principales del sentido y de la relación de ambos protagonistas del aprendizaje en el actual mundo de la interconexión mundial. En tal marco, uno de los momentos críticos de la tradición pragmática pedagógica, la Evaluación, es percibid