hace un regate
raro y se me
queda hecho
un gurullo en
el rodillo.
Yendo el día de anécdotas no me
resito a transcribir una que no me
contó nadie sino que viví desde
cerca y por lo tanto atestiguo su
veracidad. No poseo pruebas evi-
dentes de la deducciones de la
misma y por ello no doy nombres
ni apellidos. Cerca de La Palma se
alza esa sierra dulce, esas estriba-
ciones últimas de Sierra Morena
que se divisan con un cendal azula-
do. Durante toda la vida, su uso
exclusivo era el cinegético y su fin-
cas, "la Azibuchá", "las Arrayás",
"el Vinagre" o "la Azibuchosa"
eran coto donde levantar algún
cochino en su mancha y hoy tengo
entendido que se ha repoblado con
éxito de muflones.
Pues allá en los años cincuenta ,
llegó un señor de parla relamida
para estos pagos, caballero en un
haiga deportivo que quitaba el hipo
y en pocos días tramitó y cerró la
compra de una de esas fincas. Al
poco tiempo, potentes máquinas de
oruga empezaron a desfondar
aquel monte bajo y a aterrazar las
laderas de sus lomas. El personal
se llevaba las manos a la cabeza,
"Esta gente está loca. Esa tierra
solo cria jara y si acaso, algún
gurumelo, tontullo o peolobo tras
las lluvias"... Las máquinas siguie-
ron implacables en su labor y poco
a poco aquella sierrezuela se fue
poblando de tiernos eucaliptos.
"Pensará comer eucaliptos", se
decía la gente. Pero los arbolitos
crecieron y cuando su grosor supe-
raba el diámetro de tala, oh mila-
gro, a pocos kilómetros, la fábrica
de celulosa sanjuanera se había
convertido en una feria nocturna
con su derroche de luces y a su
lado crecían montañas de madera,
en espera de hacerse pasta de
papel.
Las malas lenguas murmuraban
que aquel tipo del descapotable de
superlujo era el hombre de paja,
¿les suena?, de un alto cargo de la
administración franquista. Lo cual
demostraría que la información
privilegiada y los apaños al calor-
cillo del poder son cosa de toda la
vida. Quien tiene padrinos, se bau-
tiza. Una de las muchas virtudes de
la democracia es que ahora, más
pronto que tarde, el pueblo se ente-
ra de a quién le han echado las
aguas del bautismo. Y hasta quién
lo saca de pila.
Viva Huelva porque tiene
4 | OPINIÓN Del 12 al 25 de Mayode 2006 | LA GACETA METROPOLITANA
El FOTOmatón desde mi esquina
Por Pedro Giraldo
Hace más de cuarenta años que me
deleito con las cosas de un escritor
del Andévalo huelvano y una vez
le leí la anécdota que sigue.
Paréntesis: utilizo huelvano para
referirme a la provincia de Huelva
ya que estimo que el patronímico
onubense debe aplicarse tan sólo a
los nacidos en la vieja capital
Onuba. Fin del paréntesis. Contaba
nuestro hombre que tenía invitado
unos días, en su terruño natal, a un
escritor granadino, allá en los años
sesenta. Una mañana salieron a dar
un paseo por el agreste entorno de
tierra pobre, lajas, borregos y jara-
les y el de Granada, acostumbrado
a las verdes y rectilíneas choperas
que a la orilla de cualquier cauce o
aprovechando una aranzada algo
difícil, ha contemplado todo viaje-
ro por tierras nazaríes, se volvió a
nuestro paisano y le dijo: "¡Qué
raros son estos chopos que sem-
brais aquí". Y su anfitrión, mi
admirado, hombre de retranca y
buena sombra le aclaró: "Claro que
son raros estos chopos. Como que
son eucaliptos".
Ésto me lleva a recordar mis
escasos años de estudios en la capi-
tal onubense, pues las becas eran
escasas en número y cuantía, cuan-
do se llevaba aquella moda de
empezar un fandango con su letra
tradicional y terminarlo con alguna
ocurrencia chusca. El ejemplo más
típico era aquel de "yo no digo que
mi barca/ sea la mejor del puerto/
pero sí digo que tiene/ un avío para
darle de comer a mi familia". En
aquellos años de predesarrollismo,
de construcción de puentes sobre la
ría, de venenos en la Punta del
Sebo, de puerto nuevo y de prime-
ros aires atufados por la celulosa
de San Juan se cantaba: "Tres cosas
tiene mi Huelva/ que no las tiene
Madrid:/ la Rábida y Punta
Umbría/ y más eucaliptos que
Australia".
Lo cierto es que el desprestigia-
do árbol, de rápido crecimiento y
bastante atila con su entorno,
nunca tuvo buena literatura. Tanto
es así que, pensando en ahorrar
alguno, a un servidor le inculcaron
en su momento la afición por el
ahorro de papel y todavía hoy se
me atasca de vez en cuando la
impresora y en voz baja le digo,
"tranqui, bonita, que esto lo arre-
glamos en un momento". Tengo la
manía de aprovechar los folios por
las dos caras, con lo cual más de
dos veces, habiéndose abarquillado
en la primera impresión, al introdu-
cirlo otra vez en el alimentador
Las desgracias no llegan nunca solas, sino que viene
apareadas unas con otras de manera que si las cosas
van mal, siempre podrán ir peor, sobre todo si no se
tienen en cuenta factores concadenados o coadyuvan-
tes, como es el caso.
También, puede suceder que una obra humana que
se hizo con la mejor intención guarde en su interior
consecuencias nefandas, alejadas del primer aliento
que las inspiró.
Las consecuencias de estos desajustes suelen ser
impensadas hasta el momento en el que se desata la
tragedia o comienzan a producierse hechos indesea-
bles.
De este modo, lo que parece ser en un principio una
obra de ingeniería de caminos, muy acertada, deviene
Los malos usos
en camino de perversión y lugar impropio para los jue-
gos de los infantes, que están expuestos asufrir una
caída de diversa consideración.
También, aseguran los lugareños que los ladrones
suelen tomar esta ruta para perpetrar con indolencia
sus hurtos y fechorías.
Este canal situado en San Juan del Puerto, junto a la
Urbanización Juan Carlos I se ha convertido en un
ejemplo de mal uso de una obra pensada para fines
más elevados.
La cuestión más compleja es la atribución de res-
ponssabilidades y la búsqueda de soluciones, que no
siempre van de la mano.
Las aguas han de volver a su cauce, peor sobre todo
el bienestar y la seguridad ciudadana.
[email protected]
cartas al director
Envía tus cartas a la dirección La Gaceta del Condado, Calle Padre Luís Gordillo nº 11, 1ª planta CP 21.700 La Palma del Condado
(Huelva)indicando “Cartas al Director”. También puedes enviarlas a través del correo electrónico, a la cuenta
[email protected], junto con tu NOMBRE, APELLIDOS, DNI, LUGAR DE PROCEDENCIA Y TELÉFONO DE CONTACTO.
Las cartas no deben exceder de 20 líneas. La Dirección se reserva el derecho a resumir el contenido de las mismas.
Mercedes Burgos Núñez
(Moguer)
Voto femenino
Este año celebramos una efemé-
rides especial: hace setenta y cinco
años, en este paísfue aprobado el
voto femenino, en las cortes repu-
blicanas. Este es un hecho histórico
a tener en cuenta por todas noso-
tras y alegrarnos por ello, al mismo
tiempo que conocer y agradecer a
las personas que lucharon por con-
seguirlo.
Ahora a mi me ha parecido
importante resaltar otro hecho his-
tórico que creo que casi nadie sabe
en Moguer. Esto ocurrió en 1919.
Se trata de Burgos y Marzo, un
personaje político del Partido
Conservador, muy preocupado por
la igualdad de las mujeres y muy
sensible a los problemas sociales.
Ya en algunos países se había
reconocido los mismos derechos a
los hombres y a las mujeres respec-
to del voto.
Por tanto, él fue el primer políti-
co que propone a las cortes el dere-
cho al voto femenino, argumentan-
do que era un derecho y un deber.
Dicha propuesta fue presentada
en abril de 1919, siendo ministro
de la gobernación por su puesto no
prosperó, ya que era una época en
la que imperaba el machismo.
He leído en internet algo que
ignoraba: en aquellas cortes había
señores de izquierdas que pasaron
de largo la propuesta, demostrando
no interesarles. No los señalo por-
que me considero una persona muy
respetuosa con los que ya no se
encuentran con nosotros.
Ignoro el motivo por el cual de
este señor nunca se dice nada posi-
tivo. Hizo mucho por la provincia
y por el país. Será porque no fue de
los que tuvieron que exiliarse. A
estos bien que se los valoran.
A mí me parece, porque me con-
sidero una mujer universal, que
todos los personajes importantes,
ya sean del color político que sean,
se deben dar a conocer a las nuevas
generaciones. Me he pasado mi
vida en la enseñanza y mis alum-
nos conocían a todos los persona-
jes importantes del país, estuvieran
en España o fuera de ella.
Siempre he tenido libertad en
mis clases, incluso en la época en
que no la había y estoy orgullosa
de haber actuado así. Todo lo que
una persona hace para el bien
común debe salir a la luz pública y
saberlo el pueblo.
Este canal se sitúa junto a la barriada Juan Carlos I de San Juan del Puerto // LGM