Vlad III El Empalador (Vlad Tepes), nació en 8 de noviembre de
1431, en una ciudad de Transilvania, en Rumanía. Fue príncipe de
Valaquia, y lo cito aquí porque se cree que es la figura en la que se
basóel escritor Bram Stoker para dar nombre al vampiro más
conocido por todos hoy en día, El Conde Drácula.
Fue conocido como un gran guerrero, excepcional en sus batallas
contra los turcos, pero pasó a la historia por los horrores que hacía a
sus víctimas. Su método favorito de matar a sus víctimas era la de
empalarlas, de ahí su apodo de Empalador. No obstante, quemó en
hoguera o a la parrilla, estranguló, destripó, castró, hirvió, mutiló,
desolló, sacó ojos, expuso. Se cuenta que comía rodeado de
moribundos y cadáveres y que mojaba el pan en la sangre de sus
víctimas (leyenda que consta en grabados y que, seguramente, daría
paso a Bram Stoker para basarse en él para crear a su personaje) o
que uno de sus acompañantes en una cena se tapó la nariz por no
soportar el olor de los agonizantes y los cuerpos descompuestos y
que, tomándoselo como un insulto, Tepes mandó empalarlo más alto
que los demás diciéndole que ahora respiraría un aire más fresco.
Quizá entre todas las torturas, la más fuerte sea aquella que cuenta
que abrió las entrañas a su propia amante (tuvo muchas, por cierto);
para tenerle contento ella le dijo que estaba embarazada, y para
comprobarlo él mandó a una matrona que la examinara. Cuando ésta le
dijo que no estaba embarazada, la rajó gritándole que quería ver a su
hijo.
Vlad vivía en un mundo caótico de luchas, poder, sangre y traiciones,
pero su perfil sobresalía del resto: era, si cabe, más cruel y
sanguinario que otros. Es por eso que el personaje de Drácula lleva su
nombre, y por eso también su reinado ha pasado a la historia, a pesar
de ser considerado como un héroe nacional en su país.
“El bosque de los empalados”, cuadro
que muestra al príncipe Vlad y a los
empalados.