Cuando el 4 de mayo parió Cortés para arregar el asunto de
Narudez, ya el disgusto latente de la ciudad existia, tal vez sin que
Cortés lo suplera, y estaba a punto de estalla. Pues bien, sucedió
que durante el mes de mayo los mexicanos acostumbraban celebrar
una gran feta en honor de su dios Tezcatipoca, uno delos princ-
pales, y asi como los judios antiguamente sarficaban corderos sin
mania, asi los mexicanos para eta fiesta iban a sacrificar a dos
Jovencios cuyos cuerpos fueran libres de cualquier defecto. Las vic.
timas se escogian con anticipación de un año, y eran enseñadas a
tocar Instrumentos músicos y a bailar y cantar. Se les daba el al
mento más exquiso, disfrutaban de una vida regalada. y reebian
muestras de gran honor. y. lo que es más, morían volumariamente.
«considerando una gran distinción el haber sido escogidos para el
‘sacnficio, Una vez que, según costumbre, les habian sido arrancados.
del pecho los corazones, sus cabezas eran puestas en palos; todo sto
Sen ls rios religiosos. Seguia luego una gran función social y rei
glosa con danzas, en las que tomaban pare los nobles y personajes
de la alta sociedad, hombres y mujeres
‘Como los mexicanos estaban subyugados por los españoles, te
rian que pedir permiso a Pedro de Alvarado para celebrar su festa,
y ése se los concedió, bajo condición de que no hubiera víctimas
humanas. A pesar de la proibicen. ls jovencitos perdieron su vida
ante el dos el miércoles 16 de mayo de 1520. Alvarado sabía bien
‘que Moctezuma había insistido con Cortés en que se fuese, y que
esperaba confiado en que, al chocar con Narváez, fuese derrotado
tras de Io cual los españoles de Tenochtlan serían asesinados o sa
cificados. También había notado que a no se suministraban vives.
y que ls servos de los españoles ran maltratados, cuando Iban a
procurárseos. Todo indicaba que la ciudad estaba a punto de rebe-
Tare, Y se asustó,
Asi pues, hallándose la danza en su punto de mayor entusiasmo,
en a plaza del teocall, directamente en frene de donde se hospeda:
ban los españoles, y donde había por Io menos seiscientas personas
in contar as que e apifaban en las calles adyacentes, Alvarado, que
miraba todo desde algun sto elevado de su cuartel, perdió a cabeza
y se puso furioso. A sus ojos aquella danza ritual era solamente un +
ardid y una señal de insurrección, puesto que el recall estaba lleno,
(de armas. Entonces pensó en dar el primer goipe, como Cortés lo
¿era en Cholula, y atacó, dando el y sus soldados muerte a centena-