INTRODUCCIÓN
En una titulación, una solución de concentración conocida (el titulante) es añadido
a una solución de la sustancia estudiada (el analito). En una titulación ácido-base,
el titulante es una base o ácido fuerte y, el analito es un ácido o base,
respectivamente. El llamado punto de equivalencia en una titulación sucede cuando
el titulante y el analito están presentes en cantidades estequiométricas. Este punto
coincide cercanamente al final de la titulación, el cual puede ser identificado por
medio de un indicador.
Para realizar el procedimiento experimental, se debe colocar en un matraz
Erlenmeyer un volumen determinado de la disolución desconocida, es decir,
disolución problema. Desde una bureta se deja caer gota a gota la disolución patrón,
es decir, la disolución de concentración conocida, hasta llegar al punto de
equivalencia, que es el punto donde no queda ácido ni base libre en la muestra.
Para determinar en qué momento se llega al punto de equivalencia, antes de iniciar
la titulación se deben agregar unas gotas de indicador, que generalmente es
fenolftaleína. En el momento en que se aprecia un cambio de color del indicador, se
ha llegado al punto final.
Las titulaciones van tomadas de la mano de un grupo de técnicas que son utilizadas
para la determinación cuantitativa de múltiples medidas. En la actualidad, se sabe
que estas técnicas han favorecido al desarrollo de la industria química y por lo tanto
al desarrollo de la química misma. En 1729, se publicó el primer artículo en el que
se empleó la titulación para la cuantificación de ácido acético en vinagre. Desde
entonces, la titulación ha evolucionado y, en la actualidad, se emplea para la
determinación de constantes de equilibrio, evaluación de procesos de adsorción,
cuantificación de medicamentos, especiación, determinaciones de proteína,
evaluación de acidez, etc.