Prólogo americano - Le Corbusier

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About This Presentation

Prólogo americano
Le Corbusier

Fechado 10 de diciembre 1929, a bordo del "Lutétia", mar adentro de Bahía.

Extraído de: Le Corbusier. Precisiones: respecto a un estado actual de la arquitectura y del urbanismo. Poseidon : Barcelona, 1978.


Slide Content

Buenos Aires 10 diciembre 1929
Montesiae a borde del“ Lata”,
Sip. tar sdeatro de Bah
Rie

PROLOGO
AMERICANO

La Compañía Sud-Atdutica ha puesto amablemente a sui disposi-
ción un apartamento de lujo y de este modo puedo, lejos de los
ruidos de las máquinas y en el lugar más tranquilo del buque, comen-
zar le redacción de estas diez conferencias de Buenos Aires, que
fueron improvisadas, habladas y dibujadas; los dibujos están ahi y los
expondré seguidamente; son ellos los que reconsticuirán el sentido y
el orden de mis conferencias.

Estamos en pleno verano tropical, el sol es magnífico; han crea-
do, durante la semana anterior, ante mis ojos, la inolvidable, la entu-
siasmante magia de Río de Janeiro. Mi cabeza está todavía llena de
América y hasta esta mañana (embarqué ayer), no había pinguna
infiltración curopea en est masa poderosa de sensaciones y de espes-
tárulos americanos que por efecto de mi itinerario y por el crescendo
de las estaciones (primera primavera argentina y verano tropical de
Río). se habían ido sucediendo, escalonando, sobrepuniendose en
una pirámide de la cual Río era la cima y esta cama estaba coronada
como de un fuego artificial. Argenzina es verde y Hana y su destino es
violento; So Paulo está a 800 metros. sobre unas planicies accidentes
das. cuya tierra es roja como las ascuas y la ciudad parece soportar
con su paraje la carga espiritual autocrática de ios plantadores de café
que mandaban, antaño, 2 unos esclavos y que hoy son como unos

18 rrerones
ros e insntieie Y Kia
sus ve
i poco de espuma sobre las playas que se rovltiplican
horsáando el agua; pisos
les montañes. 638 mi
ena del ccéanc esca al inizaco bord: de las
uns Inmensa lus. pone su motor en vuestro corazón.
bells, poderusa ¢ incitaute es mi plessnide de trofeos de America!
La casi en Pari lo llegaré dentro de dose dies, encon
ré ta plaza de la Mad A

mente actives,

Se agita on

shovrean: sof saliendo 4 las diez y oculréndose a la
cuatr nvierno, un paisaje de purgatorio. Y todo
aquello q hollín y la mugre y las casas vetustas. Y
unbién ca excraña precipitación de todos los elementos del suiver-
ser que hace que París sea la "Vilie-Lurnitre ”. Agmitámosto en el plan

à, pero los viajes nes dermuerman que en otros lugares, la

r espiritual de París re ha valido el poder decir cn
res, en Montevideo, ca Sáo Paulo, en Río, la que tenia que

pore de... Este viaje se convierte Cn wa misión, À
veces se me oficiaitza de improviso ty Dios sabe si me retracto, lo
mismo que los cuernos del caracol, cuando se tata de ia inmensa
mäguına de recomendaciones, de los “anupos de nuestros amigos”).
En Buenos Aires soy el huésped de los “Amigos del Arte” y de la
Facultad de Ciencias Exactas. Sin embargo, aquí y allá vienen a
buscarme en coches, hay periodistas y disparos con magnesia y en

pe de tal o cua comiié, visito mevteitud de cosas, luego escucho
jscursos precedidos de almuerzos. He jutbiado extensamente con el
señor Luis Caniito, el intendente de Buenos Aires, en un momento de
da cus! esta ciudsd gugentosta, a Is par que Ja más
ana que pueda fmagnarse, me había snticientemente aplasta
do, comprimido, para que luego me facorporase e wleese - con toda
Pueniidad> aigs por su sévacion, En aque: Jugar del Río de la Plata
se está elabs a de les centres «senciales del mundo. En
Brasil, 5 Paulo, y ol genero
so orador que me dedica y 0 sc extiendo largeimente (todavia
me dura tx emoción), impresión que causó all, a partir
del año 1920 el Esprit Nouveau, nuestra revista de actividad conter.
poránca. Él futuro presidente del Brasil, señor Julio Prestes, está al
corriente de toda la cronología de nuestros esfuerzos; en vísperas de
su toma de poder, se preocupa, ya. por fos grandes trabajos de urba-

PROLOGO AMERICANO, 19

pistao que será necesario emprender; intentará manifestar per medio
de la arquitectura la nueva época que ya presiente. En cada una de las
grandes ciudades de América del Sui, unos grupos entusiastas cult
van la nueva des. La ebullición es genera al. En Buenos Aires, la Ci
Sud-Americans de Nav a participar en
el viaje inaugural del cranspo: avión de diez
placas, pars Asunción, de Paragua. i
tán Almonacid (rede suena a arabe! ), por otra parte, descendiente
de los indios cet Morts, emparentaio con tos Grades, gente à
campo, de donde
Bos Harendo Same, pe la Copa y expide diariamente los
aviones a 130 Kilömetros por hora, hacia Chic, por ench

Andes, hacia Río, Natal, Dakar y París por sobre de la pa
selva virgen y el Océano. Este país de América esti dimensionado por
el avión. Tengo la seguridad de que la red aérea será el sistema nervio»
so eficaz. Miren ustedes el mapa todo es gigantesco y, de vez en
cuando, puede verse un poblada, alguna ciudad. Todos conocemos,
con todos sus detalles, las jactancias de Ulises. Pero he podido ver, en
casa de mi amigo Alfredo González Ciaraño, en Buenos Aires, la
historia de los colonos de la Argentina, explicada por aquellos admi
rables imagineros que fueron los Htögrafos de mitad del siglo XIX.

Esta odisea, en la Pampa, apenas Jlege a ios cien años. Existen toda-

vía, en lo más recóndito de los herbazales, algunos cestiges. Hay aún
en familias argentinas, los hijos de aquellos que reafizaron esas haza-
Bas. Hay gente fabulosa, que está instalada muy lejos, en magníficas
“estancias” —casas de la Pampa-, señores de la ticrra, y tambiá
lados, cuya grandeza reside en la temeridad que han tenido, en la
perseverancia y en el aisiamiento. Desde lo alto del avión Latécoère, a
1200 metros de altura he podido ver ciudades colonizadas, pueblos
rectilíneos o granjes trazadas en cuadrados y también puestos avanza-
s. Un puesto avanzado, es una casa rodeada por naranjos plantados
al tresbolillo regularmente; luego, hay algunas pistas que se dirigen a
algón abrevadero, después hacia un campo, y ns lejos hacia los
hugares donde pacen los rebaños. EL llano lo rodea tado. ¿Dónde está
el vecino? ¿Dónde existe un aprovisionamiento posible? ¿Dónde
halla el médico? ¿Dónde está la muchacha a la cual nos gustaría
amar? «Dónde está el cartero que aos traerá las cartas? Nada. Ning
pa esperanza, excepto en si mismo, He podido ver er las litografias
de 1830-40, la odisea del colono. El barco "de ruedas” está cn el río.
Ninguna estacada; unos carros especiales entran cn el agua al encuen
tro de los botes de desembarco. Fi emigrante está ahí con todos susy

TS

todo Ha hecho uu
5 invertimos catorce
, can toda
peodadilidad, eco y seme, ese rihera Nena del sk
nos Aires en un Lano todavia sin explorar. Los indios completa
icuentran en todas partos, a las puercas de la

“armas y con e508 in

meteras? ¡Si ellos son los primeros colono
el único gran consuelo. Pues yo lo he visto exe cielo, sobre la pt
ilimitada de herbajes, raramente salpicada por algunos sauces lloro
pes; es limitado, brillante, tunzo de día como de nochs, con u
azul transparente, o lleno de estrellas censelleantes, está ex los cuatro
horizoutes: en realidad, todo esto palsajo es una misma y Única línea
recta: el hor
de

Hojeando los éibumes de Ce

te.
fa yo à mi amigo: “Cou usted, que sonoro esta historia en tedos

us padres y abucios zuesciados oa de
ir un Ebro, dustrade con sus documentos

sus detalles, que ha tenido
aventara, yo quisiera escrib

sos: La magnifica.
Desde el avion, be visto los que podrían calificarse
de cósmicos. ¡Qué incitación à la meditación, qué Uameda 3 las
verdades fundamentales de auestra terra! De Bucnos Aires hemos
atravesado cl delta del Paraná.
do: este delta cscá surcado de cansies y cultivado
hace la recolección de frutos y pam prove
vicientas comentes de aire del río. se coastituy
interminzoles empriizadas de Ha:
álamo tarda ocho sáos en cie
prodigiosomes

ensamerte;
vos Frutos de tas
sta el infinito,
nando pequeños cercados.
que esta terra cenagesa es
entonves vale acho pesos. o cual es, al parecer,
f bm, este de 4, pero de manera gigan-
sosa, os grebados italian o francuscs dd Beto, laide
fos aratados sobre el arte de los jardines. Des
Hay lo hemos seguido dersnte horas. Piaanance el rio Fara-
gus, que aquí 3 va curso, cn su confluencla con dl
Daran, y que sube indefimiduracrice haría ef morte. en la selva visgen
del Brasil. hasta muy verca del Amnzonas. El curso de estos ríos, en
estas tierras que no tienen His y sen completamente Janos, dese-
ol lemente la implacable consecuencia de la físicas es la ley
de la línea de mayor pendiente y después, si todo se hace llano, es el
teorema conmovedor del meandro. Y digo teorema. por cuanto el
meandro que resulta de la ercsión, es un fenómeno de desarrollo

ués se subrevuela el río *

PROLOGO AMERICANO a

cíclico, totalmente semejance al del pensamiento ercador, de la inven
ción humenz. Dibujando desde lo aizo de los aires los alineamientos
del meandro, me he explicado los dificuiados que encuentran las
cosas humanas, os atolladeros con los cuales se ereuentean y lis
soluciones de apariencia milagrosa que solucionan de repente las
onus más embroliadas. Para ei wo. he bauticza
“ia ley del meandro” y ct el rransomso de mis

tomar soporte en la vataraleza, en wn:
prosensfa un público capaz de acusarmo de churlatanertz
Desde el avión, se comprenden, tarabien, otras muchas css:
La Tierts es parecida a un bueno pasado por agua, me u
Napida esférica. rodeado de unz eosoltara sırugada, La Cordillera de
los Andes o el Ifimalaya no son ova cosa sino arrugas; algures de
o y he aquí la razón de estos pertiles de
dan la moción de lo sublime. Lo mismo que el huevo
pasado por agua, à à saturada de agua en su superficie y
emá en constante función de evaporación y de condensac
puede ver, desde el avión, formarse, en las llanuras del Uruguay, las
nubes que entristecerán los hogares, o que harán una aburdunte coses
cha o que podrirás los viñedos; o ese cacuensro de mubes que di €
rayo y el trues. temidos coma dioscs. En esta hora de apuntar el
día justo antes de salir ol sol y en que el frie cs más intenso; es el
tempo más largo desde que el sol se ocultó; ol durmicnte se tapa con
su manta de lanc y el vagabundo en carapo raso sc encoge como un
feto. El vapor de! agua en suspensión en 21 espacio, se precipita y de
repente, toda la ticrra se cubre de agua. es el rocio. Es en este
momento que estalla, como un cañonazo, el sol, cn el punto mismo

coyı

2 mesa

mn. Se

que ha tomado un impulso para salir, Pero no, est
mante que se percibe scbre la línea del horizonte,
vo, obseevancio la Snéweda cel
“Tenemos pa Pereaterse de cata extre
del soi, es derse cuenta de ia rapidez, de la fugacida
y de lo isteparabie del tiempo perdido. ¡Cuán grave
xeparable del tiempo perdido! EI cielo está Uso, el horizonte es
anaranjado y por doquier está lleno de una uz azul, sin una man
y el avión esti en pleno goce. Pero son ya las diez: azul por todos
des, arriba y abajo, excepto enfrente, Nos encontramos con was
barrera de nubes, una barrera masiva frente 4 nosotros y a nuestro

fe, persan os.

HIS

us

barrera de mubes no es compacta: ved el macavilloso
espectáculo: la Hanura del Uruguay 2s una inmensa piel de pantera,
verde y amariba por sus herhajos iluminados, mancnada por un nú
mero laca has de sombra que son negtuzess. CAR
la sombra de una nube resulta opaca y esposa sobre la tierra y en las
udades! Estas manchas innumerables son todas mo tamaño
El cocfa se reparte cn el aire pasa una mueva metamortosis y una
magia lo arizado y lo ha puesto en patrullas. B
adhesión al orden es sorprendente. Ho aquí, pues. una clara expresión
del total reparto (rocío), después de un primer estado de agrupación:
iqualdad, concentración alrededor de un centro, institución de dive
s, primera forma de uns administraciôn constituida por

eétulas administrativas. Los acontecimientos no se paran añ, he aquí
los grandes fenómenos incor ! corroe, horada, rein
la atmósfera musas de sire irregularmente den:
atras. Inchso hay deslizamientos

tacion apacible de millsies de mubecilles ha
sido aie por cualquier poder irresistible; hay agrupaciones,
adhesiones, anexiones, coaliciones. Ved, por la tarde, les masas colo
Sales de nubes en movilización, en ejército de combate, Y he aquí la
tormenta, el choque, el encuenteo, el tumulto, el fogonazo del

¡Acontecimientos que agudizan la curiosidad de un urba:
gira de conferencias!

Aquí, el huevo pasado por agua nos inclina hacia la melancolía,
incluso a la desesperanza; yo creo en una neurastemia del “huevo
pasado por agus”. Dejen podtit su huevo, o bien, como no ti
bastante tiempo, recuerden el aspecto interior de los botes de confi
turas de su maind, Antiguamente los botes de coniituras se cubrían
con un papel empapado en alcohol o en leche, Unos cuantos meses
después, un asombroso moho había crecido sobre ei papel. La seiva
virgen, las vegetaciones exuberantes del meandro, són el mohu de
muestra Tierra. iFGense cn las palmeras! La palmera de América cı
vc en estado salvaje según ura regia que yo ignoro, en el llano, en
medio de unas extensiones áridas de herbazalos merguinos, a anes
distancias regulares, muy espaciadas. He aquí unos estuarios, unas
confluenciás y. a una cadencia regular, tambien, podéis ver las cañas
que creccu en inmensos coronas cerradas, implacablemente redondas,
como los arrecifes de coral en la Polinesia. Ved las llanuras: los
matices de los herbazales precisan los estados de humedad del sub
suelo. Toda una biología, toda una vida orgánica fundamental apa-
rece, visto desde lo alto: bellos prados o campos de hierbas pernicio-

}
}

PROLOGD AMERICAN: 2

sas: es siempre la ley de le lnea de mayor pendi
la superficie y sebterränens. La Tie
tiene todo el vorcado de un cuerpo er putrefacciôn, Elegances palme
va virgen, —estaturas que nos dan, desde abajo, y de cerca
Sensaciones de noblers de exuberancio de opulencia, de vida —
más que moho

te delas aguas, en
ra no es imiformemente verde,

aparente, iY ti,
más que modo! Y ub
por un astro de fuego tan lejana, sa
inclar, bundandia a la miseria

El avión unpasibie nos muestra, cambién, durante unas horas, las
grandes inundaciones del Paraná y del Uruguay. Esto cierra sin Himite,
pertenece al €
vista 2 le altura de it colono se para: He aquí dle = una
tierra fért, El agua no está lejos, ete. etc. ¿Si habiéseis visto le
angustiosa crecida de las aguas en estas inmensas Uanuras! Este ha
nacido bajo el siguo de una buena estrella: la capa líquida se ha
detenido a cien metros. Pero, &y aquel? La techumbre de su praoja
emerge de un mar amarillento, así como las cimas verdes de los
naranjos pluntados regularmente. Se ha visto obligado a huir del cer-
co precipitadamente, Sas rebaños se han ahogado. Desde el avión he
podido ver como salía un techo en medio de un inmenso lago. Ni una
Sola granja, sino a distancias rremendas Era un intrépido colono, ¿Se
conoce, en Montevideo, capital del Ursguay, que no tiene censo,
<popeya probable de este colono pionero, auc dedicó toda su vida à
construir unas cases, a criar rebaños y a plantar árboles? Novelistas de
ciudad, con vuestros adulierios y vuestras vírgenes académicas, exis
ten individuos de epopeya cuando se tnira el mundo desde arriba.

A 500 0 a 1,000 metros de altura, y a 180 6 200 kilómetros por
hora, la visión desde ei avión es Ja más tranquila, ia més regular, la
más precisa que pueda descarse: puede apreciarse el pelaje salpicado
de marrón o negro de una vaca. Todo toma la precisión de un plano;
el espectáculo no es presuroso, sino lento, wily lento, sin ruprura
con el avión no es sino el barco en € pie del caminante en el
camino, gue permiten le que podríamos Hamer unas visiones hams
nas: se ve y ol ojo transmite sosegadam tante que yo las
lao inhumanas e infornales las visiones ofrecidas por un trea © por
un coche, incluso por una bicicleta. Yo no existe en la vida sino a
condición de ver

Por tanto, abandonando vehículo y comando única
mente con mis piernas, he salido para Asunción, para ver les casas de

entremesclado, el goce ela

olía La

24 PRECISIONES

los indios. En este país, según parece, el indio ocupa un lugar prepon-
derante en la sangre de la población. ¡Asunción! Es aquí donde cai-
go, de repente, sobre la tierra roja. En Sto Paulo, también, hice más
tarde, unas acuarelas exactas de esta ticrra. Mirändolas hoy, sobre el
azul del océano, me parecen locas.

¡Asunción! Hace tan sólo una generación que todavía no habían
conocido la invasión del traje de confección standard. Es una peque-
ña ciudad hundida en medio de una vegetación admirable: 50 % de
ba de una crudeza comprensible, al lado de otros 50% de tierra
roja: árboles inmensos que son completamente de color malva, aza-
fran o guindilla. Mujeres con túnica blanca y pañuelo en la cabeza y
unas casas de indios en Los arrabales de la ciudad, que son el más total
acto de devoción de un alma sensible: todo alrededor, sucto de tierra
batida, extraordinariamente limpio y-bien conservado —una moqueta
roja, estilo “recepción en el Eliseo"; casita de listones de madera o de
bambú, rellenos, a intervalos, con tierra batida, Y, naturalmente, la
lechada de cal bajo el pórtico de bambüs o de maderas retorcidas que
soporta una parra (como, desde luego, en todo lugar en donde guste
de vivir bien); pero con esto de particular: fuera de esta moqueta de
tierra batida, unas flores de tallo largo (lirios o margaritas de colores,
simplifico los nombres), dispuestas con un buen gusto que produce la
mayor impresión de distinción, una extraordinaria idea de distinción.
Las mujeres son indias de tez amarilla, con pómulos salientes y son
muy hermosas.

La alegría reina en toda la ciudad, gracias a los italianos, que, por
una tradición implantada por los jesuftas españoles, siluetan a cada
paso los balaustres de Palladio sobre el cielo.

iOh, balaustres sudamericanos! ¡Macarrones italianos! ¡Qué
profusión! ¡Cuánta exageración! La trágica Buenos Aires intenta reir
con sus balaustres italianos; pero no lo logra sino fuera del centro
comercial. Hay, evidentemente, exageración. ¡Me he sentido tentado
de anatematizar cl balaustre! Pero por ahí se afirma la latinidad que
gusta de la sonrisa, y los balaustres aportan una riqueza de cartón y
Una sonrisa latina. Sin embargo, los U.S.A. ejercen una formidable
presión con sus navíos, con sus capitales y con sus ingenieros. Y en
los suburbios de Buenos Aires, llenos de casas hechas de plancha
ondulada, sin corazón y sin alma, y que, a pesar de todo, tienen uno
y Otra; pero otros, nuevos, desconocidos. Y he visto una vivienda
Obrera de plancha ondulada (completamente), pero muy bien puesta,
en la cual un rosal adornaba la puerta. Era todo un poema de los
tiempos modernos.

PROLOGO AMERICANO

Busco con verdadero afán esis casas que son “casus de hombres

y no casas de arquitectos. El asunto es grove. Puede decirse que una

casa de hombre es amor. Dejadme precisar por esto lo que respecta al
cine. Observad an día, no an ae de esos restaurantes de io. en les
i es y de los “somme

taberna popular,
tomar su caté y estár,
sa todavia está Lera de vasos, botelías, platos, ia
aceitera, la sal, la pimienta, la servilleta y el seruilerero. ere. Ved el
ceden fatal que pone todos estos objetos en retación los anos con los
otros; codos han servido, han sido cogidos con la mane ve une o de
de los comensales, las distancias que los separen son la medida
e la vide, Es ane composición marezmánicamente ane,dada; no hay
gar haras, ni un engaño, S' um cineasta no
alucinado por Hollywood se encontrase aix, Ñimando ests natınalaza
muerte en “primer plano”, tendríamos un testimonio de pura armo:
mía. «Es posible? Si, y desgraciados aqueitos que buscan falsas armo-
mías, trucadas, comerciales, armonías 2cud
1925 o de último barco. Encuentro sa lo qu
los hombres”, estas disposiciones fatales. Por otra parte, ya r
explicado en: “Una Casa - Un Palacio’. Pero stzos personajes bast
jos estaban furiosos cuando supieron que en Ric yo había subido a
las colinas habitadas por negros: “¡Es una verguer: nosotros,
gente civilizada! ”. Yo expliqué muy serenamento que, en principio,
encontraba a esos negros fandamentalmente buenos; de buen cor
zon. Después, que los encontraba hermosos, magníficos. Luego, que
su molicie, el límite que saben imponer a sus necesidades, su capaci
dad de ensueño interior, su candor, hacian que sus casas estuviesen
admirablemente construidas sobre el suelo, la ventana abierta de ma
neta estupenda sobre unos espacios magníficos y con In oxigúidad de
las habitaciones abundantemente cficaz. Yo pensaba en el problema
de las casas baratas de Europa envent os príncipes
los papas ae au eterna concln-
dé veinte años tances

charterdo. La mc

países, se pre
ter cambiar; es la
Está ia reforma; el
asesinardn en es

no es más que consecuencia: “Los negros le
barrio» terribles; son extremad;

+ "Une maison un palo à ta 10
Espa Nouveau, Crea et Cs Bars

26 PRECISIONES

son unas salvajes; icuda semana se producen dos o tres asesinatos! ”,
Y yo les comestaba: “Únicamente asesinan a} ladrón de amor, aquel
que les he herido en io més profando de su carne. «Por qué quieren
ustedes que me ascsines, a mí, que les miro con yna profunda com:

prensión? Mis ajos y mi sonrisa me protegen, ivamos'”
Eecordava que en 1910, ya, la geme de Pera me decía de los
turcos de Estamins

Usted esta loco queriendo er allá a! anochecer,
miserables”. Pero las casas de Pera. con sus
us negocios, sus almacenes. sus aduanas y los protectorados
europeos, con el aspecio equívoco de su misma arquitectura, me
decían donde se hallaba cl verdadero lugar de los malos pensami
tos.
Si yo pienso en arquitectura "casas de hombres”, me con
uöseamiano: bueno”. Y si pienso en arquitectar
“casas de arquitectos”, me vucivo escéptico, pesimista, vol
digo: “Todo va de mal en peor, en el más detestable de los
{Candide}. He aquí donde ifeva la exégesis arquitectura,
arquirecinra es el resultado del estado de ánimo de una époc:
i calición sin salkla, los engranajes sociales y morales están
esorgamizados. Tenemos la sed de Montaigne o de Rousseau einpren-
diendo un viaje para ir à encuestar al “hombre desnudo”. La refor.
ma que ha de emprenderse es profunda; reina la hipocresía: amor,
matrimonio, sociedad, muerte; estamos entera y totalmente fals: fica:
dos, isomos falsos!
Estamos en la saturación Beli
cenas

te

t:Savarin: cocine para alimuczzos y
lomaticos; esmoquin o uniforme (estilo “gencral de
(0). Se toman auctres, esparragos. patatas, buey, manted!
especias, frita y por electo de una ciencia que ha llenado cantidad de
Ébros, se desfigura todo, resulta todo con e! misme sabor. Le única
consecuencia es que con los vinos y los quesos pestiles
llenado lo suficiente los estómagos para que ena parte del contrat
intelectual quede perdio. Y después, se habla de megorios: se habia
de las guerras, de las alianzas, de las aduanas, de las innumerables
especulaciones. Se digicara como unas serpientes las peligrosas € la
selculables combinaciones de un mundo que, en realidad, ha dejado
de existir

La arquitecrura se halla en este punto, Los palacios acadérmicos
de Ginebra eran los baldaquines más inconcebibles de terciopelo rojo
y pasamanería dotada que se pueda imaginar. Este palacio tenía un
objeto: trabajar para cl bien del mundo, lo mismo que también hay
un objeto para una comida: mutár. iFigärese! ¿Trabajar, prontitud,

PROLOGO AMERICANO 7
claridad, exactitud? ¿Y qué se hace con la di EX con eh arte
culinario de la arquit

Miren, se me escapó una expresión en el Automóvil Club de Säo
Paulo cundo me mostraban con gran insistencia el Album de las
obras esculpidas de un célebre indio que hizo verdaderas maravillas
para los curas españoles: uno creía encontrase en Berna, ©
en Praga, ea Cracovia, etc. Ese estilo jesuita (Brillsr Savarln)
alambica

hallamos en la roja à
alma. Del catécisne. que yo ap
cristo: “Si alguien escandaliza a alguno de esos pequeños que
en mi, serfa mejor para € que le atesen eno piedra al cuclle y to
asen al fonde del mar”

Diganme si el sabor de la cocina de las grandes hoteles internacio:
nales, cocina con esa salsa BrillatSavasin y sus pesadeves debidas ai
pastel trufado de foie-gras, no les viene y la boca Frente à las ictericias
del Salón de los Artistas Franceses.

Dígenme si encuentran ese Brilat-Savarin eo los pórticos de Char-
tres o de Vézelay. Esto era anterior a la academia, ¿no es cierto? Y lo

smo en las máscaras indias del musco de Río

¡Diganme si hay uiguna razón para que se adomen las ciudades
con parterses de bordados, cuando el hombre moderno es tan sens
ble à la vista de un césped que se extiende, de un árbol cuyo vivo
arabesco le habla a su corazón! Vi una noche cn Río un miserable
pequeño parque con unos parrertes de césped cortado, hechos al
cuadrado, con ángulos redondeados “maderamen estiio Luis X
intentos de bordados estilo 1925. —“Erz un parque de deportes, en el
centro de este barrio encantador, pero lo han convertido en un jardin
ostentoso”—. ¡Entonces sentí de una manera violenta lo que era la
momia académica!

Mace veintidös años que oigo en el pueblo. bajo todos los cietos
del mundo. les músicas profundas. Y declaro: ‘Me gusta Bach,
Beethoven, Mozart, Satie, Debussy, Stravinsky”. Es la música clásic:
la que se ha hecho en la esbeza de un hombre que lo ha sentido todo,
que todo lo ha calculado y que ha slegido y creado. Arquitectura y
música son las manifestaciones instintives de la dignidad humana De
ahí que el hombre afirma: “Existo; soy un matemático, un ¿eómerra,
y soy religioso, Fs decir que creo en un ides! gigantesco que se
domina y que podría alcanzar...”. Arquitectura y música son unas
hermanas muy intimas: materia y espirirualidad, la arquitectura está

es PRECISION

ura, Y on ambas, un

esta en la arquiteco
ón que ende a enalrecezse.
vblimizarse es un acto profundamente individual
za con exciaustrados --hábitos de general de le
smo con eso que no es nada y lo cs todo: con la proporción. La
proporción es una serle de selaziones congadas, No tiene necesidad
ni de mármoles, on de oro, ni de us Steadivazias, ni sur, tampoco, un
Caruso.

Cuando el 27 de no

en de mé

jembre de 1929, en §

Paulo, Josctina

faker, en un especticalo de varicdades completamente idiota, canta
“Raby”, aporta con cilo uo sensibilidad ran intensa y tan dramática,
que se me Henan fos ojos de Lágrimas.

amarore del buque, coge ana pequeña guitarsa ur jugue

+ que le han dado y se pone a cantar todas fas cancio
nes negras: “Soy 0 negro que busca un pajarico blanco;
quiero un nido para ponernos denten les dos...” o. “Eres las slas dei
ángel que ha llegado, cres las rolas de mi barco, no puedo pasar sin
eres, etc, exe; eres los hilos del tejido y me pongo toda lo que exes en
3 reido, y do dobla y rx lo llevo, no puedo pasar sin ti...”

Vive a través del mundo, Emociona inmeasas multitudes. Así,
pues, ¿hay un verdadero corazón en cl fondo de las meluitudes? La
música encuentra el casino, El hombre es an magnífico animal. Pero
ecerlo. hay que arrancarlo de las abominables menti.

fierno: sia que él puede medir la razón

lar la causa.
Y he agai lo qu

aba en la selva virgen de San Martine. a
doce horas de expreso Hay que saber estar
siempre en estan de junger. Te encuentras en los crópicos del Brasil
en la Pampa argentina, en Asunción de los indios. ete. Saber vencer de.
ambiental y juagar sobre patr una cosa que está
armomizada en todos Sus contactos ambientales y que, por rons
guiente, mo choca. Exespto la tierra muy rola y las palmeras, est
en el eterno paisaje de siempre: estepa o pampa. po es más que
i busque esposo francés, no son más que

samificaciones. ils 1 ¡Ver los negros, los mulatos, los indios
chedumbre de Säo Paulo! ¡Medir sl estivo de Buenos Aires!
Expliquéironos: Tode está conforme a los libres, a los relatos de
nuestra intancia; la selva virgen, la Pampa. Pero la tierra es verde, en
verano, por doquier. La selva virgen es como las demás, sin embargo,
ay lianas, no hay que omitir el verlas, Hay jaguares; nuestro compu
ero ha disparado contra uno hace ocho días; ipero no vemos nin

A

PROLOGO AMERICANO 2

guno! Estamos al acecho, en el puesto consumido con bambús y
Bojarasca, en el corazon de la seiva; pasa un custo de hora... y mada,
¿Bor qué los animales acudirían preciser , donde nosotros
estamos con un fusil? For la nache se oyen yeiter locemente las cato-
an verdes como las hoj is ve! Hay inmensas serpi
tes, aquí hay ot do, un hombre de la plauteción
murio por su causz, pero no se ves. Al estante está Hexe de cocordri
los; pero están en el fondo del astangue. Aquí, en la pista, rastros de
ciervo y de bal. En ia carretera vemos an armedeio aplastado. Lo
selva es silenciosa, expexa, quiza meemazaders
Pero au das playas fransesas, cuando nosotros, pescado

ción, salimos con lis sedes, ¿vienen tos peces a nosotros?
„de todo cn la sera americana, poro nose ve na
Permanecer, acechar, escuchar, durante wae, des días, y la solve
dará. ¡Pero mo se

as foros; el

es de ati

mmporinea” tavene
del Chad que sacude las melodías populares de las montañas
bávaras o de Escocia, los canto» vascos, etc. El misionero ha pasado
por la Cebafis del Tio Tom. Entonces, hoy, en ia formidable forja de
los Estados Unidos, donde todo es muevo, del siglo XX y en donde
una timidez de grande» muchachos torpes paraliza basta aquí la ex
presión de un lirismo contemporáneo, tenés al negro, sencillo y cän-
dido, que ha hecho que esta música se expands por todo el mundo,
El cine sonoro hace su invasion arilescu, No se puede resistir a un
asalto tan violento y a tanta verdad. Yo veo en esta música la base de
an estilo capaz de ser la expresión sentimental de la nueva &poce.
Apreciomos que so encuentran las més profundas tradiciones huma-
nas: Africa, Europa, América. Siento que hay en ella una energía
capaz de clauific, s Brifiat Sevarin de Los conservatorios
acudénsicos, del mismo modo como se dasifican hoy

tecture, los procedimientos de la edad de piedra, fégados haste Hous-
smann y rotos 2 rajatabla por Elffei 9 Coos!

Nueva explotación. Música pura. Las formas escolásticas, codi
por les inscitutos de müsica, haces sus urdrros en las sales de concier
to y en la T.S.F. (imiserable abrso de confianza! }. El Senora habla
a la muchcdumbre moderna y, eu el vapor. ci naine y la belle
viajera; en el Río seloczo y en la “favele™ de es; en Buenos

dos métod:

30 PRECISIONES

Aires, en sus trágicas calles sin esperanza, la melodía de “El Angel
Pecador” mece inmumerables y diversos corazones,

La emoción de los tiempos maquinistas es diferente de la cocina
pesada y “sabia”. ¡Completamente diferente! Mucho más cercana al
corazón y las lágrimas encuentran el borde de los párpados.

Saber estar siempre en estado de juzgar; apreciar juzgar por sí
mismo; captar las relaciones; crear una sensación individual, inclinar-
se hacia el completo desinterés de su persona, imponer un constante
retroceso a su “yo” material, es conquistar en la vida unas fuerzas
meditadas. Más que tener que pasar por las violencias de una edad
decrépita, es mejor estar en constante sacrificio de sí mismo y lanzar-
se a la aventura, jugar su partida, ser sensible a todo y tener siempre
el corazón entregado hacia los demás

La historia de América me parece ser una poderosa palanca de
estímulo, incluso a pesar de sus horrores, de sus masacres inexorables
y de sus destrucciones decretadas en nombre de Dios. El estudio de la
historia manifestada de tan distinta forma y de manera tan útil por
los documentos eseritos, de una forma tan leal por las arquitecturas y
tan finamente por las artes plásticas y la música, me parece que debe
ser la sólida base de una educación inteligente, considerando, natural
mente, que las realidades de las presentes ciencias constituyen su útil
aplicación, Por otra parte, las verdades científicas en su constante
movilidad, conducen un día a la reflexión, al “¿para qué sirve es-
10? *, y por una respuesta que es, propiamente, la intervención perso-
nal, a una cordura...

Mis dos grandes amigos dle América, González Garaño, de Buenos
Aires y Paulo Prado, de So Paulo, son, tanto el uno como el otro,
descendientes de antiguas familias americanas. Los dos sienten el
entusiasmo de su pasado, el sentido de su historia y el sentimiento de
lo que se ha hecho. ¿Qué historia? Los “Conquistadores” de la coro.
na de Castilla, los “Bandeiros” del Estado de Sio Paulo. Se buscaba
el oro, mala profesión; pero ¡qué valor, qué iniciativa, que’ perseve-
rancia! Si se considera el mapa de América y se puede imaginar aquel
ejército de trescientos hombres, bajando a pic desde los Andes, desde
México hasta el Río de la Plata; csas “bandas de Si Paulo”, subien-
do por grupos de cincuenta, de la selva virgen hasta las fuentes del
Amazonas; si uno piensa que cran solamente un puñado y que impo-
nian su voluntad a los poblados que iban encontrando; que libraban
batalla o se insubordinaban, se les puede ver algo así como unos
dioses, ¿no es verdad, Homero? Aquí se trata de fuerza moral y es

i
|
|
i

PROLOGO AMERICANO 31

eso lo que yo tengo en cuenta. Quisiera poder tener algún día el
tiempo de estudiar esta historia, que no es iegendaria, sino que es
sas documentos de la época en las bibliotecas de Eur ropa.

El progreso europeo invade estes paises
Pi een
rosas del espfrim! Un soni nga por la

“Quiero que

aciomai
'amente ahierıo a las
ans, Gone: Carte me

¡minado ia hima nots. le mu e dispersó sin un

in mirguna señal, El anger tine es reservado. Sz dies tímido,
up montén de cosas, pero no dice aad. Alrededor de Los
“amigos de los Artes", er Buenos Aires, hay ura masa considerable
de personas que se af 1 par fas cosas del espinas música, pin
ra, arquitectura, cuyas manifestaciones se suceden diariamente. Hay
en Ja calle Tucuinán, una pequeña hbierfa, de excelente estilo mode
no, Nevada por dos francesitas ÿ que constituye una verdadera emba
jada imrelectval, toda la buens sociedad acude alif, lee, compra; no
puede encontrarse allí ningun obra académica, sino ámo
mejor que se hace en París. ¡Porís! Es un espejismo para el
El argentino que no debe preoruparse para
decir, ganar dinero, comparte Su vida y Ses
parria y Francia. TOR, Francia, que haces don
pare sa corzenario, 2 ese país Meno Je unas nociones despiertas de
aquello que constituye iz fuerza imtclectuol de París, de este inmenso
pastel helsdo, de mármol blance, esculpido bajo los auspicios del
Instituto, te ofendes a} ofender ci beilo paseo de Alvear y de Pal
mo!

Quizá hace solamente diez años que Buenos Aires se mueve de
una forma útil a favor del arte. Puede verse por su arquitectura que
ha pasado a nuevas manos, Son los grandes ganaderos, los grandes
propietarios, los grandes negociantes que provocan este movimiento,
Hasta ahora, es la señora Victoria Ocampo, la única que ha hecho ei
gusto decisivo en arquitectuts, al construir una casa que promovió un
escindalo. Pacs bien, Buenos Aires cs así, con sus dos millones de
habitantes, emigr mientos de baratillo, que chocan

a esta mujer sola, poro que quiere, Eu su casa puede hallarse à
Picasso y a Léger, en un marco de una pureza que yo he encontrado
may raramente en alguna parte.

En el Brasil, Paulo Prado. plantador de café, firanciero y filósofo,
ha introducido a Cendrars, Sao Paulo, situado en una alta planicie de

sente lo

32 PRECISIONES

800 metros de altura, ciudad incomprensible, de tan vieja como
parece, a pesar de sus rascacielos y sus recientes grandes barrios, Sio
Paulo se agita. En el Brasil (como, por otra parte, en la Argentina)
L'Esprit Nouveau, muestra revista del año 1920, ha suscitado ambi-
ciones. Estos países, Argentina —vieja Castilla—, Brasil viejo Portu-
gal, han llegado a una hora en que quieren dibujar su historia. La
historia de los pueblos nunca es sino la expresión de un ideal contem-
poránco, una fabricación espiritual que es como una doctrina, una
descripción de sí misma, una definición propia. La historia no existe,
se la manipula. Así, pues, se ve surgir la ficción de la “raza”. Viajeros,
os reis en Buenos Aires o en Sáo Paulo cuando un patriota demasiado
confiado entona delante vuestro esta canción. Estin ustedes en un
error, ya que uno se convierte en americano, en América, aunque se
sea emigrante por todos costados. Los jóvenes de Sáo Paulo me han
expuesto su tesis: “Somos Antropófagos”; la antropofagia no era una
costumbre glotona; era un rito esotérico, una comunión con las mejo-
res fuerzas. La comida era escasa; eran cien o quinientos para comer
carne del guerrero hecho prisionero. Este guerrero era valeroso; se
asimilaban sus virtudes, pero también, este guerrero, a Su vez, había
comido la carne de sus propios guerreros de la tribu. Por consiguien-
te, comiendo su carne, se asimilaba la misma carne de sus propios
antepasados,

Los jóvenes de Sio Paulo, al denominarse antropöfagos, quieren
expresar de este modo que quieren hacer frente a la disolución inter-
nacional, por la adhesión a los principios heróicos, cuyo recuerdo
está todavía presente.

Tal sobresalto de valor no es inútil, allí. Yo les he dicho muchas
veces: “Sôis tímidos y timoratos, tenéis miedo. Nosotros, equipo de
París, somos mucho más intrépidos que vosotros y os lo voy a expli-
car: en vosotros, los problemas son tan numerosos, tan inmensos, los
hinterlands que deben colonizarse son tan grandes, que vuestras ener-
gías se diluyen inmediatamente por las dimensiones, las cantidades y
las distancias. Mientras que nosotros, de París, no tenemos que hacer
nada de todo esto. No existen los hinterlands. El país cstá saturado,
Si söis uno para diez trabajos, nosotros somos diez para un solo
trabajo. Entonces, nuestras energías se concentran en ellas mismas,
no se consumen, se repliegan; van en profundidad y saltan muy alto y
por ello, nosotros, somos los temerarios del mundo. París no tiene
piedad; allí se libra una batalla implacable, Es el lugar de los campeo-
matos o de los gladiadores. Nos enfrentamos y nos matamos. París

PROLOGO AMERICANO. 33

está enlosado de cadáveres. París es un concilio caníbal, que establece
el dogma del momento. París es un seleccionador.

Estas pudieran ser las impresiones de un viajero.

Si tenéis la suerte de arravesar un océano en un gran buque, de
sobrevolar, en avión, unos estuarios, ríos gigantescos, llanuras sin
limites, ver apretujarse cn los puertos los barcos mercantes, leer en
un mapa mural la inmensidad no colonizada de un país grandioso,
cuando se siente bajo la presión del progreso, tembalear la noción de
lus fronteras, de los países; cuando se consider. que las costumba
tienden a ser todas las misinas, pero que sólo tna refund
moral romperá las vueltas incoherenres del meandro de una civilize
ción caducada; que Francia, porque fue artista y cartesiaaa cs, por
doquier, cl faro que dirige (ese faro que vanamente intentan apagar
una parte de sus propias instituciones oficiales); que los Estados Unt
dos son el gran motor del mundo moderno; que Moscú es la descone-
cida reluciente; que los jóvenes de Montevideo juegan al baloncesto
con un ardor persuasivo, que hablan con el cigarrillo en la boca, las
manos en los bolsillos y que en su terra, el respeto reside en la
mirada y el sombrero permanece en su cabeza; cuando se piensa que
Buenos Aires es un potencial, el Nueva York de una próxima aventu-
ra, en donde el orden sublime será el efecto de unas digestiones y en
donde la grandeza será una influencia todavia desconocida de lirismo;
que las ciudades del mundo, y, particularmente, las ciudades de Jos
países llamados “viejos” podrían convertirse no ya on relicarios de
una belleza que fue revolucionaria en su época, sino que podrían ser
unas provocadoras irresistibles de entusiasmos colectivos, de acción
colectiva, de alegría general, de orgullo y, por consiguiente, de uns
felicidad individual esparcida por todas partes; y que bastaría de que
una autoridad un hombre— lo suficiente lírica, disparase la mäqui
sa, dictasc una ley, un reglamento, una doctrina y entonces el mundo
moderno empezaría a salir del ennegrecimiento de sus manos y de su
rostro de trabajo, y sonreiría, poderoso, contento, creyente; —cuan:
do se ve el mundo desde lo alto, de lo más alto. en anchura y
extensión, —y que todo nos da la ocasiôn- puede considerarse, enton-
ces, que la arquitectura es nueva, que está en sus principios, que será
inmensa y unitaria, pos mares y continentes, bajo un solo signo. La
onda arquitectural, lo mismo que la onda eléctrica envuelve la tierra
y en todos lados hay anteras

¡Qué viejos somos aún, en un mundo nuevo! ¡Cuán mezquinos
somos!

El deporte —también del corazón— nos salvará. ¡Corramos el

CIONES.

riesgo de la aventura! La Aventura: el Río de la Plata @ quinientos
metros por debajo es rojizo por sus barrizales; es ilimitado en los
came horizontes. Nos encontramos doce en la carlinga; el ciclo as
gentino es nuestro alrededor, El plano del ala es paralelo al del agua
el borde del ala se pone sobre el agua del horizomte. Todo son mate-
riales nuevos; mácar, #1 ala de aluminio, el agua rosa, el cielo sranspo-

rente; las líneas son rectas; los planos son horizontales. La sensación,
en todos lados es lisa. El vuelo es regular, continuo, completo.
juitectura? Pi

si es en todo esto que se ve y se siente, ahí
toda la morai de la arquitectura: real, puro, ordenado, órga-
aventura

Be intentado la conquista de América por una razón implacable y
por una gran ternura que he sentido por las cosas y por las gentes; he
comprendido en la tierra de estos hermanos separados de nosotros
por el silencio de un océano, los escrúpulos, las dudas, las vacitacio-
nes y las razones que motivan el estado actual de sus manifestaciones
y tengo confianza en el futaro

Bajo semejante Luz, la ara

rectura nacerá.

Fue en casa de la encantadora e inteligente duquesa de Dato, en
París, que conocí a González Garaño. Me obligó a salir para Buenos
Aires, para que expresara en esa capital, en gestación gigantesca, las
restidades y la próxima suerte de la arquirccnura modems, Por o:
part ulo Prado, desde el año 1925, me llamaba desde Séo Paulo y
Blaise Cendrars, en París, ine ¿ba empujando con gren número de
argumentos, mapas geográficos y fotografías.

No puede emprenderse un tan largo viaje a la
no hay que ir a desarrollar uns
sin fundamento.

Hasta ahora, en las capitales de Europa, había procurado limitar
mi tema en dns conferencias: una, “Arquitectura”, la otra, “Urbanis-
mo” y pude conseguir mantener en constante atención, durante dos,
¡es y hasta cuatro horas, a un público que seguía ios trazos de mi
lápiz y de mis tizas de colores, los asombrosos saltos de la lógica,
pues me surgió una técnica de conferencias, Preparé, pues, mi caballe-
te: un bloc de una decena de grandes hojas de papel, en las cuales

igera. Schre todo
ideas aproximadas o unas hipótesis

5e

i
i
i

as AAC AAA EA

A

cis

PROLOGO AMERICANO 35

dibujo en negro y en colores; un cordel tendido de un extremo a otro
del escenario, detrás de mí, del cual hice colgar las hojas, una después
de otra, así que están ya cubiertas con los dibujos. De esta forma, el
auditorio tiene bajo la vista el desarrollo completo de la idea. Final-
mente, una pantalla para el centenar de proyecciones que materia-
lizan los razonamientos precedentes. Cada ciudad que visito me apa-
rece bajo distinto aspecto. Presiento ciertas necesidades, Me establez-
co una cierta línea de conducta apropiada a mi público; por otra
parte, muchas veces, en el curso de la conferencia, esta línea puede
modificarse, Entonces, improviso, ya que al público le gusta sentir
que se está creando para él. De esta manera no se duerme.

En Buenos, Aires convinimos que dividiríamos el tema en diez
conferencias. La iniciativa fue tomada por la Asociación de “Amigos
del Arte”, que dirige magistralmente la señora Helena Sansinena de
Elizalde. La Facultad de Ciencias Exactas, con su decano (que es más
joven que yo), el señor Butti, tomó a su cargo cuatro de estas confe-
rencias y, finalmente, los “Amigos de la Ciudad”, también organi-
zaton una.

36 PRECISIONES
He aquí la lista de estas conferencias argentinas:

Jueves 3 octubre 1929... “Amigos de las Artes”: Liberarse de
todo espiritu académico.

Sábado 5 — + “Amigos de las Artes”: Las técnicas
son la base misma del lirismo.

Martes 8 — o “Facultad de Ciencias Exactas”: Ar
quitectura en todo. Urbanismo en
todo.

Jueves 10. — “Facultad de Ciencias Exactas”: Una
célula a escala humana.

Viernes 11 — .. “Amigos de las Artes”: El plano de la
casa moderna,

Lunes 13 — + “Amigos de la Ciudad”: Un hombre =
una célula; unas células = la ciudad.

Martes 15 — “Facultad de Ciencias Exactas”: Una
casa. Un palacio.

Jueves 17 — .. “Facultad de Ciencias Exactas”: La
Ciudad mundial.

Viernes 18 — .. “Amigos de las Artes”: El plan “Voi-
sin” de París y el plan de Buenos
Aires,

Sábado 19 — + “Amigos de las Artes”: La aventura

del mobiliario. *

Una vez terminado este ciclo, me pidieron que dejara una señal
itil, Yo nunca había tenido la ocasión de expresarme tan abundante-
mente, Me sentía feliz al poder dar hechos precisos, y, sin embargo,
en cada una de mis conferencias la hora me acosaba: hubiera podido
dar icien conferencias!

Acabé por descubrir un gran consuelo en la profesión de confe-
renciante ambulante improvisado; héla aquí: he vivido durante su
celebración momentos agudos de lucidez, de cristalización del pensa-
miento. Ante ustedes tienen a un auditorio numeroso y hostil. Al
decir hostil quiero decir que está colocado en la desagradable situa-
ción de un comensal a quien se le quiere hacer comer un pollo sin
masticar, Novedades y más novedades caen sobre él; su utillaje de

„Por razones locales de oportunidad, estas conferencias no han sido dadas
gen del programa sometido agus gic me lamaon de Buenos Ares La de
delos capıtuos de este libro restablece la Lina lógica de mi programa.

sin ot
bucion

PROLOGO AMERICANO 37

receptividad se desborda. Entonces es necesario darle un alimento
comestible, es decir, hay que exponerle unos sistemas claros, indiscu-
tibles, incluso fulminantes. Cuando estáis en vuestro trabajo cotidia-
no, nada os obliga a esas cristatizaciones instantáneas. Cuando os
encontrdis ante un auditorio al cual habdis atraído, poco a poco, a las
regiones tácitas que delimita vuestro lápiz, hay que “expresar”, “ilu-
minar”, “formular”. Y ahí está la pesada, pero fecunda gimnasia del
conferenciante improvisador, ¡Ha distinguido unas vías claras! TE
jncluso conserva el beneficio para sí mismo!

Al salir de este ciclo en el cual había recorrido los caminos de la
arquitectura, la proposición me sonrió de fijar para un lector desco-
nocido, la trama de la idea. Mis dibujos se pusieron de lado, Es
alrededor de cstos dibujos que se reproducen aqui*, que voy a té
constituir mi canción de Buenos Aires.

+ Con obicto de restablecer lo mejor poste el contacto entre el texto que sigue a
cóminacin y des Hbujos que acompañaban Íntmmamene la palbi we ha hah una
‘numeracin de es imágenes sobre ls planchas y repetido en texto