discípulos de Cristo para recordar quién es el hermano de quien. Por
ejemplo, los dos mencionan que Andrés era hermano de Simón,
apodado Pedro, y que Juan era hijo de Zebedeo y hermano de Jacobo,
el hijo de Zebedeo, y no dicen que Jacobo, el hijo de Alfeo, tuviera un
hijo, y tampoco que Tadeo o Lebeo tuviera algo que ver con Jacobo,
el hijo de Alfeo!
4) El Evangelio de Juan dice en el capítulo 14, versículo 22:
“Judas, no el Iscariote, le dijo: —¿Por qué, Señor, estás dispuesto a
manifestarte a nosotros, y no al mundo?” Aquí, el autor del Evangelio
de Juan quiso mencionar el nombre de “Judas, el discípulo”, pero al
pensar que el lector pudiera equivocarse y pensar que se trataba de
Judas, el Iscariote, especificó que no se refería a él. Si Judas hubiera
sido realmente hijo de Jacobo, entonces tenía dos nombres más, Tadeo
y Lebeo, y el autor del Evangelio de Juan podía haber usado cualquiera
de estos nombres para presentarlo, diciendo “Tadeo le dijo”, “Lebeo
le dijo”, “Lebeo, apodado Tadeo, le dijo”, “Judas, apodado Tadeo, le
dijo” o “Judas le dijo”, pero él dijo en cambio: “Judas, no el Iscariote”!
2. Natanael:
El Evangelio de Juan se distingue por mencionar un nuevo
nombre que no aparece en ningún otro Evangelio, el de Natanael.
Esto es lo que hizo que el pastor estadounidense John Shelby
Spong dijera que, después de cinco años de estudios continuos sobre
el Evangelio de Juan, llegó a la conclusión de que este Evangelio no
pudo ser escrito por Juan, el hijo de Zebedeo, ni por ninguno de los
discípulos de Cristo; de que muchos de los personajes que aparecen en
este Evangelio son creaciones literarias de su autor que no existieron
en realidad, y esto incluye el nombre de Natanael, presentado por el
Evangelio de Juan como el único discípulo que presenció en evento de
la resurrección; de que probablemente ninguna de las frases atribuidas
a Jesús en este Evangelio fueron dichas por él, incluidas todas las que