"El Día que el Pueblo se Hizo Grande" (Cuento infantil sobre la Batalla de Puebla) Hace muchos años, en un país llamado México, la gente vivía con esperanza, pero también con preocupación. Un gran ejército de Francia, con muchos soldados y armas, venía a invadir. Querían tomar el control del país, y todos decían: —¡Son demasiados! ¡Jamás podremos ganar! Pero un hombre valiente llamado Ignacio Zaragoza se levantó y dijo: —Puede que sean más, pero nosotros luchamos por lo que amamos: ¡nuestra tierra, nuestra gente y nuestra libertad! Zaragoza reunió a personas de todas partes: campesinos, panaderos, jóvenes soldados y hasta músicos que tocaban tambores. Aunque no tenían los mejores uniformes ni las armas más grandes, tenían algo muy poderoso: coraje y amor por su patria. El 5 de mayo de 1862, en la ciudad de Puebla, el ejército mexicano se preparó para una gran batalla. Llovía un poco, y todos estaban nerviosos, pero al ver a Zaragoza firme y decidido, sus corazones se llenaron de fuerza. —¡Hoy demostramos que México no se rinde! —gritó el general. Los franceses avanzaron con sus cañones y marchas ruidosas. Pero los mexicanos resistieron con valor, usando todo lo que tenían: rocas, palas, y mucha determinación. ¡Y lo increíble sucedió! Aunque eran menos, los mexicanos ganaron la batalla. Ese día, el pueblo se hizo grande. No por sus armas, sino por su unidad y valentía. Desde entonces, cada 5 de mayo celebramos ese momento para recordar que, cuando luchamos juntos, nada es imposible. FIN