El movimiento de la corriente de aire ocurre siguiendo un criterio racional,
adecuándose a las diversas condiciones fisicas en las cuales se encuentra
el aire durante el secado. En la entrada de cada cámara, el aire tiene una
temperatura superior a la del ambiente, que se eleva y atraviesa los
estantes colocados en la primera mitad de la cámara en un sentido vertical,
de abajo hacia arriba. Por la acción secante ejercida por la masa cerámica,
sucede un enriquecimiento de humedad y un consecuente enfriamiento. Por
eso, la masa gaseosa producida tiende a descender. La abertura de descarga
dispuesta sobre la solera favorece el tránsito natural de la corriente gaseosa
(corriente contraria) y evita cualquier paralización del aire en la cámara. Si la
abertura de descarga se encuentra en la parte alta del secador, toda la carga
que estuviere debajo de la abertura del flujo del fluido permanecerá en una
zona muerta, donde buena parte del aire se satura, con la consecuente
condensación de vapor de agua.
Las cámaras de secado presentan la ventaja de ajustarse a las regulaciones
de temperatura y del estado higrométrico de una forma bastante precisa,
pudiendo introducir aire frío en el circuito. Sin embargo, no evitan graves
inconvenientes debido a la falta de uniformidad de las condiciones de
secado en la cámara. De hecho, las piezas situadas en las proximidades de
la abertura de la entrada de aire reciben una acción secante, que es más
acentuada con respecto a aquellas piezas colocadas en la parte opuesta de
la cámara, próximas al flujo de aire húmedo.
Algunos tipos de errores cometidos en ese tipo de secador son: la inyección de
aire frío al comienzo de la operación es muy común, lo que no es
aconsejable. El frío cierra la superficie de la pieza, provocando la
aproximación del grano arcilloso, retardando el proceso de secado. Al inicio
del secado, se debe adicionar aire caliente, dejando la atmósfera rica en
humedad y calor, lo que provoca la apertura de pasajes micro- capilares al
interior de la pieza, facilitando la salida de agua, permitiendo una mayor
velocidad de secado.
La introducción de ventilación en ese tipo de secador debe darse después
de la preparación de la pieza a través del aire caliente. No existe un tiempo
predeterminado, ya que cada pieza tiene un tamaño y una geometría y, por
lo tanto, una dificultad específica para la eliminación del agua interna. Se
debe usar un buen criterio para analizar todo tipo de pieza, manteniéndose
abierta sólo la puerta de entrada. La ausencia de puertas perjudica el
proceso de secado. La entrada de ventilación por la puerta es perjudicial
para el proceso de secado, ya que el aire caliente se dispersa yendo hacia
el techo de la cámara, haciendo el secado más lento y deficiente. En cuanto
al consumo de electricidad, no hay muchas diferencias en relación al
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