Soir bleu

AliciaMendozaKrauss 840 views 12 slides Feb 28, 2015
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Soir bleu : aproximación al edward hopper simbolista

Está en el Whitney Museum of American Art de Nueva York. Uno de sus trabajos hechos en el París donde triunfan Picasso y Matisse (1914). La obra más significativa de su primera etapa, en la que huella simbolista es muy evidente. El título podría estar inspirado en unos versos de Arthur Rimbaud : " Par les soirs bleus d'été ...".

Sensation Par les soirs bleus d'été, j'irai dans les sentiers, Picoté par les blés, fouler l'herbe menue, Rêveur, j'en sentirai la fraîcheur à mes pieds. Je laisserai le vent baigner ma tête nue. Je ne parlerai pas, je ne penserai rien: Mais l'amour infini me montera dans l'âme, Et j'irais loin, bien loin, comme un bohémien, Par la nature, heureux comme avec une femme.   Arthur Rimbaud , 1870.       Sentimiento En las noches azules de verano iré por los senderos, Picoteado por el trigo, a pisar la hierba menuda: Soñador, sentiré su frescura bajo mis pies. Dejaré que el viento bañe mi cabeza desnuda.   No hablaré, no pensaré nada, Pero el amor infinito crecerá en mi alma, E iré lejos, muy lejos, igual que un bohemio, Por la naturaleza, feliz como junto a una mujer.  

Raro en su estilo por la cantidad de personajes que aparecen en él, nada menos que siete y de distintas capas sociales: a la izquierda, un proxeneta sentado solo en una mesa; al lado, un hombre de perfil cuyos ojos desaparecen bajo una gran boina de tipo vasco y que lleva barba y un cigarrillo en la comisura de los labios; un payaso que está ostensiblemente sentado en el centro del espacio de la derecha; entre estos dos personajes hay un militar, sin duda un oficial, sentado también a la mesa, de espaldas al espectador; dada la posición de su cabeza, parece mirar a una mujer muy maquillada, obviamente, una prostituta, que está de pie en el otro lado de la barandilla. Por último, más a la derecha en la siguiente mesa, un pareja de burgueses bien vestidos, con el peinado y la barba muy cuidados, observan al grupo.

El consumo de cigarrillos es un punto en común entre el proxeneta, el hombre de la boina y el payaso … Significa que las tres figuras están conectadas entre sí por una gran afinidad. Los tres tienen un cigarrillo en la comisura de los labios, pero no emiten humo. Los cigarrillos son más bien un atributo, un signo de pertenencia a una capa social determinada, que es, en este caso, el Paris bohemio de principios del siglo veinte, en el que artistas de medio mundo y delincuentes conviven.

De pie, más allá de la balaustrada, como si presidiera esta variopinta troupe, hay una belleza altiva con maquillaje llamativo, su cara pintada exigiendo atención en el brillante resplandor de los faroles orientales en la noche azul.

Hopper se autorretrata como Pierrot, el payaso blanco de la Commedia dell'Arte , fumando en la misma mesa que Van Gogh (el personaje de la boina).

Quizás es su manera de decir que, en pleno auge del expresionismo abstracto americano, él busca su propia propuesta figurativa profundamente implicada en la sociedad estadounidense de su tiempo, pero con una envoltura artística netamente europea, heredada directamente del París de Degas y Toulouse-Lautrec. Algo que lo hizo absolutamente único, como única ha sido su capacidad para representar la melancolía, el misterio, la intimidad profunda del pensamiento de unos personajes que no terminan de acoplarse bien al espacio en el que habitan.

La artificialidad de Soir Bleu es inevitable e intencional. Hopper, como dramaturgo, ha reunido a un elenco de personajes y tipos tradicionales que interpretan el juego eterno del cortejo, la solicitud, y el autoaislamiento trágico.   En Soir Bleu , somos testigos de un temprano intento de Hopper por crear, en lugar de simplemente expresar, de una sofisticada alegoría anti-sentimental de la vida de la ciudad.

De vuelta en Estados Unidos, muchos años después, creó su obra maestra " Nighthawks " (1942), con toda la realidad mundana que buscaba en Soir Bleu , cuando todavía era demasiado joven ser emocionalmente convincente.

Soir Bleu evoca el lugar del artista en la sociedad -un tema raro en Hopper-. Su último cuadro "Dos cómicos" (1966) será otra variación de este tema. Muestra a dos cómicos saliendo a saludar desde el proscenio despidiéndose de los espectadores, como un adiós premonitorio, y esos dos cómicos que parecen reírse del mundo al que le están diciendo adiós no son otros que el propio Hopper y su mujer. Hopper ciertamente identifica al payaso con el artista.

Tal cual obra de arte, Soir Bleu genera dudas en el espectador, llevándolo a las más diversas interpretaciones. Así, Gail S. Myhre , en la página web del Art Museum Journal, escribe (17 de agosto de 2009): The painting’s figures appear stiff, their arrangement artificial […] each a specific Parisian urban type , have a little to do with each other as with the viewer. A single female addresses the viewer directly and she is the farthest from us in space, her features masked and unreadable […] Though these people take their evening refreshment together, their isolation from one another is complete and absolute […] As with Mona Lisa’s smile, we find ourselves always wondering about what are they thinking.
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