Impresiones de un viajero ambientalista en la Polinesia Francesa.
Size: 4.16 MB
Language: es
Added: Mar 31, 2015
Slides: 58 pages
Slide Content
Tahití: Moorea y Bora
Bora
Marc Dourojeanni
2015
¡Sueño realizado!
Visitar, aunque sea muy brevemente y como cualquier
otro turista, dos de las maravillosas islas de la inmensa
Polinesia Francesa.
Este es un simple relato fotográfico de la visita, sin
ninguna pretensión.
Papeete, la capital, vista desde el aire
Vista parcial de Papeete, en la Isla de
Tahití
El remo en canoas
con balancín es el
deporte nacional
en toda la
Polinesia.
Anocheceres, como este sobre Moorea vista desde Papeete, y
amaneceres son espectaculares.
Aproximando la Isla de
Moorea
Moorea es linda, muy
verde.
Entrando a una de las bahías de
Moorea.
Los hoteles de lujo son excelentes pero exorbitantemente caros,
en especial la comida que puede costar cuatro veces más que lo
normal para su calidad.
Pero existe, para quien tiene tiempo, muchas opciones más
baratas y, sin duda, más típicas.
Los hoteles de lujo mantienen programas conservacionistas y
educativos con tortugas, delfines y corales.
Pero, en general, es poco
lo que se hace en esas
islas turísticas para
conservar el medio
ambiente.
Los guías ni mencionan
el tema, alimentan los
peces para atraerlos y
mutilan las rayas para
poder exhibirlas.
En los hoteles no hay
control para evitar que
los turistas alimenten
inadecuadamente a los
peces o los maltraten.
No se observan tantas aves como se espera, pero las hay y
algunas son muy lindas.
Los peces y otros animales
marinos son la mayor
riqueza biótica de la
Polinesia. Las rayas abundan
en las lagunas y son un
símbolo de la Polinesia
Francesa.
Pero la mayoría de los
arrecifes coralíferos
donde viven están muy
maltratados por el
turismo y esos peces ya
no son tan abundantes
ni fáciles de ver.
Las ostras y sus perlas negras y de otros tonos son un gran
negocio de la Polinesia
En las islas las
gallináceas corren
sueltas, silvestres.
De Moorea a Bora
Bora en turbohélice
llegando a un
verdadero
aeropuerto, o sea,
mitad puerto.
Foto aérea de Bora Bora, su
laguna interior y, al parecer,
del hotel en que nos
hospedamos.
El mar es bravo atrás de la barrera
de arrecifes sobre el que están
construidos muchos hoteles.
Las olas, como las de la próxima
vista tienen más de 6 metros.
El morro principal de Bora Bora
Las cabañas son palafitos muy cómodos
Los isleños jóvenes
son muy guapos.
Pero los viejos
suelen ser todos
gordos.
En general se
parecen se parecen
mucho a los «cholos»
costeños del norte
del Perú.
Son muy alegres y
simpáticos. Gustan
de cantar y tocar
música.
Donde lo
grande y lo
pequeño se
juntan.
Quizá lo más impresionante de
Bora Bora sean los colores y la
transparencia del mar interior.
Hay muchas
excursiones
disponibles
para ver
peces, en
especial
rayas y
tiburones.
Alimentando los
tiburones antes de
bañarse con ellos.
Nadar en medio de unos 20
tiburones, aunque sean de los
menos agresivos y no mayores de
1,5 metros es una experiencia
intimidante.
Plantas que «caminan» y
cangrejos ermitaños que
suben en árboles.
Este cangrejo de peña
se parece mucho a los
peruanos.