TECNOFEUDALISMO: el i-CAPITALISMO.

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En esencia el capitalismo de hoy terminará no con un estallido revolucionario, sino con un gemido evolutivo.


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TECNOFEUDALISMO: EL i-CAPITALISMO.

Manfred Nolte

Yanis Varoufakis es un economista, líder político y autor de varios libros superventas.
Nacido en Atenas en 1961, fue durante muchos años profesor de economía en Gran
Bretaña, Australia y Estados Unidos antes de dedicarse a la política. Como ministro de
finanzas fue célebre por sus desaires el inconformismo mostrado con los términos de
uno los rescates griegos en la primavera de 2015 frente al todopoderoso Wolfgang
Schäuble y los implacables ‘hombres de negro’, que finalmente provocó su dimisión. Es
cofundador del movimiento popular internacional DiEM25 y profesor de Economía en la
Universidad de Atenas. Su libro más reciente lleva por título ‘Tecnofeudalismo’, con el
siguiente subtitulo: ‘lo que mató al capitalismo’.

Como en algunos relatos de los antiguos clásicos, Varoufakis escribe estableciendo a lo
largo del texto un ameno diálogo con su propio padre con el que desgrana la evolución
del capitalismo desde la invención de la primera espada de acero hasta nuestros días.
Un texto ameno al que solo ha faltado pisar tierra y alejarse de la lírica económica para
tener alguna utilidad práctica. Acumuladas, las sucesivas fantasías y ensoñaciones de
dudoso carácter técnico acaban rebasando el muro de lo razonable y se desbordan en
forma de trivialidades. La ‘Utopía’ de Tomás Moro, pero sin su candor y profundidad. Un
entretenido libro de ciencia-ficción. La ciencia ficción no deja de ser la arqueología del
futuro. Por lo demás, Varoufakis reconoce que la ciencia ficción siempre ha estado entre
nosotros. Claro que, quien escribe estas líneas no es un especialista en la transición
digital, por lo que, desde ahora mismo sujeta sus reflexiones a otras más autorizadas.

No es fácil condensar el mensaje central de un texto vivaz y descriptivo, repleto de
ejemplos variopintos, pero de escasos descansos y resúmenes para la reflexión. En
esencia el capitalismo de hoy terminará no con un estallido revolucionario, sino con un

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gemido evolutivo. Así como este desplazó al feudalismo gradual y subrepticiamente,
hasta que un día la mayor parte de las relaciones humanas se basaron en el mercado y
el feudalismo fue arrasado, hoy el capitalismo está siendo derrocado por un nuevo modo
económico: el Tecnofeudalismo. Porque la extracción de valor se ha alejado cada vez
más de los mercados hacia plataformas digitales, como Facebook, Amazon, Google y
otras que ya no operan como empresas oligopólicas, sino más bien como feudos o
propiedades privadas. Internet, y el mundo digital, la nube, han logrado hacer lo que el
proletariado nunca consiguió. Se han utilizado las modernas tecnologías y sus
aplicaciones como Alexa, Google Assistant o Google Maps para robotizar a los seres
humanos y volver a precarizarlos. “En el libro -habla Varoufakis- sostengo que nuestras
preferencias ahora no están determinadas por los mercados sino por las redes de
máquinas, lo que yo llamo “capital de la nube”. Alexa de Amazon, por ejemplo, es el
portal a un sistema totalitario y totalmente centralizado, de creación y satisfacción de
preferencias.”

El Tecnofeudalismo denuncia los ingresos gratuitos obtenidos por las plataformas
tecnológicas. Lo que otorga a la economía digital su peculiar sabor tecnofeudal es que,
si bien los trabajadores siguen siendo presuntamente explotados de todas los antiguos
maneras capitalistas, -siempre según Varoufakis-, ahora son los nuevos gigantes
digitales, armados con sofisticados medios de depredación, los que más se benefician.
De forma análoga a los señores feudales, consiguen apropiarse de enormes porciones
de la masa global de plusvalía sin participar directamente en la explotación del trabajo
o en el proceso productivo. El intelectual griego piensa que cada vez que alguien publica
algo en Facebook, tuitea o compra en Amazon y publica una reseña, está agregando
capital a los capitalistas directamente. Hasta ahora, la única forma de crear capital era a
través del trabajo asalariado. El capitalista retiene la plusvalía del trabajo -el célebre
tópico marxista-, y a partir de esa plusvalía el capitalista acumulaba capital. Esa relación
es ya historia.

El proceso se sustenta en dos pilares. En primer lugar, no hay mercado, ni competencia
ni capitalismo, allí donde los bancos centrales han imprimido billones de billetes para
entregárselo a los bancos y a las grandes empresas en particular a las tecnológicas,
reemplazando de esta manera el dinero bancario a los beneficios del capital. Y en
segundo lugar, las plataformas sustituyen a los mercados. Amazon no es ni un mercado
monopolístico ni un mercado capitalista. Amazon.com, simplemente no es un mercado,
según el catedrático helénico. En el momento en que se entra en Amazon.com se accede
a un feudo digital propiedad de un solo hombre. Un hombre que decide lo que vas a ver.
Lo que vendes o compras en esa plataforma está determinado por ese algoritmo, por
los términos y condiciones establecidos por esa empresa.

El secreto del éxito de las gigantescas plataformas de las tecnologías de la información
radica en su capacidad para extraer, ensamblar y beneficiarse de una variedad de
conjuntos de datos. Disfruta de un eficaz monopolio debido a los efectos de red y a las
impresionantes economías de escala. Estas plataformas no son en realidad capitalistas,
sino rentistas disfrazados y las analogías feudales son fáciles de trazar: la tierra son los
datos, los ingresos son rentas y los feudalistas son en todo caso equivalentes, una
reducida clase dominante. Por la digitalización llegamos a la refundación del feudalismo.

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“Sí, el capital está ahí, excepto que este sistema no es el capitalismo. Es algo peor que
el capitalismo”, concluye Yanis Varoufakis.

No es este el lugar para críticas por la doble razón de las restricciones de espacio y por
el alto riesgo de una exposición incorrecta. Solo cabe concretar lo analizado en una
sensación de utópica fantasía, brillantemente redactada. Como tantos alardes líricos, es
bello en su melodía, pero sin conclusiones convincentes. La descripción que hizo
Fernand Braudel en una ocasión del capitalismo como ‘infinitamente adaptable’ no es
la peor perspectiva que se puede defender. Con todas las carencias del sistema.

Por cierto, Yanis Varoufakis es defensor de las monedas digitales de los bancos centrales
y apoya que el actual gobierno de coalición en España siga junto, pese a sus problemas.




















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EXTRACTOS DEL LIBRO ‘TECNOFEUDALISMO’ DE YANIS VAROUFAKIS.

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