TRASTORNO DE CONDUCTA - INT. PS. MANUEL CABRERA.pptx

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Presentation by Neil Tran TRASTORNO DE CONDUCTA INT. PS. MANUEL CABRERA

E s un trastorno mental diagnosticado en la infancia o la adolescencia que se presenta a través de un patrón de comportamiento repetitivo y persistente que incluye robos, mentiras, violencia física que puede llevar a la destrucción e incumplimiento imprudente de las normas , en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales normas propias de la edad. INTRODUCCIÓN

OMS U n patrón persistente de comportamientos que violan los derechos básicos de otras personas y las normas sociales apropiadas para la edad, manifestándose en agresión, destrucción de la propiedad, engaño o robo, y graves incumplimientos de normas . MINSA DSM-V DEFINICIONES Problemas en niños y adolescentes que se manifiestan en patrones de comportamiento agresivo, desobediente o desafiante, tales como la actividad delictiva o el consumo de drogas, y pueden ser causados por factores como el estrés y la disfunción familiar. P atrón de conducta repetitivo y persistente en el que se transgreden los derechos básicos de otros y las normas sociales apropiadas para la edad, afectando significativamente el funcionamiento social, académico o laboral del individuo.

Estas conductas, conocidas como "conductas antisociales ", son frecuentemente consideradas un precursor del trastorno antisocial de la personalidad, aunque no puede diagnosticarse hasta los 18 años. CAUSAS El trastorno de la conducta puede originarse por rechazo o negligencia parental y en estos casos, puede tratarse con terapia familiar, modificaciones conductuales y farmacoterapia . También puede estar relacionado con la exposición ambiental al plomo manifestándose como irritabilidad, dificultades de aprendizaje, hiperactividad y problemas de atención.

Genética: Existe una predisposición genética, que puede manifestarse como daños en el lóbulo frontal del cerebro, el cual regula funciones como la personalidad, la memoria y la resolución de problemas. Desequilibrios Neuroquímicos : Alteraciones en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina pueden influir en el comportamiento. FACTORES BIOLÓGICO AMBIENTAL PSICOLÓGICO Maltrato Infantil y Negligencia: Ser víctima de abuso o negligencia es un factor de riesgo importante. Entorno Familiar: Conflictos familiares, familias disfuncionales, o la presencia de padres con problemas de abuso de alcohol o drogas pueden contribuir. Pobreza: Vivir en un entorno de pobreza y carencias económicas está asociado con un mayor riesgo. Contexto Social: El entorno escolar y social puede ser un factor. El acoso escolar, la exclusión social y la falta de apoyo pueden intensificar los síntomas, especialmente en entornos desfavorecidos. Trastornos Emocionales Previos: La existencia de problemas psicológicos o emocionales previos puede aumentar el riesgo. Dificultades en la Regulación Emocional: Problemas para manejar y regular las propias emociones pueden ser un factor contribuyente.

Los factores de riesgo del trastorno de conducta incluyen experiencias de maltrato o negligencia, abuso de sustancias o problemas de salud mental en los padres, antecedentes familiares de trastornos similares, disfunción familiar, ser acosado, bajo estatus socioeconómico y dificultades académicas. La exposición prenatal a tóxicos y la falta de un entorno familiar y escolar protector también incrementan el riesgo. FACTORES DE RIESGO DISCAPACIDADES DE APRENDIZAJE FACTORES OGNITIVOS L a dificultad de aprendizaje (como la lectura, la escritura o las matemáticas) puede ser enmascarada por el trastorno de conducta, impidiendo que el niño aprenda y se relacione adecuadamente con su entorno. Las dificultades en las funciones ejecutivas pueden manifestarse en problemas para cambiar entre tareas, planificar, organizar e inhibir respuestas prepotentes. Estos resultados se mantienen incluso tras tener en cuenta variables como el estatus socioeconómico y la educación.

Más allá de las dificultades en las funciones ejecutivas, la investigación neurológica sobre jóvenes con trastorno de la conducta también muestra diferencias en la anatomía y función cerebral que reflejan los comportamientos y anomalías mentales asociados con el trastorno. DIFERENCIAS CEREBRALES En comparación con los controles normales, aquellos jóvenes con trastorno de conducta de inicio precoz y en la adolescencia mostraban respuestas reducidas en regiones cerebrales asociadas al comportamiento social, como la amígdala, la corteza prefrontal ventromedial , la ínsula y la corteza orbitofrontal . Además, los jóvenes con trastorno de la conducta mostraron menor capacidad de respuesta en las regiones orbitofrontales durante tareas de refuerzo de estímulos y recompensa. Esto proporciona una explicación neural para la tendencia de estos jóvenes a repetir patrones de toma de decisiones deficientes. Por último, los jóvenes con trastorno de la conducta presentan una reducción en el volumen de materia gris en la amígdala, lo que puede explicar los déficits en el condicionamiento al miedo,​ esta reducción se ha relacionado con dificultades para procesar estímulos emocionales sociales, independientemente de la edad de inicio. Además de las diferencias en neuroanatomía y patrones de activación, los perfiles neuroquímicos también varían entre los grupos.​ Los individuos con trastorno de conducta se caracterizan por tener niveles reducidos de serotonina y cortisol, es decir, un eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal reducido, así como un funcionamiento reducido del sistema nervioso autónomo. Estas reducciones están asociadas con la incapacidad para regular el estado de ánimo y los comportamientos impulsivos, señales debilitadas de ansiedad y miedo y una disminución de la autoestima .​ En conjunto, estos hallazgos explican parte de la variabilidad en los patrones psicológicos y conductuales de los jóvenes con trastorno de la conducta.

Tener un hermano o un progenitor con trastorno de conducta aumenta la probabilidad de padecerlo, con un índice de heredabilidad de 0,53 %. También parece haber un vínculo genético más fuerte para los individuos con inicio en la infancia en comparación con el inicio en la adolescencia .​ Además, los jóvenes con trastorno de la conducta presentan polimorfismos en el gen de la monoaminooxidasa A ,​ frecuencias cardíacas en reposo bajas y niveles elevados de testosterona . FACTORES INTRAINDIVIDUALES INFLUENCIAS FAMILIARES Y DE PARES FACTORES CONTEXTUALES MÁS AMPLIOS E l comportamiento antisocial sugestivo de trastorno de la conducta está asociado con el estatus de familia monoparental, el divorcio de los padres, familias numerosas y la edad joven de las madres .​ Sin embargo, estos factores son difíciles de separar de otras variables demográficas conocidas por estar vinculadas con el trastorno de la conducta, como la pobreza y el bajo nivel socioeconómico. El funcionamiento familiar y las interacciones entre padres e hijos también tienen un papel significativo en la agresión infantil y el trastorno de la conducta, con bajos niveles de involucramiento parental, supervisión inadecuada y prácticas disciplinarias impredecibles que refuerzan los comportamientos desafiantes de los jóvenes. Estos no son factores estáticos, sino transaccionales, es decir, los individuos son influenciados por su entorno y también lo afectan. Por ejemplo, la seguridad del vecindario y la exposición a la violencia se han estudiado en relación con el trastorno de la conducta, pero no se trata simplemente de que los jóvenes con tendencias agresivas residan en vecindarios violentos. Los modelos transaccionales proponen que los jóvenes pueden recurrir a la violencia con mayor frecuencia como resultado de la exposición a la violencia comunitaria, pero su predisposición hacia la violencia también contribuye al clima del vecindario.

Uno de los síntomas característicos del trastorno de la conducta es un nivel reducido de miedo. Estudios sobre la exposición de niños pequeños al miedo y la angustia muestran que la emocionalidad negativa (miedo) predice la respuesta empática de los menores. El trastorno de la conducta puede manifestarse con emociones prosociales limitadas, falta de remordimiento o culpa, ausencia de empatía, desinterés por el desempeño y afecto superficial o deficiente. Los síntomas varían según el individuo, pero se agrupan en cuatro categorías principales. SIGNOS Y SÍNTOMAS AGRESIÓN A LAS PERSONAS O ANIMALES Acosa, amenaza o intimida frecuentemente a otros. Inicia peleas físicas con regularidad. Ha utilizado armas que pueden causar daño físico grave, como un bate, ladrillo, botella rota, cuchillo, pistola. Ha sido físicamente cruel con personas. Ha sido físicamente cruel con animales. Ha robado enfrentándose a la víctima, por ejemplo, atraco, robo de bolso, extorsión, robo a mano armada. No muestra remordimiento ni empatía por el daño, miedo o dolor que pueda haber causado a otros .

Ha provocado incendios deliberadamente con la intención de causar daños graves. Ha destruido intencionadamente la propiedad de otros (no por incendio). DESTRUCCIÓN DE PROPIEDAD ENGAÑO O ROBO VIOLACIONES GRAVES DE REGLAS Ha irrumpido en casas, edificios, vehículos u otros lugares ajenos. Miente frecuentemente para obtener bienes, favores o evitar obligaciones, es decir, "engaña" a otros. Ha robado objetos de valor significativo sin enfrentarse a la víctima, por ejemplo, hurtos en tiendas sin allanamiento, falsificación. A menudo permanece fuera de casa por la noche a pesar de las prohibiciones paternas, desde antes de los 13 años. Se ha escapado de casa al menos dos veces durante la noche mientras vivía con sus padres o tutores, o ha estado sin volver durante un largo período de tiempo. Falta frecuentemente a la escuela, comenzando antes de los 13 años. La falta de empatía y la agresividad que acompaña a esta indiferencia por las consecuencias son peligrosas, tanto para el individuo como para quienes lo rodean .

Actualmente, se consideran dos posibles trayectorias de desarrollo para el trastorno de la conducta: CURSO DEL DESARROLLO INICIO EN LA INFANCIA Ocurre cuando los síntomas se presentan antes de los 10 años. Este tipo se asocia con un curso más persistente y comportamientos más generalizados, incluyendo mayores niveles de síntomas de TDAH, déficits neuropsicológicos, problemas académicos, disfunción familiar y una mayor probabilidad de agresión y violencia . Existe controversia entre los profesionales sobre la validez y pertinencia de diagnosticar el trastorno de la conducta en niños pequeños, ya que las características del diagnóstico son comunes en menores derivados a servicios de salud mental. Un diagnóstico prematuro podría etiquetar y estigmatizar innecesariamente a un menor, además, algunos argumentan que ciertos niños podrían no tener trastorno de la conducta, sino estar mostrando comportamientos disruptivos propios del desarrollo. INICIO EN LA ADOLESCENCIA Ocurre cuando los síntomas se presentan después de los 10 años. Los individuos con este tipo muestran menos deterioro que aquellos con inicio en la infancia y no presentan una psicopatología similar . En ocasiones, estos individuos abandonan sus patrones desviados antes de la edad adulta. La investigación sugiere que hay más casos de inicio en la adolescencia que en la infancia, lo que podría indicar que este tipo es una exageración de comportamientos típicos de la adolescencia, como la rebeldía contra figuras de autoridad y el rechazo a los valores convencionales .

Los niños con trastorno de la conducta tienen un alto riesgo de desarrollar otros problemas de ajuste. Los factores de riesgo asociados con el trastorno de la conducta y los efectos de su sintomatología en el contexto psicosocial del menor se han vinculado con la coexistencia de otros trastornos psicológicos. CONDICIONES ASOCIADAS TDAH Es poco probable que el TDAH por sí solo sea un factor de riesgo para desarrollar trastorno de la conducta, los niños que muestran hiperactividad e impulsividad junto con agresión tienen un inicio temprano de problemas de conducta. TND T. POR CONSUMO DE SUSTANCIAS ESQUIZOFRENIA El trastorno negativista desafiante (TND) es un trastorno mental caracterizado por un comportamiento irritable, desafiante y resentido. Tanto el TND como el trastorno de la conducta se clasifican dentro de los trastornos disruptivos del comportamiento. La principal diferencia radica en la gravedad, mientras que el TND se centra en la hostilidad verbal, el trastorno de la conducta incluye agresión y violencia hacia personas y animales, robos, engaños y violaciones de reglas . El trastorno de la conducta está fuertemente asociado con el uso y abuso de sustancias. Los niños con este trastorno comienzan a consumir sustancias a una edad más temprana que sus pares y tienden a usar múltiples sustancias. Los estudios han demostrado que un diagnóstico de trastorno de la conducta en la adolescencia temprana (11-14 años) es un predictor significativo de abuso de sustancias a los 18 años . Sin embargo, los trastornos por consumo de sustancias pueden, por sí mismos, generar rasgos similares al trastorno de la conducta en aproximadamente la mitad de los adolescentes afectados . El trastorno de la conducta es un precursor de la esquizofrenia en una minoría de casos, con aproximadamente un 40% de hombres y un 31% de mujeres con esquizofrenia cumpliendo los criterios para el trastorno de la conducta en la infancia .

Se diagnostica basado en un patrón prolongado de comportamiento antisocial, como violaciones graves de leyes y normas sociales en personas menores de 18 años. DIAGNÓSTICO Criterios similares se utilizan para el diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad en mayores de 18 años . Según los criterios del DSM-5, hay cuatro categorías que pueden estar presentes en el comportamiento del menor, como lo son la agresión hacia personas y animales, destrucción de propiedad, engaño o robo y violación grave de reglas. Casi todos los adolescentes con un trastorno por consumo de sustancias presentan rasgos similares al trastorno de la conducta, pero tras un tratamiento exitoso del trastorno por consumo de sustancias, aproximadamente la mitad de estos adolescentes ya no muestran síntomas de trastorno de la conducta. Por lo tanto, es importante descartar una causa inducida por sustancias y abordar primero el trastorno por consumo de sustancias antes de realizar un diagnóstico psiquiátrico de trastorno de la conducta. Se manifiesta por la presencia de los últimos doce meses de por lo menos tres de los quince criterios en cualquier criterio existiendo por lo menos uno en menos de seis meses.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL El DSM-5 propone un marco de seis pasos para el diagnóstico diferencial, aplicables también al Trastorno de Conducta: Descartar simulación o trastorno facticio: Verificar si los síntomas se deben a la simulación o a un trastorno facticio, donde se falsifican o inducen síntomas para engañar a otros. Descartar etiología de la sustancia: Confirmar que los comportamientos no sean consecuencia del uso de drogas u otras sustancias. Descartar un trastorno debido a una condición médica: Asegurarse de que no haya una condición médica general subyacente que cause los síntomas. Determinar el(los) trastorno(s) primario(s) específico(s): Identificar el trastorno específico que explica los síntomas, como un trastorno disruptivo, un trastorno de adaptación o un trastorno de personalidad. Diferenciar trastornos adaptativos de otros trastornos residuales: Asegurarse de que los síntomas no sean una respuesta a un estresor ambiental identificable (trastorno adaptativo). Establecer el límite sin trastorno mental: Determinar si existe un trastorno mental o si el comportamiento es una reacción normal a una situación.

CONDICIONES A DIFERENCIAR Trastorno Negativista Desafiante: Se distingue por una patrón de mal humor, irritabilidad y desafío, que es menos grave que el Trastorno de Conducta. Trastorno Antisocial de la Personalidad: Se diagnostica después de los 18 años, y es la evolución de muchos Trastornos de Conducta. Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): Es común la comorbilidad, especialmente en niños pequeños. Los comportamientos de un niño con Trastorno de Conducta pueden ser resultado de la impulsividad o falta de atención del TDAH. Trastorno de Ansiedad o Depresión: Los problemas de conducta a veces pueden ser manifestación de un trastorno interno subyacente, como la ansiedad o la depresión. Trastornos del aprendizaje: Dificultades académicas pueden desencadenar problemas de conducta, especialmente si están asociados con la frustración y la falta de habilidad para completar las tareas escolares.

El tratamiento de primera línea es la psicoterapia basada en la modificación de conducta y el desarrollo de habilidades para resolver problemas, este enfoque busca integrar los entornos individual, escolar y familiar. El entrenamiento en manejo parental también puede ser útil. No hay medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos específicamente para el trastorno de la conducta, pero la risperidona (un antipsicótico de segunda generación) cuenta con la mayor evidencia para su uso en el manejo de la agresión en niños que no han respondido a intervenciones conductuales y psicosociales. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina también se utilizan en ocasiones para tratar la irritabilidad en estos pacientes. TRATAMIENTO

Aproximadamente entre el 25 y el 40% de los jóvenes diagnosticados con trastorno de la conducta cumplen los criterios para un diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad al llegar a la edad adulta. Aquellos que no desarrollan este trastorno aún suelen presentar disfunciones sociales en la vida adulta . PRONÓSTICO

Se estima que el trastorno de la conducta afecta a 51.1 millones de personas en todo el mundo según datos de 2013 .​ El porcentaje de niños afectados varía entre el 1 y el 10 %.​ Sin embargo, entre los jóvenes encarcelados o en centros de detención juvenil, las tasas de trastorno de la conducta oscilan entre el 23 y el 87 %. EPIDEMIOLOGÍA

La mayoría de las investigaciones sugieren que hay significativamente más varones que mujeres diagnosticados con trastorno de la conducta, con algunos informes indicando una diferencia de tres a cuatro veces en la prevalencia .​ Sin embargo, esta diferencia puede estar sesgada por los criterios diagnósticos, que se centran en comportamientos más evidentes, como la agresión y las peleas, más frecuentes en varones. Las mujeres tienden a mostrar comportamientos encubiertos, como robos o fugas del hogar. Además, el trastorno de la conducta en mujeres está vinculado a varios resultados negativos, como el trastorno antisocial de la personalidad y embarazos precoces , lo que sugiere que las diferencias de sexo en los comportamientos disruptivos necesitan un mayor entendimiento. Las mujeres son más sensibles a la presión de los pares y a los sentimientos de culpa que los varones. DIFERENCIAS POR SEXO

La investigación sobre diferencias raciales o culturales en la prevalencia o presentación del trastorno de la conducta es limitada. Sin embargo, según estudios en jóvenes estadounidenses, parece que los jóvenes afrodescendientes son diagnosticados con mayor frecuencia con trastorno de la conducta, mientras que los jóvenes asiáticos tienen aproximadamente un tercio de la probabilidad​ de ser diagnosticados en comparación con los jóvenes blancos. Durante décadas se ha teorizado ampliamente que esta disparidad se debe a sesgos inconscientes en quienes realizan el diagnóstico . DIFERENCIAS RACIALES

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