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perdieron la capacidad de amarse a sí mismos. Cuando te sientes herido, construyes murallas a tu alrededor
para evitar que te vuelvan a hacer daño. Sin embargo, es imposible que construyas una muralla para rodear tu
corazón. Y si tan sólo logras amarte por lo que eres, por toda la belleza natural que radica en tu interior y en
tu exterior, las otras personas se sentirán atraídas y lograrán descubrir tu belleza también.
ÁMATE LO SUFICIENTE PARA PODER REÍRTE DE TI MISMO
La gente que nos ama y nuestros amigos pueden decirnos cien veces al día que somos hermosos, que nos aman
y que los malos tiempos pasarán. Pero, con frecuencia hacemos a un lado sus palabras de apoyo y nos
aferramos al dolor. Yo hice eso durante años; mis padres pasaban semanas tratando de deshacer el daño
causado por uno o dos niños que me molestaban en la escuela, pero, cuando finalmente se acercó a mí una
persona de mi edad, me sentí transformado. Cuando una chica de mi salón me dijo que “me veía bien”, caminé
en las nubes por un mes.
Claro, poco tiempo después desperté teniendo trece años y con un grano en la nariz. No era agradable, era
gigante, era un enorme jitomate, no un grano. “Mira esto, es una locura”, le dije a mamá. “No te rasques”, me
contestó.
“¿Con qué me lo voy a rascar?”, me pregunté.
Me fui a la escuela con la sensación de que era el tipo más horrible del planeta. Cada vez que pasaba por un
salón y veía mi reflejo en las ventanas, deseaba salir corriendo y ocultarme. Se me quedaban viendo otros
chicos. Yo seguía con la esperanza de que desapareciera, pero, dos días después, había crecido aún más. Era
el grano más rojo y más grande del universo. Comencé a pensar que llegaría a ser más grande que el resto de
mí.
¡La monstruosa deformidad no se iba! Ocho meses después, el asqueroso grano seguía ahí. Me sentía como el
Rodolfo (el reno de la nariz roja) australiano. Por fin, mamá me llevó a un dermatólogo; le dije que quería que
me extrajera el grano, incluso si eso implicaba una cirugía mayor. Me examinó con una enorme lente
de aumento —como si el grano no pudiera verse suficientemente bien— y dijo: “Hmmmmm, no es un grano”.
Lo que sea, pensé, deshagámonos de él, ¿sí? “Es una glándula sebácea inflamada”, dijo. “La puedo cortar o
quemar, pero, de cualquier manera, te va a dejar una cicatriz más grande que este puntito rojo”. ¿Puntito
rojo?
“Pero, es tan grande que no puedo ver en dónde empieza y dónde termina”, protesté.
“¿Preferirías tener una cicatriz de por vida?”, me preguntó. El enorme no-grano permaneció en mi nariz. Oré
y me quejé por un tiempo, pero al final, comprendí que ese brillante foco rojo en mi nariz no era una
distracción mayor que mi falta de extremidades. Si las personas no quieren hablar conmigo, pues ellas se lo
pierden, decidí.
Si cachaba a alguien mirando el grano fijamente, hacía alguna broma. Le decía que estaba tratando de que me
creciera una nariz extra para venderla en el mercado negro. Y, cuando la gente veía que me podía reír de mí
mismo, comenzaban a reír conmigo y sentir empatía. Porque, después de todo, ¿quién no ha tenido
alguna vez un grano? Hasta Brad Pitt los tiene. A veces, con nuestra propia actitud, logramos agrandar los
problemas, como cuando los tomamos demasiado en serio. Tener un grano es parte del trato, todos somos
humanos perfectamente imperfectos. Tal vez algunos lo somos más que otros, pero todos tenemos fallas y
defectos. Es esencial que no tomemos muy en serio cada arruga o verruguita porque, algún día, en verdad te
va a suceder algo muy serio, y entonces, ¿qué vas a hacer? Entonces, prepárate para reír de los pequeños
zapes que te da la vida y los baches que te aparezcan en la nariz.
Se ha demostrado que la risa puede reducir el estrés gracias a la producción de endorfinas. Las endorfinas son
hormonas, son un relajante natural del cuerpo que fortalece el sistema inmunológico y mejora la circulación,
además de que lleva oxígeno al cerebro. No está mal, ¿verdad? Los estudios también han demostrado que la
risa te hace más atractivo ¿Premio doble?
LA BELLEZA ES CIEGA
¿Sabes qué cosa es de verdad hilarante? La vanidad. Lo es porque, justo cuando sientes que te ves bien y sexy,
preparado para aparecer en la portada de la revista People, te llega una lección de la vida que te hace