El Jardín de las Delicias. Jheronimus van Aken el Bosco Comenzamos este acercamiento a la representación del pecado y la muerte en el mundo del arte con una obra fascinante. El Jardín de las Delicias de El Bosco. En él el maestro holandés va desgranando la creación del mundo, desde el tercer día, cuando se separan el cielo y la tierra (imagen del tríptico cerrado). En las tres tablas interiores de la obra, El Bosco nos empuja a entender el mundo desde la Creación del hombre (tabla de la izquierda), a la inconsciente felicidad del Jardín de las delicias (tabla central) y al destino inevitable en el Infierno musical (tabla derecha). Hay mucho de vanitas en estas tablas enigmáticas y sarcásticas, pero en el recorrido por las etapas de la presencia del hombre en la tierra, son, la tabla central (el Jardín de las delicias) y la derecha (el Infierno), las que nos sirven para encabezar este recorrido por las vanitas. En el Jardín de las delicias El Bosco nos presenta una situación de la humanidad inmersa ya en el pecado, especialmente el de la lujuria , aunque toca otros como la avaricia, que lo llevan a la perdición. Escenas eróticas heterosesuales , homosexuales y onanistas llenan la tabla de personajes entregados al disfrute. Entre los numerosos desnudos aparecen muchos tipos de frutas, en clara alusión a los placeres sexuales. En la Edad Media "coger la fruta" significaba tener comercio carnal. Además las frutas son un símbolo de la fugacidad de la vida y del placer , por su rápido deterioro. Los animales que vemos en esta tabla se han interpretado como un símbolo de lujuria y los estanques de agua son símbolos de concupiscencia. Las mujeres que están en el interior del estanque van tocadas con cuervos e ibis, símbolos de vanidad , que veremos después en los bodegones de vanitas . En la parte inferior derecha de la tabla un personaje vestido , el único, que mira al espectador mientras señala a la culpable de toda la situación: Eva, la que trajo el pecado al mundo. El arte occidental ha dejado auténticas maravillas respecto al erotismo , en las que siempre aparece la mujer como provocadora de los pecados. Y como la humanidad ha caído en desgracia, sólo tiene un destino posible: el infierno. La tabla del infierno, conocida como "EL infierno musical" porque está llena de instrumentos musicales (no se sabe porqué El Bosco relaciona la música con el castigo eterno), es la más sombría de las tres y explica que los innumerables tormentos que esperan a la Humanidad serán el pago por sus desmanes. Personajes que defecan monedas, juegos de cartas y dados, en clara alusión a la avaricia , envuelto todo en un caos de torturas y confusión. Una sombría visión de las consecuencias de los pecados del hombre. Se necesitan muchas horas para transitar esta maravilla datada entre 1500 y 1505, que se puede ver en el Museo del Prado de Madrid . Siempre hay algo en ella por descubrir. Su influencia como obra moralizante ha sido enorme y muchos de los símbolos que en ella aparecen han inundado las obras de Vanitas del Barroco : juegos de mesa, monedas, instrumentos musicales, frutas, aves, etc.