VIDA Y APORTES DE MARIE CURIE.
Drama, ascetismo, excelencia y romanticismo, representan cuatro de los innumerables
sentimientos que marcaron la vida de Marie Sklodowska, más conocida por todos como Marie
Curie.
La importancia de Marie Curie para la Ciencia está ligada a sus aportaciones al estudio de los
fenómenos radiactivos (rayos X), un dominio de la física especialmente llamativo.
Marie consiguió ampliar sustancialmente el significado y relevancia del hallazgo llevado a cabo
por Henri Becquerel en 1986 (radiactividad), con el descubrimiento de la radiactividad del
Torio (Th, número atómico: 90) y el descubrimiento caracterización de dos nuevos elementos
químicos, el Polonio, en 1898, (Po, número atómico: 84) y el Radio, en 1898, (Ra, número
atómico: 88).
Marie Sklodowska nació en Varsovia el 7 de noviembre de 1867. Su padre, Wladyslaw
Sklodowski, era profesor de matemáticas y de física en un liceo de Varsovia, mientras que su
madre, Bronislawa, dirigía una escuela de niñas.
Fue la última de cinco hijos, el único hermano, Jozef, eligió la carrera de medicina al igual que
una de sus hermanas, Bronia. La mayor de sus hermanas, Zofia, murió a los 14 años de tifus y
su tercera hermana, Helena, fue profesora.
A los 19 años, Marie Curie, perdió a su madre, siendo la primera gran pena de su vida y
sumiéndose en una depresión.
La Polonia en la que creció Marie estaba sometida a Rusia. Pero los polacos no aceptaban
semejante situación con indiferencia. La futura científica no fue ajena a aquella atmósfera
nacionalista, que buscaba cualquier posible mecanismo de resistencia para mantener la
autoafirmación nacional.
Así participó en actividades clandestinas de movimientos nacionalistas universitarios, un
comportamiento que tenía precedentes en su familia, al su abuelo Josef tomar en 1830, las
armas contra Nicolás I, zar de Rusia y rey de Polonia.
Fue una patriota polaca, ejemplo de esto es que en 1898 al descubrir un nuevo elemento
químico, no dudó en bautizarlo como Polonio.
Marie finalizó sus estudios de bachillerato a los 15 años, siendo siempre la primera de su clase.
Su primer trabajo fue como institutriz.
Debido a su mala situación económica, Marie abandonaba la esperanza de cursar estudios
superiores, pero supo que unas mujeres lograron seguir ciertos cursos en post grado en países
extranjeros.
Quería estudiar Matemáticas y Física en París, por lo que en 1891, con veintitrés años, tomó un
tren en la estación de Viena, Varsovia, con destino a la Gare du Nord de París, incorporándose
a la Facultad de Ciencias de Soborna, siendo una de las pocas mujeres entre miles de hombres.