vio sufrir, y me hizo temerle. —Tomé una respiración profunda y dije las palabras que tenía
que decir para salvar a mi corazón ya dañado—. Estoy segura que... estoy mejor sin ninguno.
Me volví, me deslicé bajo su brazo, y corrí a través de la lluvia furiosa, le oí gritar mi
nombre y maldecir varias veces antes de llegar a la casa. Fui a mi habitación, cerré la puerta y
me apoyé contra ella, mi pecho jadeante, y mis nervios disparando como el Cuatro de Julio.
Después respiré profundo, me quité los pantalones empapados y después la camisa, me
sequé y me deslicé en los pantalones vaqueros sin siquiera buscar la ropa interior. No tenía
duda de que Logan podría venir en pos de mí, mi carrera no le disuadiría de terminar lo que
empezó, tomé mi camiseta rosa de la cama y la puse encima de mi cabeza justo cuando la
puerta se abrió.
Logan estaba en la puerta, con las manos apoyadas en ambos lados, parecía decidido e
impenetrable. Las gotas de agua cayeron de la punta de su cabello, y su camiseta estaba
pegada a su ancho y duro pecho, no había suavidad en sus ojos; él era duro y determinado
con la humedad brillante aferrándose a su piel. Me robó el aliento, y por un momento no
me podía mover, era su autoridad lo que hizo mi cuerpo más consciente, era como esta
necesidad básica en mí rogando cumplirse.
—Tal vez soy como él, porque hubiera matado, asesinado... lo habría hecho, si te
hubiera vendido, habría hecho esas cosas para que regresaras. Sí, te vi siendo azotada,
acariciada, siendo arrastrada lejos, sabiendo que ibas a ser torturada. Y sí, mi padre puso una
pistola en tu cabeza y tuve que alejarme de él o arriesgarme a que te matara, sólo para hacer
un punto. —Sus manos se apretaron en el marco de madera de la puerta—. Y lo haría de
nuevo, debido a que no había una jodida manera que te estaba tomando de mí ¿Lo
entiendes, Emily? De eso es lo que se trata esto. Hice lo que tenía que hacer, has
sobrevivido. Y te lo digo ahora, que se lo que es crecer con él, sabiendo lo que era esa
mierda, como no habrías sobrevivido a ser vendida, y no iba a dejar que eso sucediera, así
que hice lo que tenía que hacer, y tú también.
Me senté en la cama, cruzando mis temblorosas manos en mi regazo. Una lágrima se
deslizó de su cautiverio, y estaba furiosa con él, no se merecía mis lágrimas.
—Odio lo que me hiciste.
—Odias lo que pretendía ser, odias que yo no fuera tu caballero de brillante armadura,
odias que hiciera que me temieras. Pero no huyas de la verdad, Eme, quieres esconderte
detrás de los bloques de Lego y no tomar la oportunidad de ser vulnerable de nuevo. Pero la
verdad es que eres más vulnerable ahora, porque te estás ocultando.
—Tú me hiciste de esta manera, tú me hiciste vulnerable —grité.
—Eso es mentira, fuiste fuerte como el infierno luchando contra Raúl y Alfonzo.
Mierda, sostuvo una pistola para ti. —Se acercó a mí y corrió sus manos por mis brazos y
luego hacia abajo de nuevo—. Mouse, podemos arreglar esto.
—No sólo está roto, Sculpt, se hizo añicos.
Él permaneció en silencio, sus ojos se encontraron con los míos, me miró mientras yo
seguía limpiando las lágrimas estúpidas que se negaban a detenerse.