Vampire Academy Richelle Mead
‘Donovan se relajó un poco, reconociendo a Dimitri, pero incluso en la oscuridad,
a verdadera apariencia de Dimitri se materializo. Donovan se puso rígido. De
repente ver una amenaza, aunque fuera una que lo confundia y desafaba lo que
sabia. En el momento exacto mismo, uno de sus chicos sacudió su cabeza. —
¡Dixampirs! —exclamó. No fueron los rasgos de Dimitri los que le avisaron. Fue
‘nuestro olor, y yo di una silenciosa oración de agradecimiento por que le habia
tomado mucho tiempo en darse cuenta
Luego, salté del tejado. No era una distancia Fcil de saltar, pero no era eso 10 que
me matara, Además, mi caída fue interceptada por un Suigoi.
'Atericé en uno de los chicos de Donovan, tirindolo al suelo. Apunté mi estaca en
Su corazón, pero sus reflejos fueron rápidos. Con mi peso ligero, fue fil apartaro,
Lo habia esperado y logre mantener mi equilibrio. Por el rabillo del ojo, vi a
Sydney cayendose y corriendo fuera de aqui, según nuestras instrucciones. La
queríamos lejos de Ia linea de fuego y le habíamos dicho que fuera al coche, y que
estuviera lista para irse las osas salían mal.
Por supuesto, con los Strigol, las cosas siempre estaban mal. Donovan y el otro de
sus chicos habían ido a por Dimitri, evaluándolo como la mayor amenaza. Mi
‘oponente, a juzgar por su sonrisa con colmillo, no parecía considerarme como una
“amenaza en absoluto. Se abalanzó hacia mi, y lo esquive de lejos, pero no antes de
que reptara una patada que le dio en la rodilla, Mi golpe no parecía hacerle daño,
pero amuino su equilibrio. Le di otro golpe al estacarlo y me deshice de él ota vez,
golpeando el suelo duramente. Mis piernas desnudas se rasparon contra el áspero
cemento, desgarrando mi piel. Debido a que mis pantalones vaqueros estaban
¡demasiado sucios y rasgados, habia sido obligada a llevar un par de pantalones
¡cortos dela mochila que Sydney me habia traído Ignore el dolor, levantändome de
‘nuevo con una velocidad que el Swigoi no se espero. Mi estaca encontró su
corazón. El golpe no fue tan duro como me hubiera gustado, pero fue lo suficiente
para deshacerme de él, asi permitiéndome clavar la estaca más profundamente y
acabar con él. Ni siquiera espere verlo car, retiré mi estaca y me volví hacia los
demás.
No había vacilado en ninguna batalla en la que me habia encontrado, pero ahora,
‘me detuve porlo que vi. La cara de Dimitri. Era... aterradora. Feroz. Había tenido
‘tenia ahora... bueno, parecía esa fleeza en un fi
‘personal, me di cuenta, La lucha contra stos: