Descubre La Biblia – Nivel Intermedio Génesis verso por verso
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En la Escritura hay muchos casos en que el pueblo de Israel perdió su fe, dudó de la Palabra de
Dios y empezó a confiar en objetos, incluso objetos sagrados, como cuando luchaba contra los
filisteos y en vez de confiar en el Señor y arrepentirse de sus malos caminos, depositaron su
confianza en el arca del pacto, como si fuera un amuleto, y al final terminaron peor, porque los
filisteos les quitaron el arca y los derrotaron. Es una tendencia muy humana depositar la
confianza en objetos, en algo material, y ahí comienza la idolatría, al desviar nuestra mirada de la
Palabra de Dios; es muy importante que esto quede muy claro: lo que adoramos es su Palabra,
sus virtudes, su carácter, lo que adoramos y exaltamos es lo que ÉL ES; mientras no perdamos de
vista que son sus instrucciones lo que nos protege, no estaremos en ningún tipo de peligro, pero
en el momento en que queramos palpar, materializar todo esto, ir más allá de lo que está
escrito, es cuando comienza el deterioro.
En el caso de la comunidad de Éfeso, en el mensaje a las iglesias, se le dice que tiene obras, yo
conozco tus obras, tu celo… pero tengo esto contra ti, que has dejado tu primer amor; has perdido
tu sensibilidad, tu fe en su Palabra. A Filadelfia se le exalta porque no ha negado su Palabra y ha
guardado su nombre, palabra y nombre son sinónimos; su Palabra, su ley, sus instrucciones, son
palabras intercambiables. A Éfeso se le dice que recuerde de dónde ha caído, que se arrepienta,
que vuelva, que regrese a su Palabra, a su nombre, y que repita las primeras obras; volver a la
Palabra, venir a la Palabra no es un fin en sí mismo, memorizar la Palabra, meditar en ella nos
debe conducir a hacer conforme a los que en ella está escrito. El mandamiento que el Señor nos
da es meditar en su Palabra, y al hacerlo, el Señor pondrá el querer como el hacer; al meditar en
sus palabras, en sus dichos, estos dichos evitarán el pecar contra él.
Las naciones dejaron a un lado la Palabra de Dios, su Palabra clara, precisa, y qué sucedió al dejar
su Palabra, se fueron tras las fábulas, las mentiras, la confusión. De manera que tenemos dos
opciones. Por un lado, su Palabra pura, la leche espiritual no adulterada, su verdad, tal como salió
de su boca; cuando Yeshua les dice a sus discípulos que muchos le seguían por lo que les daba,
por una seguridad momentánea, temporal, y les dice que no busquen las cosas temporales,
porque tarde o temprano volverán a tener hambre, sed; les dice que le busquen pos las palabras
que les puede dar; cuando dijo esto muchos ya no le seguían, porque sólo buscaban las cosas
materiales, y Yeshua les dice a sus discípulos que si también se quieren ir, y Pedro le dice: Señor,
a quién iremos, sólo tú tienes palabras de vida eterna.
De manera que tenemos todo lo que el mundo ofrece, la fama, las riquezas materiales, etcétera,
y por otro lado lo que viene de la descendencia de Sem, de Heber, los que cruzan, que se van al
otro lado del río a un lugar que no conocen, pero van motivados por su nombre, por su
instrucción, por su palabra. Esa es la opción a la que nos enfrentamos el día de hoy. ¿Qué hizo
que fueran llevados al exilio? ¿Qué motivó la confusión? El engaño de su propio nombre, de la
fama, de los bienes temporales. ¿Cómo podemos comenzar la restauración de la confusión?
¿Cómo salir de babilonia? ¿Cómo volver a hablar una sola lengua? ¿Cómo evitar volver a ser
dispersados? Arrepintiéndonos y volviendo a su Palabra, a su nombre, su ley que es su luz, su luz
que es su gloria, su gloria que es su Hijo, y todo esto nos regresa a sus mandamientos. El conocer
la historia nos ayuda a no repetirla, a no volver a caer en el mismo error de querer edificar con
nuestros recursos y proveernos seguridad por nosotros mismos. Tú guardarás en completa paz a
aquel cuyo pensamiento en ti persevera. La bendición más grande que tenemos es que somos
parte del periodo de restauración, cuando el Señor está revirtiendo la maldición de haber sido
dispersados y hablar diversas lenguas, y ahora nos está regresando a tener un mismo sentir a