3
De esta manera, el instrumento es un pequeño modelo a escala de la esfera celeste, aunque
la fidelidad de la reproducción depende del equipo utilizado. Los más pequeños reproducen
unos pocos cientos de las estrellas más brillantes, mientras que los más grandes y sofisticados
superan las más de 6000 estrellas visibles a simple vista en condiciones ideales.
Además, los planetarios cuentan con un mecanismo con capacidad de reproducir los
movimientos aparentes de la esfera celeste (diurno y anual), con velocidades variables. De
esta forma, puede verse el transcurrir de una noche, de cualquier época del año, en cuestión
de pocos minutos. Otro tipo de movimiento permite mostrar a la audiencia el cielo desde
diferentes latitudes, de modo que el espectador puede transportarse a cualquier punto de la
Tierra y apreciar distintos cielos.
Tanto planetarios grandes como chicos tienen la capacidad de mostrar los planetas, el Sol y la
Luna, usando para ello lentes especiales. En algunos modelos estas lentes tienen movimientos
independientes del resto del proyector, de modo que las imágenes planetarias que proyectan
pueden desplazarse por la esfera celeste, simulando el verdadero movimiento orbital de los
mismos.
Los últimos años vieron desarrollos fantásticos en la tecnología para planetarios grandes que
ya están llegando a los más pequeños. Uno de estos avances es el reemplazo de los focos por
fibras ópticas. Ello ha permitido reproducir cielos poblados por estrellas más brillantes y
numerosas, dando una sensación mucho más realista (a veces, de hecho, mayor a la que el
espectador puede apreciar en el cielo real).
Los planetarios portátiles son un desarrollo más reciente. En la década del 50, se desarrolla un
planetario conocido como Spitz, una versión simplificada "de mesa" de los mayores. Más
recientemente, la empresa GOTO desarrolló un planetario de similar diseño: la esfera es
sostenida en los bordes de un gran "tazón". En ambos casos, las imágenes son proyectadas
en cúpulas de 3 ó 4 metros de diámetro.
Fig. 1.2. Esperando para entrar en uno de los primeros domos inflables del Starlab.
Foto Learning Technologies, Inc.
En 1976, Philip Sadler, actualmente en el Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics,
desarrolló el primer modelo del Starlab y la primera cúpula o domo inflable (ver "Archivos de
IPS - 1"). El Starlab tiene las estrellas impresas sobre un cilindro plástico de modo que el
"mapa" reproducido es similar al de los planisferios, aunque se reproduce correctamente al
proyectar sobre el domo. El Starlab introdujo un concepto novedoso para los planetarios: la