ADAPTACIÓN DE ACTIVIDADES EN EL ÁREA DE E.F. (para niños ciegos integrados en clase)
Seminario de Educación Física CEFIRE / CRE ONCE-Alicante 8
El conocimiento previo del espacio donde va a realizarse la actividad, es
absolutamente imprescindible, independientemente del grado de discapacidad
que presente el alumno. De este grado de discapacidad dependerá, no sólo el
tiempo que dedicaremos en este punto, sino también la metodología que
utilizaremos. En el espacio, encontraremos algunos componentes que mejoran
o interfieren la percepción espacial, incluso, alguno de ellos pueden acumular
las dos cualidades, estamos hablando de las referencias e interferencias,
ambas pueden ser: visuales, entre las que contamos luminosas (el sol, las
ventanas, focos...) o dispuestas en contraste (las marcas en suelo o paredes,
conos, petos...); auditivas, de difícil percepción para las personas videntes y
que, a su vez, pueden ser fijas (las clases, la calle, las puertas y ventanas...) o
móviles realizadas por profesor o compañeros (voz, palmas, zapatazos...); y,
por último, físicas, que pueden percibirse, bien mediante el tacto de las manos
(barandillas, paredes, compañeros o profesor...), bien por el de los pies
(diferentes pavimentos, desniveles, bordillos...).
Actualmente encontramos en el mercado gran variedad de materiales,
para su elección, a fin de conseguir una mejor conjunción con “todos” los
alumnos, debemos realizar un detallado análisis de sus componentes: la forma
(grande-pequeño, con aristas-redondeado...); la textura (blando-duro, fino-
rugoso, deformable...); el color (luminoso-apagado, uniforme-contrastado...); y,
también, el sonido que puede ser implícito, como el de las pelotas sonoras, o
explícito, como el que colocamos puntualmente para que “suene” el material
(bolsa de plástico alrededor de pelota, cascabel en cuerda o camiseta...).
Las reglas son el elemento del juego, cuya adaptación más fácil nos
puede resultar. De nuestra habilidad para acomodarlas, va a depender, en la
mayoría de las ocasiones, el éxito de la actividad, para ello, tendremos en
cuenta que las modificaciones en las reglas no deben, en ningún caso,
desvirtuar la esencia del juego, que tienen que ser conocidas y aceptadas por
todos y también conviene que respeten las características esenciales del juego
(el tanteo del tenis, el triple en baloncesto...).
Nos fijaremos en algunos elementos de las reglas, más susceptibles de
adaptación, como pueden ser: el espacio al que podemos variar las
dimensiones, las distancias (acortando los desplazamientos), la propia
ubicación (habilitar espacios restringidos alrededor del alumno) o las
referencias (que podemos colocar en el espacio, según nos convenga); el
marcador, bien ampliando la portería (el tablero de baloncesto, es canasta),
bien dotando al alumno con discapacidad de un hándicap favorable, que pueda
igualar la competencia.
La relación y desplazamientos de compañeros y adversarios, también
pueden verse afectados por ajustes dependiendo, como siempre, de las
características del alumno y del tipo de actividad.