15 minutos en compañia de jesus sacramentado.pptx

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Oraciones mediacion y oracion antigua


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NIHIL OBSTAT El Censor, Dr. CRIPIANO MONSERRAT, Pbro. Barcelona 10 de junio de 1943 IMPRIMASE GREGORIO, Obispo de Barcelona Por mandato de su Excia Rvma . Dr. LUIS URPI CARDONELL. Maestrescuela Canciller - Secretario IMPRENTA RELIGIOSA Correo Mayo 100 México DF Quince Minutos EN COMPAÑÍA DE J E S U S SACRAMENTADO Quince Minutos EN COMPAÑÍA DE J E S U S SACRAMENTADO ESTACIÓN AL SANTISIMO SACRAMENTO – 48 – que se presentarán a Tí para ser juzgadas. ¡Oh Buen Pastor! quédate con tus ovejas, defiendelas de los peligros que la rodea y amenazan. Pero sobre todo, quédate con los que sufren y los agonizantes. Danos una noche tranquila y un fin perfecto. Sé nuestro Misericordioso Padre, hasta lo último, para qué sin temor podamos aparecer delante de Ti como nuestro Juez. Quédate, Señor, en el corazón de los que estamos aquí presentes. Así sea. IMPRIMASE. Lo decretó el Excmo. Y Revmo . Sr. Arzobispo Doy fe OCTAVIANO VALDÉS Pro- Secr . No. 336-54 Mexico , D.F. 30 de enero de 1954.

Ultima V isita N octurna Quédate con nosotros, Señor, esta noche. Quédate para adorar, alabar y dar gracias por nosotros, mientras que dormimos, para hacer que baje del Cielo tu misericordia sobre el mundo; para socorrer desde los Tabernáculos de la tierra a las benditas almas del Purgatorio su prolongada noche de sufrimientos y penas. Quédate con nosotros, para apartar la justa ira de Dios, de nuestras populosas ciudades con sus densísimas nubes de vicios y crímenes que claman venganza del Cielo. Quédate con nosotros, para guardar a los inocentes, para sostener a los tentados, para levantar a los caídos, para subyugar el poder del demonio, para impedir el pecado. Quédate con nosotros, para confortar a los que sufren, para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor, para dar contrición a los que mueren, para recibir a los miles de almas – 47 –

– 3 – Quince Minutos EN COMPAÑÍA DE J E S U S SACRAMENTADO No es preciso, hijo mío coma saber mucho para agradarme mucho; basta que me Ames con fervor. Háblame, pues aquí sencillamente, cómo darías al más íntimo de tus amigos, como hablarías a tu - – 46 – dame el triunfo del valor en las batallas de la tierra, y cíñeme el olivo de la paz en las mansiones de la gloria. Amén. Jesús, José y María os doy el cuerpo y el alma mía Jesús, José y María asistidme en mi última agonía Jesús, José y María Expíe en paz con voz el alma mía Así sea. – 5 – los corazones generosos que llegan a olvidarse, en cierto modo, de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas. Háblame, Pues con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer; de los extraviados que anhelas volver – 44 – llorare sin cesar mientras haya lágrimas en mis ojos. Mi corazón quiere desde hoy ser para siempre todo tuyo, así como tú, ¡oh corazón divino!, has querido ser siempre todo mío. Tuyo todo, tuyo siempre; no más culpas, no más tibieza. Te serviré por los que te ofen -

– 4 – madre, a tu hermano. ¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera? Dime su nombre bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos o amigos; dime enseguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho; no vaciles en pedir; me gustan – 45 – den; pensaré en Ti por los que de Ti se olvidan; te amaré por los que te odian; y rogaré, y gemiré, y me sacrificaré por los que blasfeman de Ti sin conocerte. Tú, qué penetras los corazones, y sabes la sinceridad de mis deseos, comunícame aquella gracia que hace al débil omnipotente – 6 – Volver al buen camino; de los amigos ausentes que quisieras ver a tu lado. Dime por todos una palabra siquiera; pero palabra de amigo; palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón; ¿y no ha de salir del corazón el ruego que me – 43 – del mundo; mis deseos, qué pondré en la felicidad del Paraíso; mis virtudes, qué florecerán a la sombra de tu protección; mis pasiones, que se someterán al freno de tus mandamientos y el dolor de mis pecados, qué detestaré mientras haya odios en mi pecho y que llora-

– 7 – dirijas por aquellos a quienes tu corazón mas especialmente ama? ¿y para ti no necesitas alguna gracia? Hazme, si quieres, una como lista de tus necesidades, y ven, léela en mi presencia. Dime francamente que sientes soberbia, amor a la – 9 – Mer orden, que tuvieron esos mismos defectos!. Pero rogaron con humildad, y poco a poco se vieron libres de ellos. Ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, feliz éxito en tus trabajos, negocios o estudios: todo eso puedo dar, y lo doy, y de- – 42 – templo en que tú habitas; mi alma, qué cultivaré como jardín en que te recreas; mis sentidos; que guardaré como puerta de tentación; mis potencias, que abriré a las inspiraciones de tu gracia; mis pensamientos, que apartaré de las ilusiones del

– 8 – Sensualidad y al regalo, que eres tal vez egoísta, inconstante, negligente…; y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para librarte de tales miserias. No te avergüences, ¡Pobre alma! ¿Hay en el cielo tantos justos, tantos santos de pri - – 10 – Seo que me lo pidas en cuanto no se oponga, antes bien ayude, a tu santificación. Hoy por hoy ¿Qué necesitas? ¿Qué puedo hacer por tu bien? ¿Si supieras los deseos que tengo de favorécete! ¿Traes ahora mismo entre manos algún proyecto? Cuéntamelo todo minuciosa- – 41 – ACTO DE CONSGRACION Y DESAGRAVIO AL SAGRADO CORAZON DE JESUS ¡Oh corazón de Jesús! Quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu. Sobre el hará del altar en que te inmolas por mi amor, depósito todo mi ser mi cuerpo qué respetare como – 39 – Y tu misericordia a mi descienda, pues te adoro, señor, con fe sincera, y con fervor mi alma te venera. Viva Jesús sacramentado. Viva y de todo sea muy amado.

– 11 – Mente. ¿Qué te preocupa?, ¿Qué piensas?, ¿Qué deseas?, ¿Qué quieres que haga por tus padres, por tus hermanos, por tus hijos, por tus amigos, por tus superiores?, ¿Qué desearías hacer por ellos? ¿Y por mi? ¿No sientes deseos de mi gloria^? ¿No quisieras poder hacer algún - – 13 – ¿No quisieras interesarme algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y suavemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, a donde me place. ¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. – 38 – Pues todos mis sentidos a porfía, con respeto, contento y alegría, se enajenan en tu contemplación de un pecador contrito y humillado, dígnate recibir aquesta ofrenda; concédeme tu gracia, Dios amado, – 36 – Que ya del mal vivir con brío salgo, por tu gracia, oh mi Dios, fortalecido, para ayunar, orar y en penitencia, prestar siempre a tus leyes obediencia. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado, ¡oh soberano portento!.

– 12 – Bien a tus prójimos, a los amigos, a quienes tu amas mucho, y que viven quizás olvidados de mi? Dime que cosa llama hoy particularmente tu atención, que anhelas mas vivamente, y con que medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empres, y yo te diré las causas del mal éxito. – 14 – ¿Quién te hirió?, ¿Quién lastimo tu amor propio?, ¿Quién te ah menospreciado? Acércate a mi corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Dame cuenta de todo, y acabaras en breve por decirme que, a semejanza de mì , todo lo perdonas, todo lo - – 37 – 8 OFRECIMIENTO DE LA ESTACIÓN En memoria, Señor de tu pasión, de tu muerte en la Cruz, de tu agonía, por qué tanto se aflige el alma mía, yo te ofrezco, Señor, esta estación. ¡Ojalá que me guíe a salvación! – 35 – Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado, ¡oh soberano portento!. 7 para pagarte, Señor mío, en algo, lo mucho que pecando te he ofendido, es nada lo que puedo y lo que valgo; más te diré que estoy arrepentido.

– 15 – olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición. ¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías, que no por ser injustificadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi amorosa providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes, todo – 17 – ¿No tienes tal vez, alegría alguna que comunicarme? ¿Por qué no me haces participante de ellas a fuer de buen amigo? Cuéntame lo que desde ayer, desde la ultima visita que me hiciste, ha consolado y alegrado tu corazón. Quizá has tenido agradables sorpresas; quizá has visto di - – 34 – Tú solo eres mi amor, Jesús divino; tú eres mi redentor, tú mi consuelo. Todo cuanto en ti veo es peregrino; se enajena mi alma al contemplarte, y siento gran placer al venerarte. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. – 32 – Postrado ante ese altar, considerando que estás, Señor, en ese Sacramento, qué es a mi Dios a quien estoy hablando: ¡Qué grande Majestad! ¡Qué gran portento! ¡Oh, qué amable verdad estoy gustando! Sacramento divino yo te adoro;

– 16 – lo veo, todo lo oigo, ni un momento de desamparo. ¿Sientes desvíos de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora olvidadizas, se alejan de ti, sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu trato, si no han de ser obstáculo a tu santificación. – 18 – sipados negros recelos, quizá has recibido faustas noticias, una carta, una muestra de cariño; has vencido alguna dificultad, o salido de algún lance apurado. Obra mía es todo eso, y yo te lo he procurado; ¿por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud y decirme sencillamente, como un hijo a – 33 – Te venero con fe, tu gracia imploro. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado, ¡oh soberano portento!. 6 No es posible que exista en este suelo. Quién merezca cariño puro y fino, como el que te consagró, oh Dios del cielo: – 31 – Y me presento con olivo y Palma; Símbolo son de pura fe y concordia; misericordia, oh Dios, misericordia. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado, ¡oh soberano portento!. 5 Siento un gran júbilo suave, un gran contento,

– 19 – Su padre: “Gracias, Padre mío, gracias”? El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le gusta verse correspondido. ¿Tampoco tienes promesa alguna que hacerme? Leo, ya los sabes en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña – 21 – La paz de tu alma? ¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquellas otra, a quien por haberte faltado, has mirado hasta hoy como enemiga? Ahora bien, hijo mío, vuelve a atus ocupaciones habituales, a tu taller, a tu familia, a tu estudio, pero no olvides los quince minutos de grata con - – 30 – 4 En ti, mi Dios, está mi pensamiento, Y absorta contemplándote mi alma; Ilumina, señor mi entendimiento; A mis pasiones dales dulce calma; De cuánto te ofendí, ya me arrepiento, – 28 – Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado, ¡oh soberano portento!. 3 Misericordia, ¡Oh Dios omnipotente! Imploro humilde, apiádate de mí. Y repito otra vez ingenuamente: Me pesa, oh Dios de cuánto te ofendí;

– 20 – fácilmente, a Dios no; háblame, pues con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte ya mas en aquella ocasión de pecado?, ¿de privarte de aquel objeto que te daño?, ¿de no leer mas aquel libro que exaltó tu imaginación?, ¿de no tratar mas aquella persona que turbo – 22 – Versación que hemos tenido aquí los dos en la soledad del santuario. Guarda en lo posible, silencio , modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama y honra a mi Madre, que también lo es tuya. Vuelve otra vez mañana con el corazón mas amoroso, mas entregado a mi. – 29 – A tus sagrados pies sinceramente. Cumplirte ofrezco lo que prometí; Ya ves que está mi corazón contrito: Afírmame en tu amor, Dios infinito. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado, ¡oh soberano portento!. – 27 – Y te gozas en verla convertida; A ti, Dios compasivo y generoso. Te prometo la enmienda de mi vida. Y me pesa del tiempo que he pasado. ofendiéndote, ¡Oh Dios sacramentado! Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

– 23 – Su padre: “Gracias, Padre mío, gracias”? El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le gusta verse correspondido. ¿Tampoco tienes promesa alguna que hacerme? Leo, ya los sabes en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña – 26 – Imploro tu perdón, dame tu gracia. Padre nuestro, Avemaría y Gloria. Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado, ¡oh soberano portento!. 2 De tu misericordia, Dios piadoso. Perdón espera mi alma arrepentida. Pues se que eres afable y bondadoso.

– 24 – ESTACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO 1 Soberano señor sacramentado. Aquí está un pecador arrepentido. – 25 – De haber tus mandamientos quebrantado. Y tus leyes divinas infringido; Aquí me tienes a tus pies postrado; Por qué me pesa de que te he ofendido: Pequé, Señor, he caído en tu desgracia.