MENTALISMO
MENTE CONSCIENTE Y SUBCONSCIENTE
La mente subconsciente representa la gran mayoría, alrededor del 90%, de nuestra capacidad de
procesamiento cognitivo, abarcando recuerdos, conductas aprendidas, asociaciones emocionales
y, fundamentalmente, marcos mentales conocidos como paradigmas. Operando bajo la superficie
de la conciencia, sirve como depósito del cual extraemos experiencias y conocimientos pasados,
guiando sin esfuerzo nuestras acciones y expresiones.
Fundamentalmente, el subconsciente interpreta todas las entradas literalmente, considerándolas como
verdad. Así, cada afirmación, ya sea positiva o negativa, se internaliza como un hecho. Por ejemplo, los
comentarios autocríticos como "eres un idiota" son absorbidos por el subconsciente como crítica
autodirigida, moldeando la autopercepción en consecuencia.
Sin embargo, el subconsciente no es únicamente un dominio de influencia negativa; se puede
aprovechar positivamente. A través del pensamiento repetitivo y el compromiso emocional, las personas
pueden cultivar intencionalmente nuevos programas mentales. Al visualizar constantemente los
resultados deseados con intensidad emocional, estos programas se arraigan en el subconsciente y
posteriormente informan la mayoría de nuestros comportamientos y pensamientos diarios.
Este reino oculto ejerce una profunda influencia en el 80% de nuestros comportamientos diarios, en gran
parte a través de los programas mentales arraigados almacenados en él. Considere tareas rutinarias como
atarse los cordones de los zapatos o ingresar una contraseña telefónica: se ejecutan automáticamente,
orquestadas por la mente subconsciente sin una intervención consciente activa. Por lo tanto, si creamos un
programa mental, como creer en la libertad financiera, influirá inconscientemente en el 80% de nuestros
patrones de pensamiento. Por ejemplo, nuestros pensamientos girarán en torno a crear libertad financiera
y, naturalmente, tomaremos medidas alineadas con este objetivo, a menudo sin darnos cuenta. Con el
tiempo, este enfoque subconsciente conducirá a manifestar nuestros deseos en la realidad física.
Los acontecimientos emocionales, en particular los de intensidad significativa, dejan huellas duraderas en nuestro
subconsciente, que dan forma a nuestros comportamientos actuales. Por ejemplo, un accidente automovilístico pasado
que resultó en lesiones graves puede generar un miedo profundamente arraigado, perpetuando un programa
subconsciente que se manifiesta como vacilación o evitación con respecto a los viajes en automóvil.
Para aprovechar el poder del subconsciente en la creación de programas mentales positivos, es
esencial comprender esta interpretación literal y emplear un esfuerzo consciente para afirmar las
creencias y actitudes deseadas. Al imprimir constantemente pensamientos y emociones positivas
en el subconsciente, las personas pueden moldear sus comportamientos y experiencias de acuerdo
con sus aspiraciones.