El 2 de octubre de 1968, varios grupos de élite reprimieron
violentamente a un nutrido grupo de estudiantes, profesores,
intelectuales, obreros y profesionistas, quienes se habían congregado
en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, exigiendo respeto a la
autonomía universitaria, libertad a los presos políticos, fin de la represión
estatal y mejores condiciones laborales.
El movimiento estudiantil estalló en julio de 1968, cuando el Ejército
Mexicano irrumpió en dos preparatorias del Instituto Politécnico
Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma de México (UNAM). En los
eventos, varios jóvenes fueron detenidos y encarcelados, por lo que
varias instituciones se solidarizaron, exigiendo la liberación de sus
compañeros y la salida inmediata de las fuerzas castrenses de los
recintos educativos.
Durante 1968, las movilizaciones fueron adquiriendo una gran
aceptación, reivindicando causas más generales, como el acceso a la
educación, la democratización de medios de comunicación, el fin del
acoso gubernamental y el desarrollo de instituciones.
sin embargo, diversas escuelas pertenecientes a la UNAM y el IPN
programaron el 2 de octubre de 1968 un mitin en la Plaza de las Tres
Culturas, a las 17:00 horas. Después de la intervención del primer
ponente, el Batallón Olimpia abrió fuego indiscriminadamente en
contra de los manifestantes.
El suceso se saldó con al menos 200 muertos, aunque las cifras
oficiales reportaron la muerte de 20 personas, varias decenas de
heridos y centenares de detenidos-desaparecidos. Varios cronistas
aseguran que tras el tiroteo, varios estudiantes fueron sometidos a
diversas clases de tortura en los alrededores de la plaza.
En su informe de gobierno de 1969, Díaz Ordaz asumió “integralmente
la responsabilidad ética, social, jurídica, política e histórica por las
decisiones federales en relación con los sucesos” de Tlatelolco.
Si bien el número de muertos jamás se determinó con exactitud, las
autoridades del entonces Departamento del Distrito Federal y del
gobierno federal defendieron una cifra que oscilaba entre los 20 y 40
fallecidos. No obstante, varios de los estudiantes que lograron sobrevivir
a la masacre aseguraron el 5 de octubre de 1968 que alrededor de 150
civiles habrían sido masacrados. Por su parte, diversos cronistas