sociales, como lo son los primeros años de vida, la escolaridad, la
adolescencia, la adultez y la madurez.
En la familia, las etapas vitales se desarrollan sucesivamente,
comenzando por la unión de la pareja, pasando por estadios como el
nacimiento de los hijos, el ingreso de los hijos a la escolaridad, la
adolescencia de los niños, cuando los hijos forman sus familias dejando el
hogar y, por último, la etapa en la cual la pareja se encuentra biológicamente
en la madurez y vejez.
En segundo lugar, el momento vital sistémico hace referencia a los
eventos significativos, es decir, a toda situación que posea una connotación
relevante para la familia, y, por tanto, produzca entropía en el sistema y, por
ello, cambios tanto en el plano emocional como cognitivo y pragmático de la
familia de manera recursiva.
Los eventos significativos son situaciones que la familia experimenta
como estresores, tanto de carácter positivo, en el sentido de ser placenteros,
como negativos y productores de displacer para el sistema. No hay, entonces,
situaciones que sean de por sí positivas o negativas, y en ocasiones pueden
ser una mezcla de ambas, como por ejemplo la mudanza a una anhelada casa.
Algunos eventos son en general displacenteros, como por ejemplo divorcios,
fallecimientos; y otros son en general placenteros, como casamientos,
nacimientos, viajes, entre otros, pero no por ello deberá darse por entendida
la significación particular de cada evento para cada familia.
Se podría pensar en infinidad de eventos citados por diferentes
autores y muy utilizados en la psicología, en muchos casos catalogados
estadísticamente con valores cuantitativos en relación con el estrés que
producen. Pero más allá de la utilidad de tener en cuenta estos eventos como
una guía, cada familia considerará qué es importante para ella, por lo cual no
es adecuado caer en certezas acerca de la construcción de la realidad del otro.
En este sentido, no es igualmente estresante una mudanza para una familia
que para otra, ni necesariamente será estresor un evento para una familia
cuando sí lo es para otra.
En este punto, es importante subrayar que siempre será necesario
conocer la construcción de la realidad que realiza la familia, acercándose en
la medida de lo posible a ella a través de la propia construcción de la realidad