4
El aumento de la edad de la población, la mayor inciden-
cia de hipertensión, diabetes y otras enfermedades cardio-
vasculares, así como la frecuente polimedicación conducen a
un riesgo potencial más elevado de disfunción renal. Tampo-
co hay que olvidar que algunas medicinas alternativas, como
las plantas medicinales o los suplementos dietéticos, tam-
bién pueden suponer un riesgo de nefrotoxicidad
1,5
.
Recíprocamente, los pacientes con función renal dismi-
nuida tienen más riesgo de complicaciones cardiovasculares
y se incrementa el riesgo de muerte; así, por ejemplo, entre
el 30 y el 50% de los pacientes que sufren síndrome corona-
rio agudo tienen algún grado de insuficiencia renal
6
.
A pesar de esta relevancia, se sabe que un número impor-
tante de pacientes con enfermedad renal está sin diagnosti-
car, bien porque no se efectúan controles de la función renal,
bien porque tienen una enfermedad renal oculta (enfermedad
renal con creatininas séricas en el rango de la normalidad).
Por lo tanto, estos pacientes pueden estar sometidos a un
riesgo incrementado de iatrogenia renal y desconocerlo
7
.
Los fármacos pueden producir toxicidad renal por afectación
del glomérulo renal, el túbulo, el intersticio, los vasos y otras
alteraciones funcionales.
La acción puede ser directa, por agresión química o alér-
gica, o indirecta, por precipitación del fármaco u otros pro-
ductos (calcio, ácido úrico) en el riñón
8
.
Los fármacos que provocan daño renal con mayor fre-
cuencia se incluyen en la tabla 1.
Las presentaciones clínicas pueden ser muy variadas, ta-
les como: proteinuria, síndrome nefrótico, reducción del fil-
trado glomerular, alteración de la excreción de electrolitos,
minerales o hidrógeno, etc
9
.
Los mecanismos patogénicos implicados con más fre-
cuencia se observan en la tabla 2 y se describen a continua-
ción:
Alteración de la hemodinámica
intraglomerular
La filtración glomerular en el riñón sano se autorregula por
la acción de las prostaglandinas, que ejercen una acción va-
sodilatadora de las arteriolas aferentes, y la angiotensina II,
que ejerce una acción vasoconstrictora de la arteriola eferen-
te. Por este motivo, los fármacos que actúan inhibiendo o ac-
tivando las prostaglandinas (antiinflamatorios no esteroideos
[AINE]) o la angiotensina II (inhibidores de la enzima con-
vertidora de angiotensina [IECA], antagonistas de los recep-
tores de la angiotensina II [ARA II] o el aliskiren) pueden
interferir con la regulación renal, disminuir el filtrado y ser
nefrotóxicos
2
. Los pacientes ancianos, los hipertensos cróni-
cos, los diabéticos y aquéllos con ateromatosis avanzada
pierden también, en parte, esta capacidad de autorregulación
por una menor respuesta vasoconstrictora de sus arteriolas
eferentes, y pueden presentar con mayor frecuencia disfun-
ción renal aguda tras el tratamiento con dichos fármacos.
También presentan un riesgo mayor aquellos pacientes en
los que el volumen de sangre circulante se encuentra dismi-
nuido por hemorragias, quemaduras, diarreas, o los que utili-
zan diuréticos.
Este deterioro renal suele ser reversible en la mayoría de
casos, ya que no se produce un daño renal estructural
6
.
Otros fármacos como la ciclosporina o el tacrolimus tam-
bién pueden producir una vasoconstricción de las arteriolas
aferentes y aumentar el riesgo en pacientes con elevada pre-
disposición
2,6
.
Lesión tubular
Las células del túbulo renal, sobre todo las del túbulo proxi-
mal, ejercen una función de concentración y reabsorción del
filtrado glomerular, lo que aumenta su susceptibilidad a la
toxicidad de algunos fármacos. La acción nefrotóxica suele
ser dependiente de la dosis, ya que los fármacos que la produ-
cen se acumulan cuando existe una lesión renal previa o co-
mo consecuencia de la nefrotoxicidad de los mismos. Los
mecanismos pueden ser variados, como alteraciones de las
funciones mitocondriales de sus células, alteraciones del
transporte o formación de radicales libres nefrotóxicos. Ejem-
plos de fármacos que pueden producir necrosis tubular aguda
son los aminoglucósidos, así como la ifosfamida, la ciclospo-
rina, el cisplatino, el zoledrónico y los radiocontrastes
1
.
Mecanismos de nefrotoxicidad por
fármacos
TABLA 1. Grupos farmacológicos más implicados
en la nefrotoxicidad
Grupo farmacológico Fármacos
Antibióticos Gentamicina, tobramicina,
amikacina, etc.
Medios de contraste radiológico Contrastes yodados
Antirreumáticos Todos los AINE, incluidos los
COX-2, sales de oro,
penicilamina
Antifúngicos Anfotericina B, caspofungina,
etc.
Inmunosupresores Inhibidores de la calcineurina:
ciclosporina, tacrolimus
Inhibidores del sistema IECA, ARA II, aliskiren
renina-angiotensina
Antivíricos Aciclovir, indinavir, etc.
Citostáticos Cisplatino, mitomicina C,
metotrexato, etc.
AINE: antiinflamatorios no esteroideos; ARA II: antagonistas de los
recep to r es de la an g io ten s in a II; IE C A: in h ib id o re s de la en zim a co n v ertid o r a
de angiotensina.