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notable importancia clínica y puede pasar desapercibida a la hora de
realizar una anamnesis. Las cefaleas sinusales o tumorales tienen
predominio matutino; las úlceras gastroduodenales, pospandrial; y los
cólicos nefríticos y pancreatitis, nocturno. En el caso de que el dolor
afecte al período nocturno, es muy importante dejar reflejado si éste
impide el descanso nocturno o si despierta por la noche, ya que de esto
depende la intensidad y potencial malignidad del cuadro.
o Calendario: En el caso de dolores de días de evolución, conviene
preguntar sobre la incidencia de éste a lo largo del año. Dolores
típicamente estacionales son los asociados a úlceras gastroduodenales.
- Aspecto cuantitativo, o intensidad: El dolor, al ser una experiencia subjetiva,
presenta la dificultad clínica de objetivar el grado de dolor que presenta el
paciente. Se han propuesto varias escalas del dolor homologadas
internacionalmente, pero a éstas se le debería sumar elementos de juicio del
propio profesional, como pueden ser el testimonio del paciente (de acuerdo a
sus antecedentes personales), la actitud antiálgica, la expresión facial, la
interferencia del dolor en su régimen de vida, el cortejo vegetativo
acompañante (variaciones tensionales y de frecuencia cardiaca, sudoración,…)
y la respuesta a los analgésicos.
- Aspecto cualitativo, o características: Las características subjetivas del dolor
permiten una buena diferenciación del mismo, pero éstas no siempre son
accesibles ya que dependen del estado mental y emocional del paciente y su
nivel cultural. Aun así, se debería procurar trasladar las palabras del paciente a
un adjetivo que oriente hacia las características del dolor. De esta manera, el
dolor puede ser avulsivo (de tipo arrancamiento, como el de aneurisma),
opresivo o constrictivo, corrosivo (el dolor característico de las úlceras
gastroduodenales, definido como ardor o presión con una sensación imperiosa
de hambre), expansivo (cefaleas tumorales), fulgurante, gravativo (se siente
como un peso), lancinante, de plenitud o inflazón, pulsátil, punzante, cólico (de
tipo “retortijones”, una sensación de torsión, calambre o apretura), sordo
(dolor mal delimitado y poco intenso, persistente, generalmente asociado a
visceropatías), terebrante (de tipo taladro), transfixiante o urente, entre otros.
- Influenciabilidad: Esta característica hace referencia a las modificaciones que
puede sufrir el dolor ante diversas circunstancias del paciente, y con ellas el
paciente puede experimentar sensación de alivio o de agravamiento. Es
importante recoger dichas variaciones, porque nos permitirá relacionarlo con
cuadros clínicos característicos. El dolor puede variar ante: cambios posturales,
que pueden tanto desencadenar el dolor, como prevenirlo (posiciones
antiálgicas características de la pericarditis o la pleuritis, entre otros); presión
mecánica, que puede agudizarlo (peritonitis o puntos gatillo de neuropatías) o