c
a
L
2
y finalmente se obtiene:
cGb
c
siendo =0.1-0.2 para obstáculos duros (anisótropos) y < 0.01 para obstáculos blandos (isótropos). El
parámetro puede expresarse en términos de una distorsión o deformación elástica,2/3
, que tiene en
cuenta tanto el efecto de tamaño o de la anisotropía del defecto como el de cambio local de módulo elástico.
El endurecimiento por solución sólida, al ser proporcional a la raíz cuadrada de la concentración de soluto,
es un mecanismo muy efectivo para incrementar la dureza y resistencia a la deformación de materiales. Es un
hecho bien conocido que las aleaciones (bronce, plata de ley, acero, etc.) son más duras que los metales puros
que forman sus respectivas matrices. Además, al contrario que en el endurecimiento por deformación, la
inclusión de átomos de soluto no reduce necesariamente la ductilidad del material, pudiendo incluso
incrementarla dependiendo del tipo de soluto (esto sucede, por ejemplo, en los latones: aleaciones Cu-Zn).
Por otro lado, este mecanismo de endurecimiento explica por qué en determinados materiales como el
acero, se observa el fenómeno de punto de fluencia, es decir, la aparición de bandas de Lüder (ver figura, curva
A). En efecto, los átomos de soluto intersticial (N, C, etc.) sienten gran atracción por las
dislocaciones del material y durante los procesos de carburación o nitruración o
cualquier otro proceso de fabricación del material, tienden a colocarse entorno a las
dislocaciones, formando una atmósfera rica en átomos de soluto entorno a ellas. Estas
atmósferas dificultan mucho el inicio de plasticidad, anclando las dislocaciones, y es
necesario aplicar una gran tensión para romper estos anclajes, y por tanto, se registra un
valor de Y más elevado (límite elástico superior). Sin embargo, una vez se liberan las
dislocaciones de esas jaulas iniciales, la tensión necesaria para proseguir la deformación
es mucho menor, de ahí la caída en la curva hasta el denominado límite elástico
inferior. Los sucesivos máximos y mínimos que se aprecian posteriormente en la curva
marcan eventos similares que tienen lugar localmente en diferentes regiones del
material (la deformación plástica no se produce uniformemente en toda la probeta) y
cesan cuando todas las dislocaciones originales se han liberado. A partir de ese momento comienza el tramo de
endurecimiento por deformación convencional. Según lo expuesto, se explica fácilmente por qué una vez
deformada una probeta, si la ensayamos de nuevo no observaremos las aparición de bandas de Lüder (ver figura,
curva B).
4.7.4 Endurecimiento por precipitación o por partículas (Precipitation or particle hardening).
Si además de modificar la composición del material se actúa sobre la microestructura, las posibilidades de
endurecimiento se incrementan. En particular, la existencia de precipitados o partículas de una segunda fase
dispersas en una matriz puede incrementar considerablemente su tensión de límite elástico, incluso para
fracciones en volumen de fase dispersa tan bajos como 1-10%. Esto es debido a que las partículas dispersas son
mucho más impermeables a las dislocaciones que los átomos de soluto dispersos en una solución sólida.
El grado de endurecimiento que proporcionan las dispersiones de partículas o precipitados depende de una
serie de factores:
- El tamaño, r, de las partículas,
- la fracción en volumen, f, de partículas (la separación media entre partículas, L, está definida si se
conoce la fracción en volumen y el tamaño de las mismas),
- la forma de las partículas (en general las partículas no esféricas, p. ej. plaquetas o agujas, son más
efectivas a la hora de endurecer el material debido a su anisotropía) y
- la naturaleza de la interfase partícula-matriz.
Este último factor es determinante para entender el mecanismo elemental por el que se produce el
endurecimiento, así que lo analizaremos en primer lugar. La naturaleza de la interfase depende de diversos
factores, pero principalmente del tamaño de la partícula y de la forma en que estas se introducen en la matriz. Si