Curso: El arte de contar cuentos en el aula de Infantil y Primaria. CAP Alcobendas’2005 ©J.Quintanal ‘2005
agrado o su repulsa. Un buen ejercicio de memoria es invitar a los niños a que narren el cuenta
de forma alternativa con nosotros “Entonces Caperucita le preguntó…(miños) “Abuelita, ¿qué
ojos más grandes tienes?…” Con esta participación, se estimula su creatividad. Si esto no se
hace, al menos conviene recurrir a plantear algunas preguntas que fijen la atención y propiciar
la participación de ese modo: “¿sabéis lo que pasó? ¿No 9magináis lo que le dijo?...” Y por
supuesto, combinar la palabra con otro tipo de recursos igualmente comunicativos como los
títeres, marionetas, carteles, sombras, audiovisuales, etc, según la finalidad que en cada caso
oriente nuestra actuación.
Por último, significar que no hay métodos o sistemas (recetas) que permitan alcanzar la
maestría en el arte de contar cuentos. La única fórmula válida para conseguirlo es la propia
experiencia. El narrador es obra de sí mismo y de su relación con los otros. Es imposible dar
una imagen ante los niños (no ha lugar la máscara, pues se da la cara), ha de manifestar su
propia imagen. A partir de ahí, es posible “construirse”, e incluso generar un estilo propio. Este
estilo se perfecciona desde la experimentación, con la práctica, pues cada situación es
diferente y determina un modo específico de desarrollo.
5.- La tradición oral
El hombre ha perpetuado su conocimiento a través del lenguaje. Este conocimiento,
conformando la llamada “sabiduría popular” pasa de padres a hijos, de generación en
generación, para entrar a formar parte de su propia cultura: éstos escuchan, retienen y
transmiten a sus pequeños, para que de nuevo transmitan ese conocimiento, las más de las
veces en forma de cuento o canto. En palabras de Vladimir Propp, es una forma de “expresar
las bases morales de un pueblo”.
“Érase una vez… un cuento”. El cuento oral que fue, a través de los siglos, una
manifestación viva por la cual, las diferentes culturas, realizaron durante generaciones, la
transmisión de sus leyendas y de sus tradiciones(
5
). Esta misma tradición, la escuela debe
cultivarla, e integrarla en el sentimiento de sus alumnos. En primer lugar porque es un
manantial inagotable donde bebe toda la literatura infantil (pensemos cómo fueron creadas las
primeras obras de este género). Pero además, porque resulta plataforma ideal para la creación
y la recreación, pues “la cultura es, a la postre, forja de todos”(
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) No obstante, hemos de
reconocer la preeminencia que tienen la palabra en el folclore. Es sobre todo, tradición oral
(tanto en formatos reducidos que aportan expresividad como las canciones, retahílas, aleluyas,
refranes,… como en las narraciones que no pierden esa espontaneidad (fábulas, mitos,
cuentos,…). En palabras del profesor Medina, podemos decir que “las creaciones populares
son venero inagotable y valiosísimo de recursos educacionales, porque son coincidentes con
las tendencias, necesidades o intereses de los niños”. Además hemos de identificar en ellos,
un acervo de cultura popular, no exenta de unos valores importantes y necesarios para un
desarrollo armónico y una convivencia sana.
Amén de este tipo de aportaciones, moviéndonos únicamente en el plano pedagógico,
encontramos en este tipo de literatura una notable contribución al desarrollo del niño en
ámbitos como el:
- Lingüístico: la experimentación sonora y rítmica estimulan una mejor y mayor
aplicación léxica, y la ampliación de los campos semánticos del conocimiento.
- Creativo: la plasticidad del lenguaje facilita la experimentación a partir de fórmulas
de la tradición, para acomodarlas a nuevos planteamientos, o simplemente para
recrearse con ellas. También tendremos que considerar que los cuentos, dotados
de orden, norma, equilibrio, suponen un modelo para la expresión narrativa
personal.
5
Asensi Díaz, J. (1998) El cuento oral y sus valores educativos. En Boletín AEL (Asociación Española de
Lectoescritura) nº 2. Marzo. Págs. 3-7.
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Medina, A. (1990) La tradición oral como vehículo literario infantil. Sus La literatura Infanil. Sus valores educativos. En
Cerrillo, P. y García Padrino, J. (coords.) Literatura Infantil. Cuenca: Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Castilla-La Mancha. (Págs. 37-65)
3.- El arte de contar cuentos;: qué son y cómo se cuentan - 6 -