Así mismo, este capítulo sirve de escenario a otra exposición controversial, por parte de
Damián sobre otra historia bíblica, la del ladrón bueno y el ladrón malo, que el
cristianismo coloca como acompañantes de la crucifixión de Jesucristo. En este sentido,
Demian aprovecha para comentarle a Max que de acuerdo a su opinión en realidad el mal
ladrón era el mejor de todos, pues al no cambiar su posición inicial, demostraba fortaleza
de carácter, mientras que el ladrón bueno, al arrepentirse, revelaba debilidad. Es en este
capítulo, donde Demian también expresa que el mundo está dividido en buenos y malos,
y siempre se tiende a rechazar una mitad, en vez de buscar o crear una deidad que
incluyera tanto el bien como el mal en sí, terminando con la necesidad de dividir la
humanidad.
Capítulo IV, Beatrice
De improviso, los padres de Emil deciden enviarlo fuera de la ciudad, inscribiéndolo en
un internado. Sin embargo, al contrario de lo que pensaban, el cambio procuró aspectos
negativos en el muchacho, quien comenzó a salir mal en sus calificaciones,
convirtiéndose además en un asiduo visitante de las tabernas, en las cuales se
emborrachaba, poniendo en peligro también su puesto en la escuela. No obstante, el
destino lo llevaría a conocer a una linda muchacha, de quien se enamoró, y en ignorancia
de su nombre,decidió llamarla Beatrice, como la inspiración del protagonista de La
Divina Comedia.
Este amor, inspiraría los mejores sentimientos en Emil, quien abandonó los vicios, y se
entregó a procurar el bien. Obsesionado con la imagen de esta muchacha, Emil decidió
pintarla, sin lograr precisar el rostro que amaba. Por el contrario se dio cuenta de que su
dibujo más bien se parecía a su amigo Max, aunque desde algunos ángulos le parecía
también verse a sí mismo. Finalmente, concluyó que probablemente su dibujo expresaba
cómo sería su amigo, cómo luciría su amada y cómo sería él en el futuro.
Después de dormir un rato, encontró que la lluvia entraba por la ventana de su habitación,
al cerrarla, reparó también en que el agua había dañado su dibujo, el cual se había
convertido en un rostro bastante parecido a su amigo Max. Impresionado por la
semejanzas entre el sueño que había tenido y la suerte que había vivido su dibujo. Esto
ocasionó que decidiera dibujar el pájaro o ave del sueño, y se lo enviara a Max.
Capítulo V, El pájaro rompe el cascarón
Para sorpresa de Emil, Max respondió su dibujo con una carta, en el a cual éste le contaba
que el pájaro que le había enviado subía hacia el nuevo Dios, que llevaba por nombre
Abraxas. Sorprendentemente, mientras pensaba en esta extraña respuesta, durante su
clase de Filosofía, su profesor nombró a Abraxas, a quien definió como una antigua
deidad que contenía en sí el bien y el mal. Confundido salió a caminar, encontrándose
con una iglesia, de donde salía una música que llamó su atención. Entró y se quedó
oyendo al organista, cuando éste salió, lo siguió hacia un bar, en el que entabló una