Manual de Discipulado La Estrategia de Jesús
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deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra
mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad» (Efesios
4.22-24). «...despojado del viejo hombre con sus hechos,
revestido del nuevo, el
cual conforme a la imagen del que lo creó...» (Colosenses
3.9-10).
La Palabra de Dios requiere que nos deshagamos de los
habitos pecaminosos
de nuestra naturaleza carnal reciente y adoptemos la gracia
disponible
para nosotros en Jesucristo.
Un Mal Árbol Con Fruto Malo
Nuestra naturaleza vieja, sin Cristo, era incapaz de producir
buen caracter,
asi como un arbol malo es incapaz de producir frutos
buenos. Las obras
de la carne estan en claro contraste con el fruto del Espiritu.
Debido a que
sus obras son el resultado del estado caido del alma, la carne
exhibe los
siguientes vicios: «Y manifiestas son las obras de la carne,
que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos,
celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias,
homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como
ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino
de Dios.» (Gálatas 5.19-21).
De acuerdo con las escrituras anteriores, todas estas cosas
deben ser
discontinuadas: inmoralidad sexual, deseos impuros, lujuria,
veneracion
de dioses falsos, hechizos y encantamientos, desagrado
intenso, ambicion
egoista, celos, enfurecimientos, controversias, facciones de
grupos rivales,
ambicionar o codiciar, destruir vidas, intoxicacion, orgias y
otras pasiones
malvadas que la ley de Dios condena, como la perversion
sexual, el orgullo,
Asamblea Apostólica de la fe en Cristo Jesús
La Estrategia de Jesús 117
la pereza o flojera, negarse a perdonar, amargura, mentiras,
avaricia, enganos,
fraudes, discordias o quejas.
Lee tambien Romanosnos 1.28-32. La Biblia dice que los que
verdaderamente
son discipulos de Cristo, han «...crucificado la carne con sus
pasiones
y deseos» (Galatas 5.24). Si tenemos alguna esperanza de
hacer nuestro hogar
en el cielo, tenemos que deshacernos de esas caracteristicas
de la naturaleza
carnal, porque «...los que practican tales cosas no heredaran
el reino
de Dios» (Galatas 5.21).