40
PRESUMIENDO
233
Hubo muchas manos que se levantaron hace rato, Señ or. Miembros de
iglesia y todo, levantando sus manos. Tú le revelas te a cada mano que se
levantó: “Eso es lo que está en su corazón, eso es lo que es”, viendo la
condición de ellos, algunos de ellos con pecado sin confesar. ¡Oh, Dios, ten
misericordia! Te pido que todos los que levantaron su mano nunca se
encuentren en el Juicio de Dios allá. Que ellos es capen del Juicio, y se vayan
en el rapto como Noé pasó sobre el Juicio (concédel o, Señor), como Abraham,
que estén fuera del Juicio. Ten misericordia, te pi do.
234
Bendice a estas personas ahora. Perdona sus pecado s. Que la dulzura,
y la suavidad, y la ternura del Espíritu Santo desc anse sobre cada una de ellas.
235
Tú eres nuestro Dios, y te amo, Señor. Oh, te ador o, Tú la Rosa de
Sarón, el Lirio del Valle. ¡Oh, si yo pudiera exten der mis brazos y abrazarte,
Señor! Yo no soy digno. Permíteme tocar Tu pie o al go, Padre. Yo sé que Tú
estás parado aquí mismo, aquí mismo en la plataforma, ese Glorioso
cicatrizado de clavos, tan cerca, tan… En otro mund o, en otra dimensión
parado aquí. Sentimos Tu presión y el poder de Tu E spíritu moviéndose en
nuestra carne, Señor. ¡Oh!, gente adúltera como so mos, y luego Tú te mueves
entre nosotros, y nos santificas con Tu Sangre para cumplir Tu Palabra, y
presionas Tu Espíritu Santo dentro de nosotros para permitirnos saber cosas
que han pasado, cosas futuras, cosas presentes.
236
¡Oh, Dios, Tú eres Dios! ¡Cuánto te amo, Señor!, ¡ cuánto te adoro!
¡Oh!, con razón no podemos encontrar un Nombre para Ti. Admirable,
Consejero, Príncipe de Paz, Dios Fuerte, Padre Eter no; oh, el Lirio del Valle,
la Rosa de Sarón; el que era, el que es, el que ha de venir; la Raíz y Linaje de
David; la Palabra, la Vida, el gozo, el todo; Tú er es Dios.
237
Cuánto te amo, Señor. Te alabo, te adoro, Tú el I ncomparable, Tú, el
gran Eterno, te hiciste carne y habitaste entre nos otros, ahora estás aquí en una
Columna de Fuego, moviéndote aquí, mostrándote a Ti Mismo, la misma
Columna de Fuego que estaba dentro de un cuerpo lla mado el Señor Jesús, el
primer Hijo, el Hijo unigénito, ahora por medio de hijos adoptados mostrando
que Tú todavía eres Dios.
238
No estamos perdidos. Somos salvos. No estamos en la caída; no
estamos en denominaciones; no estamos en credos; si no que estamos en el
poder y la resurrección de nuestro Salvador. ¡Cuánt o te alabamos, Señor, por
Tu bondad!
PRESUMIENDO
1
Gracias. Gracias hermano. Dios le bendiga. Perman ezcamos de pie por
un momento, e inclinemos nuestros rostros.
2
Nuestro Padre Celestial, estamos agradecidos en e sta mañana por el
privilegio de venir nuevamente a la casa del Seño r, reuniéndonos con esta
gente amorosa, este amoroso pastor, su esposa, sus seres queridos. Rogamos,
Dios, ahora mientras nos sentamos para estudiar, p ara estudiar la Palabra, que
Tú te encuentres con nosotros, y nos des alimento p ara nuestras almas.
Estamos anhelando esto, Padre. Te lo rogamos en el Nombre de Jesús. Pueden
sentarse.
3
Consideramos esto un privilegio de estar de nuevo otra vez aquí esta
mañana para esta clase. Llegué de improviso aquí ha ce unos momentos para
hablar con el hermano Littlefield y tener un poco d e compañerismo. Tuvimos
un tiempo tan maravilloso anoche aquí orando por lo s enfermos. Y esta
mañana le dije que trataría de regresar y hablarle a la clase de escuela
dominical antes de irnos. Así que llegué un poco ta rde. Tuve unos amigos que
vinieron a verme, y hablé con ellos allá afuera.
4
Y luego, mientras tenía la oportunidad, bajé al s ótano para ver cómo
esta iglesia estaba—estaba arreglada allá abajo, porque nosotros mismos
estamos tratando de construir una allá donde vivo. Y nos gusta ésta bastante,
este patrón, la manera en que está construida. Me gusta la acústica, la
propagación del sonido aquí, o como sea que Uds. lo llaman. Parece ser capaz
de controlar bien la acústica.
5
Y luego otra vez, yo—yo espero que si ninguno de ellos está aquí… (si
están aquí, está bien); quiero darle las gracias a este motel de aquí, el City
View Motel, donde me quedé anoche. Son muy pocas la s veces en mi vida que
me he quedado en un motel gratuitamente, pero así f ue anoche. Ellos ni
siquiera me cobraron por ello. Miren, eso es verda dera amabilidad. Mi hijo
también, allá en el—en el Motel Lehi, ellos ni siq uiera le cobraron por eso. Y
tengo entendido que la gente que está conectada, qu e viene aquí a la reunión, o
algo así, anoche, que ellos les dieron un descuento , y cosas así. Si Uds.
todavía están aquí, y se van a ir del motel, verdad eramente denles las gracias
a esa gente.
6
Y en alguna otra ocasión nos gustaría venir aquí en una convención,
Uds. saben, en una—en una reunión. Yo espero que el lugar de esos hombres
esté repleto cada noche de aquí en adelante. Uds. s aben, escrito está: “En
cuanto lo hicisteis a uno de estos más pequeños, a Mí lo hicisteis”.