COMENTARIO:
Las cosas, los sucesos, las situaciones cotidianas, no son nada diferentes a lo que son.
Son simplemente lo que son, situaciones concretas y de por si neutras que suceden en
un espacio-tiempo preciso. No son ni verdad ni mentira, simplemente son. La identidad
se la otorgamos los seres humanos o mejor dicho, los seres vivos. Seguramente hemos
oído alguna vez esa famosa frase de: “Nada es verdad ni nada es mentira, sino que
todo es según el color del cristal con que se mira”. Y así parece ser, porque lo que
realmente importa es lo que sentimos, pensamos e incluso creamos en esas situaciones
concretas de nuestras vidas. TODO depende del proceso mental que seguimos ante la
interacción con dichas situaciones.
Un hecho tan simple como el preguntar la hora puede ser interpretado desde múltiples
puntos de vista. La reacción del “preguntado” puede resultarnos neutra, agradable,
desagradable, agresiva, aburrida, etc. pero a su vez nuestra reacción ante esas múltiples
posibilidades, también resultan variopintas e inacabablemente variables.
Lo que importa es lo que creamos.
Y para no llevar a confusión, me refiero a ambas posibilidades que nos brinda la
palabra: crear y creer. Porque crear es creer y creer es crear. Nos pasamos la vida
creyendo y creando situaciones, emociones, pensamientos, etc.
2.El principio de correspondencia
«Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.»
El Kybalion.
“Este principio encierra la verdad de que hay siempre una cierta correspondencia
entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida, y el
antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a esto, y afirma: «Como es
arriba, es abajo; como es abajo, es arriba», y la comprensión de este principio da una
clave para resolver muchos de los más obscuros problemas y paradojas de los
misteriosos secretos de la Naturaleza. Hay muchos planos que no conocemos, pero
cuando aplicamos esa ley de correspondencia a ellos, mucho de lo que de otra manera
nos sería incomprensible se hace claro a nuestra conciencia. Este principio es de
aplicación universal en los diversos planos, mental, material o espiritual del Cosmos:
es una ley universal.”
La Tabla esmeralda-Tres Iniciados.
3