El sondaje vesical es uno de los procedimientos médicos más utilizados en el ámbito hospitalario, consistente en la introducción de un tubo flexible a través de la uretra hacia la vejiga con fines ya sea para drenar su contenido o su irrigación. Se conoce que desde hace 3 000 años a. C. existe el registro de catéteres intermitentes hechos de cobre, estaño, bronce y oro; diversas culturas como la china y la griega realizaban este procedimiento con la finalidad de aliviar una obstrucción urinaria. Actualmente se sigue considerando esencial en la terapéutica de patología urinaria.
La sonda Foley es el más común en la práctica, diseñada por Frederick Eugene Basil Foley en 1934, es un tubo flexible, con longitud de 38 cm para el hombre y 22 cm para la mujer, la más común es de dos vías, en tamaños de 8 a los 30 Fr, con un balón en su punta, cuya capacidad es de 5 a 30 cc dependiendo su uso.
El uso de una sonda para cateterizar la vía urinaria representa uno de los procedimientos más comunes realizados en la sala de urgencias. Es utilizado de manera rutinaria con fines diagnósticos y terapéuticos en padecimientos urológicos y no urológicos, con el fin de drenar el contenido vesical o de tener un control estricto de líquidos. Las infecciones urinarias asociadas a catéter son la causa más común de infección asociado al cuidado de la salud, ocupando hasta el 30% al 40% de las infecciones adquiridas en el hospital es por esto que el conocimiento de las indicaciones, las contraindicaciones y la técnica para su colocación son claves para prevenir complicaciones relacionadas a su uso.
El uso de las sondas vesicales puede clasificarse, de acuerdo al tiempo, en 3 categorías: 1. Intermitente: se coloca la sonda y se retira, inmediatamente, una vez cumplido el objetivo. 2. Temporal: la sonda permanece por un tiempo definido, generalmente, menos de 7 días. 3. Permanente: se coloca la sonda, la cual permanece por tiempo indefinido. A lo largo de este tiempo se debe cambiar cada 7 a 10 días.
Como en otros procedimientos que resultan invasivos para la privacidad del paciente, al colocar una sonda vesical, se realiza una adecuada relación médico/enfermería-paciente, explicar claramente el procedimiento que se va a realizar, así como solicitar la firma del consentimiento informado al paciente.
Anatomía La uretra femenina es corta mide de 2 a 4 cm, se extiende desde el orificio interno de la uretra a nivel del cuello de la vejiga urinaria. Tiene un trayecto pelviano y luego atraviesa el suelo del periné para terminar en le orificio externo de la uretra. La cateterización es simple y el reto mayor que encontraremos en estas pacientes es la identificación de estructuras anatómicas. Para localizar la uretra en una paciente es necesario saber que al separar los labios menores exponemos diversas estructuras que de superior a inferior son: clítoris, uretra, introito vaginal y el ano.
La uretra masculina puede medir desde 18 hasta 22 cm, conduce la orina desde el orificio interno de la vejiga hasta el orificio externo de la uretra en el extremo del glande del pene, cuenta con un trayecto tortuoso y al colocar una sonda vesical se pueden encontrar distintos puntos de estenosis como: hiperplasia prostática, neoplasias, entre otros.
Las indicaciones para colocación de sonda vesical son de suma importancia ya que, el apego a ellas es la principal medida preventiva para evitar las complicaciones relacionadas con este procedimiento. Paciente con retención urinaria aguda y crónica *Procedimientos quirúrgicos. *Vaciamiento de vejiga durante un parto *Pacientes que requieren inmovilidad prolongada *Para establecer confort en pacientes en etapa terminal *Incontinencia urinaria con riesgo para el paciente como daños en piel, contaminación de algún lugar de cirugía *Manejo de hematuria macroscópica con coágulos *Necesidad de medición del gasto urinario de forma contínua *Terapia farmacológica intravesical: cáncer vesical *Manejo de pacientes con incontinencia urinaria que no responde a tratamiento conservador, farmacológico ni quirúrgico *Para realizar estudios del tracto genitourinario
La única contraindicación absoluta es la presencia de lesión uretral o anormalidad uretral que se asocia frecuentemente con trauma pélvico. En presencia de trauma pélvico acompañado con presencia de sangre en el meato urinario o con hematuria macroscópica se deben de hacer estudios de seguimiento y no cateterizar.
La mayoría de los catéteres cuentan con 2 lúmenes uno para el drenaje urinario y otro para inflar un globo que se encuentra en la punta de la sonda el cual evita que la sonda se salga después de ser colocada. En cuanto al calibre es necesario que se decida de acuerdo a las características del paciente. En adultos se pueden usar calibres de 14 – 18 Fr o hasta de 20 – 24 Fr para drenar hematuria con coágulos. Existen catéteres con 3 lúmenes: uno para drenar orina, otro para inflar el globo y el último para irrigar soluciones, fármacos, etc.
Las sondas difieren en tamaño, forma, tipo de material, número de luz y mecanismos de retención. El calibre (grosor) se consigna según la escala francesa de Charrière (unidades de 0.33 mm = 1 francés [Fr]; por lo tanto, 3 Fr = 1 mm de diámetro, y 30 Fr = 10 mm de diámetro). El diámetro del catéter seleccionado depende del paciente y del propósito de la intervención; los catéteres de grueso calibre se utilizan para evacuar posibles coágulos sanguíneos.
Calibre 16 a 18: en adultos Calibre 12 a 14: en estrechez uretral Calibre 18: en caso de sospecha por obstrucción Calibre 14: en jóvenes o cateterismo temporal Calibres 5 a 12: en niños
materiales Cómodo Lámpara de chicote Guantes desechables Gasas estériles Solución antiséptica Guantes estériles Campos estériles Sonda vesical tipo Foley del calibre requerido Lubricante anestésico Jeringa 10 cc Suero fisiológico o agua inyectable Bolsa colectora Tela adhesiva o material para la fijación
procedimiento Preservar la intimidad del paciente. Informar al paciente del motivo del sondaje, explicándole la técnica y la importancia de su colaboración. En el hombre: Colocar el paciente en decúbito supino con las extremidades inferiores ligeramente separadas. En la mujer: Colocar a la paciente en decúbito supino, con las piernas separadas y flexionadas (posición ginecológica). Realizar el lavado de manos y colocar los guantes de un solo uso. Preparar el material necesario sobre un paño estéril y una superficie estable. Realizar el lavado de los genitales:
procedimiento - En el hombre: Lavar los genitales externos con agua y jabón. Sostener el pene retirando el prepucio y con la mano dominante limpiar el glande con la solución antiséptica desde el meato en círculos hacia la base del pene. Proteger el pene con una compresa. - En la mujer: Lavar los genitales externos arriba abajo con agua y jabón. Separar los labios menores, hasta visualizar el meato. Limpiar con solución antiséptica partiendo del clítoris hacia la vagina.
procedimiento Retirar los guantes de un solo uso, lavar las manos y poner los guantes estériles. Delimitar la zona genital con paños estériles. Lubricar la sonda. En el hombre: Sujetar el pene con firmeza estirándolo ligeramente hacia delante y abajo para corregir las curvaturas de la uretra. En la mujer: Separar los labios menores con dos dedos y con la mano dominante introducir la sonda por el meato, a través de la uretra, hasta la vejiga.
Comprobar que sale orina. Inflar suavemente el balón, con la cantidad de agua estéril recomendada por el fabricante. No usar suero fisiológico porque puede formar cristales de sodio y obstruir la sonda. Prestar atención a que el enfermo no ofrezca resistencia o refiera dolor. Retirar suavemente la sonda hasta notar una pequeña resistencia. En el hombre, volver el prepucio a su posición natural. Conectar la sonda al sistema de drenaje cerrado. Fijar el sistema de drenaje, dejando una pequeña curvatura en la sonda para evitar tracciones. Colocar la bolsa colectora en un soporte, evitando que se doble el sistema. Recoger el material usado. Registrar en la hoja de enfermería la técnica realizada, día, hora, tipo y calibre de la sonda. Anotar en la hoja de valoración de enfermería el motivo del sondaje, la cantidad y las características de la orina.
complicaciones La complicación más frecuente por mucho son las infecciones de vías urinarias; las cuales pueden ir desde una bacteriuria asintomática hasta una pielonefritis. También se pueden presentar lesiones uretrales por colocación traumática, estenosis uretrales secundarias a traumatismos repetitivos al cambiar la sonda, insuficiencia renal aguda por obstrucción de la sonda. Algunas otras complicaciones pueden ser fístulas vesicales, perforaciones vesicales, formación de litos vesicales, las cuales son menos frecuentes.
Caso clínico Don José es un paciente de 52 años que llega al Servicio de Urgencias. Tú estás de guardia y al interrogatorio, refiere que desde hace dos días no ha podido orinar, aun cuando siente una gran urgencia de hacerlo, además de presenta dolor en los cuadrantes inferiores del abdomen. A la exploración física, se palpa globo vesical y a la presión, manifiesta mayor dolor; ante esta situación que se debe de hacer: En este caso, ¿Está indicado la colocación de una sonda?
¿Cuál es la importancia de establecer una buena relación enfermería – paciente? ¿Qué consideraciones anatómicas debes tomar en cuenta en este paciente?
De los siguientes tipos de sonda Foley, ¿Cuál es la más indicada para este paciente? a) 18 Fr, dos vías. b) 20 Fr, tres vías.
Menciona las funciones de cada parte de la sonda:
¿Cómo se corroborar que la sonda urinaria está correctamente instalada? Menciones tres cuidados de la sonda que debe tener este paciente, una vez instalada.