9. los yogures de naranja no existen

Psico_SocioLaboral 664 views 4 slides Sep 07, 2011
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About This Presentation

Ejercicio práctico Psicopatología Sociolaboral. Tema 11. Pedagogía


Slide Content

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Grupo 9
Verónica Aparicio Rojas
María Pérez Carreras
Cristina Rubio Rodríguez

“Los yogures de naranja no existen”

Introducción

En “Buena salud, mejor trabajo” llevamos publicando una serie de alteraciones
que afectan prácticamente a todos los sectores del mundo profesional. Hemos
hablado con personas que lo padecen, con expertos que lo solucionan, e
incluso nos hemos atrevido a proponer propias soluciones al encontrarnos
ausencia de ellas.

Nos gustaría rescatar lo más importante de cada una para hablar de una última
“psicopatología”, la satisfacción laboral. Desde aquí estamos convencidos de lo
vital que resulta para cualquiera sufrirla, por eso queremos recordar las claves
que hemos rescatado de unas cuantas historias.


Contenido

La primera parada la hicimos con tres hombres estupendos, Julio, Manuel y
Gabriel; que nos ayudaron a entender cuán importantes son los ritmos
biológicos a la hora de trabajar. La alteración de éstos, provocan en los
trabajadores patologías de estrés, falta de sueño y rendimiento mediocre en
sus labores, entre otras. Por estas razones, en la asociación quisimos buscar
las legislaciones que lo regulan, y no nos parecieron suficientes. Las
condiciones laborales ha sido casi el tema que más ha evolucionado desde la
Revolución Industrial, y lo que pretendíamos y pretendemos es que no se
quede en el olvido porque aún quedan cosas por hacer.

Actualmente la patología más padecida es el estrés, por eso y porque
consideramos realmente difícil evitarlo en nuestro mundo, quisimos ofrecer una
solución: el yoga. Julián, un trabajador de 60 años, lo lleva practicando 15 y le
funciona. Contamos con lo complicado que es introducir cualquier nueva
actividad en la rutina frenética del estresado, pero a pesar de ello, creemos que
merece la pena el esfuerzo de incluirla para ganar calidad de vida en adelante.

Ojos que no ven, corazón que no siente. Nos vino este refrán a la cabeza
cuando tratamos el tema del mobbing. La brutalidad que sufren los
trabajadores acosados en su trabajo tiene nombre, p ero pasa muy
desapercibido y precisamente por eso no es un escándalo público. Este
mensaje fue el que pretendimos desde la asociación. Una vez nos pusimos a
investigar, nos detuvimos en un sector de estos acosados: las mujeres
embarazadas. El motivo fue, que además de sufrir lo que los demás, que no es
moco de pavo, resulta que sus probabilidades de abortar aumentan de forma
escandalosa.

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Lo que hace que estos sucesos sean tan peligrosos es su sutilidad, la forma en
la que pasan desapercibidos incluso por los propios acosados hasta que tienen
graves trastornos de autoestima. Desde nuestra tolerancia queremos hacer eco
de lo que sucede mucho más de lo que podemos imaginar, y erradicarlo del
todo.

No podemos hacernos ajenos a la problemática actual, por lo que el paro fue
de obligatoria mención. Si analizamos los elementos alrededor del tema
llegamos a la conclusión que no podemos sino hacer por vivirlo de otra manera.
Para eso acudimos a los sabios consejos del reconocido psiquiatra Luis Rojas
Marcos en cuanto al poder del optimismo. Quisimos hacer entender que la
forma en que se viven los días se transforman finalmente en nuestra
percepción, y que precisamente por eso los optimistas son más felices,
afrontan mejor los problemas (por supuesto no los dejan de vivir por su talante)
y consecuentemente los superan.

Dentro de nuestras posibilidades quisimos hacer una aportación a toda la gente
que se encuentra en esta situación, por lo que propusimos unas jornadas cuyo
objetivo era hacer un pequeño cambio de mentalidad, encaminado a conseguir
ese optimismo.

En el otro extremo, nos encontramos con los adictos al trabajo, otro asunto al
que dimos mucha importancia, porque pensamos que es el resultado de
carencias en ambientes realmente importantes: la familia, los amigos, el tiempo
para uno mismo,…Si no es efecto, es causa, llevando al mismo problema.
Hablamos con Juan Pablo, que acudió a nuestra asociación en busca de
ayuda. En un primer momento su única pretensión fue destacar en su trabajo,
consiguiendo todo lo referente a lo profesional, y de repente se vio
completamente ajeno a la vida de su familia, a la de su mujer y sus dos hijos.

Este es el tipo de situaciones en las que terminan encontrándose los que
sufren el workaholic, nombre que se ha dado a esta alteración. Lo que
pretendemos es que no sientan ni ellos, ni su entorno, que se encuentran en un
punto de no retorno. Al igual que el mobbing, los que lo sufren se dan cuenta
cuando parece que han perdido el control, mientras que su entorno más
cercano ha estado intentando evitarlo sintiéndose también sin fuerza para
ayudar. A pesar de todo, la batalla no está perdida y existen organismos
expertos que solventarán la situación. Ánimo.

Otro colectivo del que también hablamos fue el cuerpo docente, que no se
encuentra en su mejor momento, debido a la violencia escolar. La historia
siempre dicen que es como un péndulo, pasando de unos extremos a otros,
hasta conseguir que las cosas vayan a su cauce. Aún nos acordamos de las
varas que tenían los maestros no hace mucho (¿o ya sí?), asique las tornas se
volvieron del lado de los alumnos, quienes ahora parecen tener la autoridad y
la mano dura con sus profesores.

Desde aquí denunciamos toda clase de violencia dentro de la comunidad
educativa, venga de donde venga, y por el motivo que sea. Partimos de la base
que es por definición contraria a todo lo atribuible a la educación, por eso

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invitamos a todos los centros educativos a promover esa tolerancia cero con la
violencia escolar.

Si tuviésemos que decir cuál es el colectivo profesional del que más chistes se
hacen, al que más viñetas le dedicó Forges o del que más tópicos existen, sin
dudarlo diríamos que son los funcionarios. En la asociación quisimos ver un
poco más allá pensando en este sector, y nos dimos cuenta de que “ni son
todos los que están, ni están todos los que son”. Y por eso quisimos romper el
mito que gira en torno a los trabajadores del Estado.

El hecho de que existan tantos tópicos y prejuicios influye en la forma en la que
estos desempeñan su trabajo (“si es lo que la gente espera de mí”), y también
como los demás nos predisponemos a actuar con ellos de manera más hostil.
Consideramos importante, por lo tanto quitarse esa idea de funcionario típico e
ir un poco más allá para desarrollar empatía hacia el sector.

Nuestra última intervención la hicimos con nuestros mayores, que no
sabemos si será por la fragilidad que aparentan o por qué, pero les vemos
como grandes inútiles haciéndoles sentir cargas que no son. Esto afecta por
supuesto en su autoestima y si sumamos lo que ellos mismo ven que ya no
pueden hacer, se encuentran en una situación bastante complicada.

Creemos que la reflexión acerca de su situación es de todos, pero nosotros
quisimos que ellos consiguiesen sentirse un poco mejor, aumentando su
autoestima y descubriendo cosas nuevas que pueden hacer.

Es importante entender que la última etapa de la vida solamente es distinta,
como las anteriores a las otras, y no peor. Los intereses a lo largo de la vida
van cambiando (¡y menos mal!), por lo tanto lo único de lo que hay que
preocuparse es de encontrarlos, porque sí que están ahí. Y lo más bonito de la
historia es que la gente que más quieres te ayude en estos momentos que
parece que pierdes la identidad.


Conclusiones

Hace unos años una importante empresa de lácteos fabricaba yogures de
naranja y los consumidores los compraban gustosamente. El sabor, la textura y
todo parecía estar acorde a las necesidades; hasta que se descubrió que los
lácteos al contacto con el derivado cítrico de la naranja o la mandarina creaba
una reacción que producía la pérdida de proteínas.

Dicho derivado se empezó a usar en productos adelgazantes como un "pierde
proteínas" pero debido a ser un producto altamente dañino acabo
prohibiéndose en casi todos los países de la Unión Europea y retirándose los
productos de las estanterías.

La acción humana es la que hace y también la que se equivoca. Precisamente
nuestro poder de rectificar es el que nos ha hecho ir creciendo. El proceso es el
mismo que el de los yogures, primero se hacen, ¿por qué no? La gente hace el

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uso correspondiente, hasta que nos damos cuenta de que no nos hace bien,
por lo que lo dejamos de hacer.

En el mundo laboral es complejo y entran muchos elementos en juego, muchas
reglas, muchas situaciones…Y no podemos esperar que todo esté bien. Sin
embargo por lo que sí que hay que moverse es por mejorar lo que sabemos
que hay que mejorar.

En “Buena salud, mejor trabajo” sabemos que entre todos contamos con
herramientas suficientes para solventar los problemas de los que hablamos,
que somos muchos los que compartimos estos valores que nos mueven a
erradicar todo lo injusto. Por eso hemos querido hacer eco de la problemática
actual en el mundo laboral, para que nos oigan y unamos fuerzas consiguiendo
lo impensable cada uno como individuo.

Queremos agradecer todas las historias, los testimo nios, las
aportaciones…Han sido el motor de los últimos 4 meses para decir bien alto lo
que nos hemos encontrado. Esperamos que haya animado a más de uno (¡y
más de dos!) y hayamos conseguido dar solución a algún que otro problema.

Por mucho que gustasen a unos cuantos, los yogures de naranja ya no existen.