La rana salta ventanas
Hace mucho tiempo, había una rana muy curiosa, a la que su estaque le parecía tan aburrido, que decidió salir
a explorar el palacio que junto a su hogar se levantaba. Así fue como dando unos cuantos saltitos, se coló
dentro del edificio por una ventana, que tenía por cristales una gran pompa de jabón. Lo que no sabía la ranita,
es que la pompa, no era de jabón, sino de un componente mágico que la llevó muy lejos de su hogar.
En primer lugar, la pompa mágica la llevó hasta una casa llena de lujos, en la que a punto estuvo de perecer
en las mandíbulas de un perro. Afortunadamente, pudo escapar de allí saltando una vez más hacia la mágica
ventana. Su nuevo destino, fue una increíble charca en la que todos sus habitantes eran tan hermosos, que no
podían soportar la normalidad de su nueva inquilina, echándola de allí mientras dormía.
Cuando la rana abrió los ojillos, se dio cuenta de que estaba en un sitio totalmente diferente, en el que la
pobreza estaba patente en cada lugar en el que posara su vista. Allí, se convirtió en la mejor amiga de un
pobre niño, que se desvivía porque nada le faltara. A pesar de sus esfuerzos, el desagradecido animal, al sentir
el frío del invierno, volvió a escaparse por la ventana en busca de un sitio más propicio.
Pero, no pudo encontrar un lugar mejor, ya que su mala actitud, la llevó a quedarse encerrada para siempre,
entre un ardiente desierto y los fríos hielos del Polo.
El gallo,el pato y las sirenas
Hace mucho tiempo, un pato y un gallo, que eran grandes amigos, discutían a menudo sobre la misma
cuestión: la existencia de las sirenas.
Hartos de discutir, decidieron ir hasta el mar y comprobar con sus propios ojos, cual de los 2 tenía razón. Con
esa intención se adentraron en el fondo marino, viendo a su paso a gran cantidad de peces de colores,
próximos a la superficie. Conforme iban bajando, encontraban peces de mayor tamaño y de aspecto más
terrorífico, hasta que llegaron a un lugar en el que todo estaba tan oscuro, que no podían ver ni su propia
mano.
Tanto les asustaba esta situación, que salieron lo más deprisa que pudieron del agua, prometiendo el gallo,
que nunca más volvería a intentar buscar a las sirenas. El pato, que era mucho más valiente, consiguió hacerle
romper su promesa y cargados con una gran linterna, volvieron a bajar a las profundidades submarinas.
Cuando llegaron al lugar que tanto los asustaba, iluminaron la oscuridad con su linterna y se encontraron con
una gran familia de sirenas, que estaban confundidas por su comportamiento anterior, ya que ellas solo
querían ser sus amigas.
Así fue como el pato y el gallo, se hicieron amigos de las sirenas y nunca volvieron a discutir.