LOS CUATRO ACUERDOS DE LOS TOLTECAS:
En nuestra socialización primaria y secundaria vamos haciendo acuerdos, que son las
enseñanzas que nos van transmitiendo nuestros padres y nuestros maestros y educadores, en
toda nuestra vida vamos sufriendo un proceso de "domesticación”, donde se nos enseña lo
bueno y malo, las creencias que ya existían antes de que nosotros naciéramos, aquellas
seleccionadas por otros pero no por nosotros. Estas creencias nos harán felices o infelices,
dependiendo de su energía y de cómo las usemos en nuestras vidas.
Primer acuerdo:
Es el acuerdo más importante más difícil quizá de cumplir. Ya hemos hablado del poder
que tiene el verbo, la palabra, de la energía que encierran las palabras, la energía que le
imprimimos desde las emociones, y lo difícil que se hace recogerlas palabras una vez
dichas. Las palabras ejercen una gran influencia sobre quienes las escuchan.
Todos somos magos, hacedores de magia con las palabras, con ellas podemos destruir o
podemos construir, depende del sentido y la intención que le imprimamos. Por qué ser
"impecable" con las palabras? porque la palabra impecable significa extinto de
pecado, quiere decir no usar las palabras en contra de nosotros. Cada palabra que digo en
bien o en mal regresa a mí con toda su carga energética. Las personas que nos maldicen,
Insultan o hieren verbalmente se crean un daño a sí mismas, ya que el todo el veneno que
hayan esas palabras generarán sentimientos negativos hacia esa persona, el que las escucha
generará odio hacia esa persona que las dice, y ese odio se vuelve en contra del que
ofende. Lo mismo ocurre con las palabras de amor, palabras buenas generarán acciones
buenas, palabras malas, acciones malas.
Segundo acuerdo:
Nos habla sobre No tomar nada personalmente porque, si lo haces, te expones a sufrir por
nada. Los seres humanos somos adictos al sufrimiento en diferentes niveles y distintos
grados; nos apoyamos los unos a los otros para mantener esta adicción. Hemos acordado
ayudarnos mutuamente a sufrir. Si tienes la necesidad de que te maltraten, será fácil que
los demás lo hagan. Del mismo modo, si estás con personas que necesitan sufrir, algo en ti
hará que las maltrates. Es como si llevasen un cartel en la espalda que dijera: «Patéame, por
favor». Piden una justificación para su sufrimiento. Su adicción al sufrimiento no es más
que un acuerdo que refuerzan a diario. Vayas donde vayas, encontrarás a gente que te
mentirá, pero a medida que tu consciencia se expanda, descubrirás que tú también te
mientes a ti mismo. No esperes que los demás te digan la verdad, porque ellos también se