Agresividad en niños de 1 a 3 años

psicologiaparacrecer 8,363 views 2 slides Oct 30, 2011
Slide 1
Slide 1 of 2
Slide 1
1
Slide 2
2

About This Presentation

Este pequeño artículo se centrará en las expresiones que resultan en agresiones a otros niños y/o adultos. Es normal expresar con el cuerpo el enfado entre 1 y 3 años, pero con apoyo y orientación los niños podrán aprender a expresarse adecuadamente y evitaremos que en el futuro tenga otras ...


Slide Content

www.psicologiaparacrecer.com - wwwblossomludoteca.es – Chiclana de la Frontera, Cádiz



Conductas agresivas en niños
de 1 a 3 años
esde que nacemos estamos aprendiendo a expresar nuestras emociones. En el caso de
los niños entre 1 y 3 años, están aprendiendo cada día a expresarse con palabras y
gestos adecuados, este aprendizaje puede ser muy exigente, pues requiere de mucho
apoyo para ponerle nombre a lo que siente. Los niños pequeños expresan con su cuerpo entero lo
que sienten: cuando quieren dar afecto sus abrazos son enormes y fuertes, cuando quieren
expresar rabia comienzan las pataletas y el llanto y cuando están enfadados con otra persona
(adulta u otro niño) pueden llegar a pegar, empujar o morder. Estas expresiones corporales irán
disminuyendo en la medida en la que puedan colocar en palabras lo que sienten, y esas palabras
puedan salir y ser escuchadas por sus padres y los adultos que le rodean. Este proceso requiere de
apoyo, empatía y comprensión y es parte ineludible de nuestra responsabilidad con los niños.
Este pequeño artículo se centrará en las expresiones que resultan en agresiones a otros niños y/o
adultos. A todos nos resulta desagradable ver una escena en la que dos niños se pelean, y mucho
más una en la cual un niño pega o agrede a sus padres. Normalmente intervenimos y separamos a
los implicados, para evitar “males mayores”, y solemos decir “es normal, son cosas de niños, en
estas edades siempre pasan estas cosas”. Efectivamente, es normal expresar con el cuerpo el
enfado entre 1 y 3 años, pero con apoyo y orientación los niños podrán aprender a expresarse
adecuadamente y evitaremos que en el futuro tenga otras conductas más difíciles de manejar.
¿cuándo debemos preocuparnos?
 Cuando el niño empieza a no poder relacionarse con sus iguales o estos lo rechazan.
 Cuando los padres sienten que el niño no comprende que sus agresiones causan dolor al otro niño.
 Cuando los padres sienten mucha rabia y sienten ganas de agredirlo o vergüenza que los lleva a evitar el
tema.
 Cuando los adultos empiezan a discutir sobre este tema reiteradas veces , al punto que parece que el niño no
hace nada más.
Algunas recomendaciones para los padres:
Reconocer los sentimientos que están detrás de la
situación: ¿qué está tratando de decirnos con esa
conducta?: ¿está enfadado porque tiene que
compartir con otros objetos o personas?, ¿siente
celos de otro niño que está siendo en centro en
ese momento?, ¿quiere recibir afecto porque sabe
que cuando agrede a otro algún adulto se va a
acercar?, ¿quiere expresar desacuerdo con la
actividad que está realizando?, ¿quiere jugar y no
ha aprendido a acercarse adecuadamente y en
lugar de mirar lo que otro tiene se lo arrebata
bruscamente?
Reconozcamos el fondo, no tenemos que ser
especialistas, sólo observar y ser empáticos con
nuestro hijo que no sabe decir con palabras y lo
hace con su cuerpo.
Reconocer las situaciones que precipitan la
conducta: ¿es más agresivo cuando está en un
lugar público?, ¿Cuándo le quitan algo sin avisar?,
¿Cuándo quiere seguir en una actividad (parque,
D

www.psicologiaparacrecer.com - wwwblossomludoteca.es – Chiclana de la Frontera, Cádiz



Los niños aprenden la forma
de expresar sus emociones de
acuerdo a los que han
observado en nosotros, es
importante reconocer cómo
manejamos nuestros
sentimientos para enseñarles
cómo hacerlo.
Tv, etc.) y tiene que terminarla?, seamos sinceros:
¿Cuándo tenemos muchos tiempo sin dedicarle
atención genuina y completa?
Reconocer cómo nos sentimos nosotros ante sus
conductas agresivas ¿nos da rabia y queremos
agredirlo (empujarlo, gritarle, arrebatarle lo que
tenga en la mano)?, ¿nos produce vergüenza y
preferimos salir corriendo o no hablar del tema y
que nadie nos diga lo que nuestro hijo está
haciendo?, ¿nos paraliza y “pasamos” de la
situación “ignorando” lo que ha sucedido
confiando en que algún día se le pasará?
Establecer la consecuencia lógica cuando agrede
a otro: es recomendable detener la situación,
hacer un alto, poner en palabras lo
sucedido: no basta decir “no se
hace”, explicamos, tan seriamente
como podamos y a su nivel “le
has pegado, esto no está bien,
¿estás enfadado porque quieres
este coche?, ahora vamos a ver
qué le ha pasado a tu amigo,
vamos a ver, decimos lo siento,
¿quieres el coche?, ¿cómo se pide?
Decimos por favor, pero ahora él no te
lo puede dar porque lo está usando,
esperamos y luego se lo pedimos, diciendo por
favor.
Es muy posible que llore, pero en ese momento
tenemos que ayudar poniendo palabras a la
situación “se que estás enfadado, pero tenemos
que esperar, no puedes usar el columpio ahora
porque esta niña está jugando”. Pero no es
suficiente hacer esto un día, es necesario que
seamos consistentes: enseñar a pedir por favor, a
decir lo siento, a esperar el turno, en general a
expresar sus deseos adecuadamente y evitar ser
agresivo con otros niños. Acompañarlo en este
proceso, que le resulta difícil. Y sobre todo ser
empáticos con el niño, para ayudarlo a ser
empático con los demás.
Reconocer especialmente aquellas conductas
positivas: Explicar con palabras sencillas lo bien
que lo está haciendo y lo alegre que está con otros
niños.
Evitar 
Etiquetar a un niño con calificativos populares
como el “peleón”, “el de los empujones”, “el
problemático” o con diagnósticos a la ligera
“hiperactivo”, “tiene un problema de atención”. Es
muy duro cargar con una etiqueta a cuestas desde
tan temprana edad.
Agredirlo de cualquier manera: pegar, empujar,
insultar, humillar son reacciones que los niños
no se merecen y en ningún momento le
enseñarán a expresarse
adecuadamente
Ignorar la situación: sin duda la
conducta agresiva que vemos
en este momento puede ser
pasajera, pero si no le
enseñamos a manejarse
adecuadamente con la rabia y la
frustración la sustituirá por otra
conducta que también puede ser
problemática. Tampoco es recomendable ignorar
la situación con la excusa de que “quiere llamar la
atención”, si un niño recurre a esta estrategia para
llamar la atención, quizás deberíamos revisar
cómo estamos relacionándolos con nuestro hijo
cuando no está siendo agresivo, ¿necesitará un
poco más de tiempo con nosotros?
Enseñar a nuestro hijo a responder con una
agresión mayor cuando ha sido agredido por otro
niño. Es necesario que aprendan a avisar a un
adulto para que intervenga y los ayude a canalizar
lo que ha sucedido.
Interesante: el artículo de Laura Gutman sobre
“Las Rabietas”, publicado en su web:
www.lauragutman.com.ar