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Los niños aprenden la forma
de expresar sus emociones de
acuerdo a los que han
observado en nosotros, es
importante reconocer cómo
manejamos nuestros
sentimientos para enseñarles
cómo hacerlo.
Tv, etc.) y tiene que terminarla?, seamos sinceros:
¿Cuándo tenemos muchos tiempo sin dedicarle
atención genuina y completa?
Reconocer cómo nos sentimos nosotros ante sus
conductas agresivas ¿nos da rabia y queremos
agredirlo (empujarlo, gritarle, arrebatarle lo que
tenga en la mano)?, ¿nos produce vergüenza y
preferimos salir corriendo o no hablar del tema y
que nadie nos diga lo que nuestro hijo está
haciendo?, ¿nos paraliza y “pasamos” de la
situación “ignorando” lo que ha sucedido
confiando en que algún día se le pasará?
Establecer la consecuencia lógica cuando agrede
a otro: es recomendable detener la situación,
hacer un alto, poner en palabras lo
sucedido: no basta decir “no se
hace”, explicamos, tan seriamente
como podamos y a su nivel “le
has pegado, esto no está bien,
¿estás enfadado porque quieres
este coche?, ahora vamos a ver
qué le ha pasado a tu amigo,
vamos a ver, decimos lo siento,
¿quieres el coche?, ¿cómo se pide?
Decimos por favor, pero ahora él no te
lo puede dar porque lo está usando,
esperamos y luego se lo pedimos, diciendo por
favor.
Es muy posible que llore, pero en ese momento
tenemos que ayudar poniendo palabras a la
situación “se que estás enfadado, pero tenemos
que esperar, no puedes usar el columpio ahora
porque esta niña está jugando”. Pero no es
suficiente hacer esto un día, es necesario que
seamos consistentes: enseñar a pedir por favor, a
decir lo siento, a esperar el turno, en general a
expresar sus deseos adecuadamente y evitar ser
agresivo con otros niños. Acompañarlo en este
proceso, que le resulta difícil. Y sobre todo ser
empáticos con el niño, para ayudarlo a ser
empático con los demás.
Reconocer especialmente aquellas conductas
positivas: Explicar con palabras sencillas lo bien
que lo está haciendo y lo alegre que está con otros
niños.
Evitar
Etiquetar a un niño con calificativos populares
como el “peleón”, “el de los empujones”, “el
problemático” o con diagnósticos a la ligera
“hiperactivo”, “tiene un problema de atención”. Es
muy duro cargar con una etiqueta a cuestas desde
tan temprana edad.
Agredirlo de cualquier manera: pegar, empujar,
insultar, humillar son reacciones que los niños
no se merecen y en ningún momento le
enseñarán a expresarse
adecuadamente
Ignorar la situación: sin duda la
conducta agresiva que vemos
en este momento puede ser
pasajera, pero si no le
enseñamos a manejarse
adecuadamente con la rabia y la
frustración la sustituirá por otra
conducta que también puede ser
problemática. Tampoco es recomendable ignorar
la situación con la excusa de que “quiere llamar la
atención”, si un niño recurre a esta estrategia para
llamar la atención, quizás deberíamos revisar
cómo estamos relacionándolos con nuestro hijo
cuando no está siendo agresivo, ¿necesitará un
poco más de tiempo con nosotros?
Enseñar a nuestro hijo a responder con una
agresión mayor cuando ha sido agredido por otro
niño. Es necesario que aprendan a avisar a un
adulto para que intervenga y los ayude a canalizar
lo que ha sucedido.
Interesante: el artículo de Laura Gutman sobre
“Las Rabietas”, publicado en su web:
www.lauragutman.com.ar