Técnicas Gráfico-Plásticas. Tutorial 5. Aguatinta.
I.E.S. ITACA (Alcorcón) Inés Martín Masa, 2011 1
TÉCNICAS INDIRECTAS DE GRABADO EN HUECO. AGUATINTA
INTRODUCCIÓN
Técnica indirecta de grabado en hueco.
Zonas tonales. Es quizás la técnica de grabado más pictórica, ya que permite manchar
superficies con distintas intensidades sin entrecruzamiento de líneas, consiguiendo áreas
tonales (escala de grises). Así, se pueden modelar las figuras, degradar los horizontes, unificar
el aspecto del terreno o de una masa de arboles y suavizar las durezas del aguafuerte. Se
consiguen efectos parecidos a los de las acuarelas o los dibujos a la aguada.
Tramas de resina. Sobre la superficie pulida de una plancha, se deposita resina en polvo, la
cual se adhiere al metal mediante una fuente de calor. Después se sumerge la plancha en un
baño de ácido que atacará las zonas que no estén protegidas por la resina. En la plancha se
gravan cientos de agujeritos que dan el efecto de una tonalidad (graneado del metal). El ácido
corroe superficies enteras y no líneas.
Fases de corrosión. Para conseguir las distintas tonalidades se realizan varias inmersiones en el
ácido, aplicando previamente barniz protector en las zonas que se quieran preservar. Una
acción más prolongada del ácido en una zona determinada acabará picándola y así retendrá
mejor la tinta. Se crea una superficie granulada, de intensidad variable según el tiempo de
mordido. Es una técnica de bajo relieve.
La aguatinta se trabaja básicamente de lo claro a lo oscuro.
El método de la aguatinta resulta difícil de controlar, ya que intervienen varios factores no
exactos, como la cantidad de resina depositada, las zonas donde se deposita, el tamaño de los
granos de ésta y la capacidad de corrosión del ácido, que determina la intensidad de la
mordida.
Suele ser utilizado en combinación con otras técnicas de grabado en hueco. Las variantes a día
de hoy son múltiples, ya que existen en el mercado diversos tipos de lacas, barnices y resinas.
HISTORIA DE LA TÉCNICA
Técnica inventada en la segunda mitad del siglo XVIII por Jean-Baptiste Le Prince, discípulo de
F. Boucher, debido al interés de los pintores-grabadores por disponer de una técnica capaz de
reproducir diferentes tonos, sin recurrir a los entrecruzados de líneas.
Francisco de Goya utiliza esta técnica en sus principales series de grabados: Los Desastres de la
guerra, Los Caprichos o La Tauromaquia. Experimenta continuamente con ella, y descubre las
enormes posibilidades expresivas que ofrece. La utiliza en solitario en algún grabado, pero casi
siempre combinada con el aguafuerte o con otros procedimientos.
A finales del siglo XIX los impresionistas adoptaron la aguatinta. En el siglo XX la han utilizado,
sore todo en combinación con el aguafuerte y el grabado a punta seca, artistas como Picasso,
Chagall y Georges Rouault.