Prevención, diagnóstico y tratamiento de la alergia a la proteína de la leche de vaca 23
y la caseína. Fuentes para el desarrollo de APLV: Metsala J, Lundqvist A, Kaila M, Gissler M, Klaukka T & Virtanen SM (2010) (49);
Acevedo C, Latorre F, Cifuentes L, Díaz-Martínez L & Garza O (2009) (50); Kramer MS & Kakuma R (2002) (51); Björkstén B (2005) (52);
Eggesbø M, Botten G, Stigum H, Samuelsen SO, Brunekreef B & Magnus P (2005) (53); Dioun AF, Harris, SK & Hibberd P (2003). (54)
Fuentes para el riesgo de persistencia: Saarinen KM, Pelkonen AS & Mäkelä et al (2005) (25); Sorea S, Dabadie A, Bridoux-Henno L,
Balançon-Morival M, Jouan H & Le Gall E (2003) (55); Vanto T et al. (2004) (56); Ruiter B et al. (2007) (57); Sampson HA & Scanlon SM
(1989) (58); Hill DJ, Firer MA, Ball G & Hosking CS (1993) (59); Fiocchi A et al. (2008) (60); Elizur A, Rajuan N, Goldberg MR, Leshno M,
Cohen A & Katz Y (2012). (61) Elaboración propia.
Cabe mencionar que existe evidencia que indica que la microbiota se encuentra alterada en pacientes
con alergias en general. Esto conllevaría a una alteración en el equilibrio del sistema inmune
gastrointestinal a través de la expresión de linfocitos T reguladores (Threg). En teoría, a través de la
expresión reguladora de linfocitos, la tolerancia a la proteína de la leche de vaca podría lograrse, lo
que ha llevado a que se dediquen mayores esfuerzos en el estudio de probióticos y prebióticos en
busca de su aparente papel de reguladores inmunes.
(62,63)
Periodo patogénico
La liberación de histamina gobierna las manifestaciones clínicas que afectan a los pacientes con
alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) mediada por IgE: cutáneas (prurito, urticaria y eritema,
llegando al angioedema), respiratorias (rinitis, asma, laringoedema), gastrointestinales (náusea,
vómito, dolor abdominal, diarrea) y sistema cardiovascular (choque anafiláctico) (tabla 5). En el caso de
la APLV no IgE (tabla 6), los signos y síntomas son más heterogéneos con predominio en la afectación
gastrointestinal y dermatológica, con mediación de las células T e involucramiento de linfocitos,
mastocitos y el sistema nervioso: prurito, eritema, eccema atópico, reflujo gastroesofágico, aversión
a la comida, constipación, dolor abdominal, cólico infantil, diarrea, decaimiento, embotamiento, entre
otros. A pesar de lo mencionado, existen casos donde hay manifestaciones tempranas y tardías.
(9,13,22)
Tabla 5. Manifestaciones clínicas importantes en la alergia a la proteína
de la leche de vaca mediada por IgE.
Reacciones
sistemáticas
(anafilaxia)
• Potencialmente fatal.
• Afectación de piel y mucosa (urticaria, angioedema), síntomas respiratorios
(disnea, broncoespasmo, estridor, hipoxemia, disminución en el pico del flujo
espiratorio), caída de la presión arterial, síntomas de disfunción orgánica,
síntomas gastrointestinales (cólico, vómito) y choque.
• Se dan reacciones inmediatas tras minutos después de la ingestión, o
reacciones tardías horas o días tras la ingestión.
Reacciones
gastrointestinales
• Síndrome de alergia oral (reacción cruzada con alérgenos del polen no tan
prominente en niños, aunque en la prueba de provocación oral suele observarse
edema en labios).
• Alergia gastrointestinal inmediata (vómito y diarrea horas o días tras la
ingestión).
Reacciones
respiratorias
• Manifestaciones clínicas severas (anafilaxia y ataques asmáticos).
• Asma y rinitis asociadas a ingesta o inhalación de PLV (raro).
Reacciones cutáneas
• Inmediatas: urticaria aguda o angioedema, urticaria de contacto.
• Tardías: dermatitis atópica.
Se describen las manifestaciones clínicas importantes de la APLV mediada por IgE. PLV: proteína de la leche de vaca. Fuentes:
Way-Seah L et al. (2012) (48); FIocchi et al. (2010) (22); Sugii K, Tachimoto H, Syukuya A, Suzuki M & Ebisawa M (2006) (64);