•
El amigo fiel es
seguro refugio,
el que lo
encuentra, ha
encontrado un
tesoro (Ecl 6,14).
•Algunos dicen que la
amistad, es uno de los
tantos valores morales en
decadencia. Puede ser
verdad. Son tantos los
valores que han caído,
que esto no me causaría
sorpresa. Pero si algo
nos distingue como seres
humanos, es la
recuperación y la
fomentación de estos
valores, que la sociedad
actual ha dejado en
des’uso.
•Lo normal es que nos
guste tener amigos; el ser
humano es social por
naturaleza, crece y
madura con el trato con
otras personas. "Nadie
puede vivir sin un amigo",
decía Aristóteles. Y es
así como necesitamos
entregarnos
sinceramente para
encontrarnos con seres
iguales a nosotros.
•Lo normal es que nos
guste tener amigos; el
ser humano es social
por naturaleza, crece
y madura con el trato
con otras personas.
"Nadie puede vivir sin
un amigo", decía
Aristóteles. Y es así
como necesitamos
entregarnos
sinceramente para
encontrarnos con
seres iguales a
nosotros.
•Está claro que
difícilmente podemos
sobrevivir en la soledad
y el aislamiento.
Necesitamos a alguien
en quien confiar, a
quien llamar cuando las
cosas se ponen difíciles
y también, con quien
compartir nuestras
alegrías.
•Somos seres sociales
por naturaleza,
vivimos en sociedad,
y, más allá de nuestro
entorno familiar, los
amigos forman un
papel importante en la
vida de todos nosotros
•La amistad es una
relación de
confianza, de
apertura y de
entrega al otro.
Pero, esta relación
no puede darse con
profundidad, hasta
que la propia
persona aprenda a
conocerse y
compartir su "yo"
con los demás.
•La amistad puede surgir
de un encuentro de
media hora o puede ser
el resultado de un
proceso largo. No hay
regla de tiempo para la
amistad. La amistad no
se programa ni se
planifica. Nace casi por
accidente. Pero hay un
momento, en el que
pide que la
alimentemos, de lo
contrario, termina
muriendo.
•He aquí el gran mérito
de la amistad: los
amigos se escogen
libremente. Tenerlos
nos sirve de refugio
donde, en caso de
necesidad, podemos
encontrar ayuda y
consuelo sin tener que
dar nada a cambio.
•La amistad no es
posesión, ni
exigencias, ni
obligaciones, sino
libertad y apoyo
mutuo. La amistad se
construye de a dos,
poniendo cada uno su
parte y siempre
buscando el bien del
otro, aceptándolo tal
como es, con sus
cualidades y sus
defectos y no como
yo quisiera que fuera.
•Una amistad debe
servir para ayudar a
crecer, de lo
contrario, no es una
buena amistad. Con
un compañero se
comparten algunos
aspectos de la vida;
con un amigo se
comparte la vida.
•Si un amigo no me
promueve como persona,
no me refuerza los
valores; si no me ayuda
a ser mejor, si no me
inspira confianza, es
preferible no alentar esa
amistad y dejarla. La
esencia de la amistad
radica en los valores, se
fortalece en ellos para
ser cimiento de un
vínculo que supera los
tiempos y los espacios.
•Una amistad sin
coherencia provoca
desconfianza. Un
amigo debe tener una
sola cara para con
nosotros. Pienso, que
nada es más
desconcertante, que
descubrir distintas
formas de ser en una
misma persona.
•La falta de
flexibilidad, no nos
permite alejar ese
sentimiento de
exclusividad y
posesión que
muchas personas,
equivocadamente,
reclaman. Podemos
tener varios amigos
con intereses
diferentes, lo cual no
significa que
queramos a uno
más que a otros.
•Una verdadera amistad
se nutre del diálogo
profundo y continuo.
Dialogar implica
intercambiar
pensamientos, que
involucran nuestra
manera particular de ser,
con palabras sinceras,
comunicando nuestros
puntos de vista y formas
de sentir, sólo así, se
llega a la comprensión
y el entendimiento.
•La solidaridad entre amigos
no tiene barreras: debemos
estar pendientes del otro, de
sus preocupaciones,
necesidades y no sólo de sus
carencias materiales. Nada
más maravilloso que gozar de
los triunfos de nuestros
amigos y de sus alegrías.
Bien lejana de esto queda la
envidia, que tan común es.
Los verdaderos amigos
siempre nos ayudarán a
superarnos y a vivir mejor,
porque el interés está puesto
en la persona, no en nuestras
pertenencias.
•Sumemos a esto la
confianza, la lealtad y el
agradecimiento, para ser
capaces de entablar y
mantener una amistad.
Pero, por sobre todo, en la
amistad debe existir el
perdón. Puede, en algún
momento, originarse un
malentendido, una
desconfianza, un error. No
hay amistad sin perdón. En
él, los amigos se fortalecen.
Las amistades se cultivan,
maduran. Es fácil hacer
amigos, pero es mucho
más difícil mantenerlos.
•El amor que proviene
de la amistad, es un
amor perfecto, por
eso, cuanto debemos
poner de nosotros
mismos para que así
sea. Hay cosas, que
con el paso del
tiempo las olvidamos
o ya no creemos
necesitarlas, pero
cuanto error hay en
eso.
•Por lo tanto,
necesitamos que
valoremos quiénes
somos y valoremos al
otro por lo que es; tanto
lo que aportamos como
lo que el otro nos
aporta es importante.
No es sano sentir que
damos más que lo que
recibimos.
•Debemos cuidar las
formas en que nos
expresamos; tenemos
que mantener una
actitud positiva y
respetuosa. Pidamos
cuando necesitemos
algo. No esperemos
que el otro siempre
sepa qué es lo que
deseamos. Sepamos
agradecer aquello que
se nos da y pedir
disculpas cuando sea
necesario.
•Tenemos que
mostrarnos tal como
somos; no como
creemos que los
demás quieren que
seamos. Tengamos
en cuenta, que la
sinceridad comienza
en uno mismo.
•Tenemos que ser generosos y
solidarios a la hora de
compartir; tanto en las cosas
como los sentimientos y
opiniones. Los amigos no son
una solución para cuando no
tenemos otra cosa que hacer.
Es necesario que sepan que
son importantes en nuestra
vida.
•
•Y lo más importante de todo,
es que a un buen amigo se le
atiende y se le escucha
siempre que realmente lo
necesite.
•.
•Los amigos son aquellos
con los que podemos
hablar de cualquier cosa y
comportarnos y
expresarnos tal y como
somos. Y es que tienen el
don de sabernos escuchar
y comprendernos.
¡Demuéstrale a tu amigo lo
que le necesitas Y
CUANTO APRECIAS SU
AMISTAD