Variables sociales. Los factores a tener en cuenta son la evolución demográfica, la movilidad social
y cambios en el estilo de vida. También el nivel educativo y otros patrones culturales, la religión, las
creencias, los roles de género, los gustos, las modas y los hábitos de consumo de la sociedad. En
definitiva, las tendencias sociales que puedan afectar el proyecto de negocio.
Variables tecnológicas. Resulta algo más complejo de analizar debido a la gran velocidad de los
cambios en esta área. Hay que conocer la inversión pública en investigación y la promoción del
desarrollo tecnológico, la penetración de la tecnología, el grado de obsolescencia, el nivel de
cobertura, la brecha digital, los fondos destinados a I+D, así como las tendencias en el uso de las
nuevas tecnologías.
Variables ecológicas. Los principales factores a analizar son la conciencia sobre la conservación del
medio ambiente, la legislación medioambiental, el cambio climático y variaciones de las
temperaturas, los riesgos naturales, los niveles de reciclaje, la regulación energética y los posibles
cambios normativos en esta área.
Variables legales. Toda la legislación que tenga relación directa con el proyecto, información sobre
licencias, legislación laboral, propiedad intelectual, leyes sanitarias y los sectores regulados, etc.
Dentro de cada variable, es necesario identificar los aspectos que tendrán más peso en el entorno
futuro y otros que serán menos decisivos e irrelevantes para el funcionamiento de la compañía,
unidad de negocio o proyecto. Es recomendable comenzar el análisis por los factores más generales
y terminar por los que son más específicos o característicos de la empresa. El estudio también puede
abarcar los ámbitos locales, regionales o estatales, si se considera necesario.
Asimismo, se puede realizar un análisis comparativo, de corte más científico, si se asigna una
calificación a cada uno de los apartados. Lo que facilitará el estudio de varios mercados para conocer
cuál presenta un entorno más favorable o adecuado a los propósitos de la empresa.
Para todo tipo de empresas
Este método de análisis de entorno no solo es adecuado para grandes compañías que cuentan con
estructuras más complejas.
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También se adapta a la realidad de las empresas de menor tamaño
porque es un método flexible, que permite realizar un estudio más amplio o bien integrar ciertas
variables dentro de otras, adaptándose a la realidad de la organización. Dependiendo del tipo de
negocio, habrá unas variables que tengan más peso que otras.
En definitiva, PEST o PESTEL es una herramienta accesible, fácil de aplicar y muy utilizada por
organizaciones de diversos sectores y de distintos tamaños porque permite evaluar los principales
elementos externos que influirán en un proyecto o negocio. Facilitando así la toma de decisiones
anticipadas porque guía a la dirección en los escenarios futuros que determinarán el desarrollo de
la actividad.
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3.Conclusiones. –