DEFINICIÓN Las patologías del aparato genitourinario son alteraciones estructurales o funcionales que afectan los órganos encargados de la producción, almacenamiento, y eliminación de orina, así como los órganos reproductores, pudiendo ser de origen infeccioso, inflamatorio, congénito, tumoral, traumático o funcional.
INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO (ITU ) CISTITIS La cistitis es la inflamación de la vejiga, que generalmente se debe a una infección bacteriana. CAUSAS Bacterias: La causa más común es una infección bacteriana, principalmente por la bacteria Escherichia coli (E. coli) que ingresa a la uretra y luego a la vejiga. Otras bacterias: como Proteus mirabilis , Klebsiella pneumoniae , y Staphylococcus saprophyticus también pueden causarla. No infecciosa: Existe también la cistitis intersticial , una afección crónica que causa dolor en la vejiga, pero no está relacionada con una infección. SINTOMAS Necesidad constante e intensa de orinar. Dolor o ardor al orinar. Orinar pequeñas cantidades con frecuencia. Orina turbia, con mal olor o que contiene sangre (hematuria). Presión en la parte inferior del abdomen. Fiebre leve. Factores de riesgo Relaciones sexuales: Es un factor de riesgo importante. Anticonceptivos: El uso de diafragmas y espermicidas. Antiguos tratamientos con antibióticos: Pueden alterar la flora bacteriana. Anatomía femenina: La uretra es más corta en mujeres, lo que facilita que las bacterias lleguen a la vejiga.
Diagnóstico Evaluación médica: Un médico puede diagnosticar la cistitis basándose en los síntomas. Análisis de orina: Se realiza un análisis de orina para detectar la presencia de bacterias y células de infección. Prevención Beber líquidos: Mantenerse bien hidratado, preferiblemente con agua. Orinar con frecuencia: No aguantar las ganas de orinar y vaciar la vejiga por completo. Higiene: Mantener una buena higiene, especialmente después de las relaciones sexuales. Arándanos: El consumo regular de jugo de arándanos puede ayudar a prevenir las recurrencias. Tratamiento antibiótico de la cistitis El tratamiento estándar para la cistitis bacteriana es la administración de antibióticos. Los médicos seleccionan el tipo de antibiótico basado en el tipo de bacteria responsable de la infección y la resistencia bacteriana local. Entre los antibióticos más comúnmente prescritos se encuentran: Trimetoprim/Sulfametoxazol: Este es uno de los antibióticos más utilizados para tratar la cistitis no complicada. Nitrofurantoína: Eficaz para el tratamiento de infecciones del tracto urinario inferior, incluida la cistitis. Fosfomicina: A menudo se utiliza en una sola dosis, lo que facilita la adherencia al tratamiento. Fluoroquinolonas: Reservadas para casos más graves o complicados debido a su perfil de resistencia. La duración del tratamiento con antibióticos puede variar de tres a siete días en casos no complicados, y puede extenderse en situaciones más complejas.
Pielonefritis Es una infección bacteriana que afecta los riñones, que puede extenderse desde la vejiga a través del tracto urinario. Causas La causa más común es una infección bacteriana, siendo la bacteria Escherichia coli (E. coli ) la más frecuente, que normalmente coloniza la vejiga y asciende hacia los riñones. Síntomas comunes Fiebre y escalofríos Dolor en el flanco (la zona del costado), la espalda o la ingle Náuseas y vómitos Orina turbia, oscura, con mal olor o con sangre Sensación de ardor al orinar, aumento de la frecuencia y urgencia urinaria Factores de riesgo Pielonefritis Complicada: Afecta a personas con diabetes no controlada, embarazadas, trasplantadas de riñón, con anomalías anatómicas del tracto urinario, con insuficiencia renal o inmunodeprimidas. Higiene Inadecuada: Una higiene deficiente puede permitir la entrada de bacterias a la uretra. Anomalías del tracto urinario: Obstrucciones o malformaciones que dificultan la salida de la orina. Diagnóstico Análisis de orina: Para detectar la presencia de bacterias y signos de infección. Urocultivo: Para identificar el tipo específico de bacteria y determinar su sensibilidad a los antibióticos. Estudios por la imagen: En casos más complejos, se pueden realizar ecografías o tomografías para evaluar la estructura de los riñones.
Prevención Hidratación: Beber suficiente agua para ayudar a eliminar bacterias del tracto urinario. Higiene: Limpiarse de adelante hacia atrás después de ir al baño, especialmente en mujeres. No aguantar las ganas de orinar: Orinar cuando se sienta la necesidad y vaciar completamente la vejiga. Orinar después de las relaciones sexuales: Para eliminar cualquier bacteria que pueda haberse introducido en la uretra. Tratamiento empírico inicial : Se usan antibióticos de amplio espectro de forma inmediata, antes de conocer los resultados del urocultivo, para evitar complicaciones severas como la sepsis. Antibióticos comunes : Fluoroquinolonas : Como la ciprofloxacina. Aminoglucósidos : Como la gentamicina. Cefalosporinas de III generación : Por ejemplo, la ceftriaxona. Otros antibióticos orales : Si el caso es leve o moderado y se puede manejar de forma ambulatoria, se puede usar amoxicilina/ácido clavulánico o cefalexina. tratamiento El antibiótico para la pielonefritis depende de la gravedad de la infección, la vía de administración (oral o intravenosa) y la identificación previa del patógeno. Inicialmente, se usan antibióticos de amplio espectro para tratar de forma empírica hasta los resultados del urocultivo. Fármacos comunes incluyen fluoroquinolonas (como Ciprofloxacina), a minoglucósidos , y cefalosporinas de III generación . La duración puede ser de 7 a 14 días o más, y puede requerir hospitalización para casos graves o complicados. Riesgos de complicaciones Si la pielonefritis no se trata adecuadamente, puede llevar a complicaciones graves, como: Daño renal permanente. Infección generalizada (septicemia), que puede poner en riesgo la vida. Insuficiencia renal. Abscesos renales.
Cálculos renales (litiasis) Son formaciones sólidas de cristales que se originan en la orina cuando hay un exceso de ciertas sustancias que no se diluyen adecuadamente. Pueden ser muy pequeños, como granos de arena, o más grandes, y se pueden encontrar en los riñones o el tracto urinario. Síntomas Los cálculos renales pueden no presentar síntomas, pero cuando se mueven pueden causar: Dolor intenso en la espalda, costado o ingle. Sangre en la orina (hematuria). Dificultad o dolor al orinar. Sensación de urgencia urinaria. Náuseas y vómitos. Fiebre o escalofríos, si hay una infección. Causas Deshidratación: No beber suficiente agua puede concentrar las sustancias en la orina, facilitando la formación de cristales. Dieta: Dietas ricas en sodio, proteínas animales, azúcar y oxalato (presente en espinacas, frutos secos) aumentan el riesgo. Factores genéticos y familiares: Los antecedentes familiares pueden incrementar la predisposición a formar cálculos. Obesidad: Se asocia con un mayor riesgo de cálculos renales. Enfermedades digestivas: Cirugías como el bypass gástrico o enfermedades inflamatorias intestinales pueden alterar el proceso digestivo y aumentar el riesgo. Otras condiciones: Infecciones recurrentes de las vías urinarias, hiperparatiroidismo, cistinuria o acidosis tubular renal también son factores de riesgo .
Factores de riesgo Ser hombre y tener entre 20 y 30 años. Tener cálculos renales en el pasado. Tener familiares con cálculos renales. Sufrir obesidad. Tener enfermedades intestinales. Diagnóstico Examen físico y antecedentes médicos: Evaluación de los síntomas y factores de riesgo. Análisis de orina: Para detectar cristales, sangre o signos de infección. Análisis de sangre: Puede revelar excesos de calcio o ácido úrico, entre otros. Pruebas de imagen: Radiografías, tomografías computarizadas (TC) o ultrasonidos para visualizar los cálculos. Análisis de cálculos expulsados: Para determinar su composición y ayudar a prevenir futuros cálculos. Prevención Hidratación: Beber abundante agua (dos a tres litros al día) ayuda a diluir la orina. Dieta equilibrada: Reducir el sodio, proteínas animales y alimentos con alto contenido de oxalatos. Citrato: El ácido cítrico del limón puede unirse al calcio, ayudando a prevenir cálculos de calcio. Mantener un peso saludable: La obesidad aumenta el riesgo. Medicación: En algunos casos, se medica según el tipo que se tenga , como Tiazidas: Medicamentos como la hidroclorotiazida que disminuyen la cantidad de calcio que se excreta en la orina. Citrato de potasio: Ayuda a aumentar el citrato en la orina, lo que evita la formación de cálculos de calcio. Tratamiento Expulsión espontánea: Cálculos pequeños (menores de 5 mm) a menudo se expulsan con el aumento de la ingesta de líquidos.
Insuficiencia renal La insuficiencia renal es la pérdida de la función renal, lo que significa que los riñones no pueden filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre de manera efectiva. Causas Diabetes: Es la causa más común de enfermedad renal. Presión arterial alta (hipertensión): Daña los vasos sanguíneos de los riñones. Enfermedades del corazón: Aumentan el riesgo de insuficiencia renal. Obesidad: Contribuye a la diabetes y a la presión arterial alta. Tabaquismo: Aumenta el riesgo de enfermedad renal. Infecciones: Ciertas infecciones, como el VIH o infecciones del tracto urinario (ITU) no tratadas, pueden dañar los riñones. Enfermedades genéticas: Pueden dañar los nefrones (las unidades de filtración del riñón) a lo largo del tiempo. Fármacos: El uso frecuente de ciertos medicamentos puede dañar los riñones. los medicamentos de venta libre que contienen fenacetina o paracetamol y los antinflamatorios no esteroides (AINE), como ácido acetilsalicílico (aspirin), ibuprofeno o naproxeno. Síntomas Los síntomas pueden desarrollarse con el tiempo y son a menudo inespecíficos: Hinchazón en piernas, pies o tobillos. Fatiga y debilidad. Pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Picazón o piel seca. Cambios en la producción de orina (poca o ninguna orina, o micción excesiva por la noche). Dificultad para dormir. Dificultad para concentrarse o confusión. Calambres musculares
Factores de riesgo Tener diabetes. Tener presión arterial alta. Tener antecedentes familiares de enfermedad renal. Ser de edad avanzada. Ser de raza negra, indígena americano o asiático americano. Diagnóstico El diagnóstico puede incluir: Análisis de sangre y orina: Para medir la función renal y detectar la acumulación de desechos. Pruebas de imagen: Como ecografía renal, TC, o RMN para visualizar los riñones. Biopsia renal: Para examinar el tejido del riñón. Tratamiento El tratamiento se enfoca en retrasar la progresión, controlar los síntomas y tratar las causas subyacentes: Medicamentos: Para controlar la presión arterial, el fósforo, el potasio y otros electrolitos. Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) Bloqueadores o antagonistas de los receptores de la angiotensina II (BRA) Bloqueadores beta Estatinas Diálisis: Elimina los desechos y el exceso de líquidos de la sangre cuando los riñones ya no pueden hacerlo. Trasplante de riñón: En casos avanzados, puede ser. Prevención Mantener un peso saludable: Controlar la obesidad y el sobrepeso. Controlar la diabetes y la presión arterial alta: Mantener el azúcar en sangre y la presión arterial bajo control es crucial. Seguir una dieta baja en sal y grasas: Limitar la sal y grasas en la dieta puede ayudar. Hacer ejercicio regularmente: La actividad física moderada es beneficiosa. No fumar: Evitar o dejar de fumar. Limitar el consumo de alcohol: Evitar el exceso de alcohol.
Incontinencia urinaria Es la incapacidad de controlar la micción, que puede manifestarse como una pérdida de orina más o menos grave, afectando la calidad de vida de quien la padece. Causas Problemas neurológicos: Enfermedades como la diabetes, el Parkinson o accidentes cerebrovasculares. Debilidad muscular: Debilidad en los músculos del suelo pélvico o del esfínter uretral. Condiciones médicas: Obstrucciones en el tracto urinario (como tumores o cálculos), infecciones de vejiga o estreñimiento crónico. Agrandamiento de la próstata: En hombres, la próstata agrandada puede causar problemas de vaciado de la vejiga. Ciertos medicamentos: El uso de algunos fármacos puede desencadenar incontinencia. Síntomas Incontinencia de esfuerzo: Fuga de orina al toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar peso. Incontinencia por urgencia: Una necesidad repentina e intensa de orinar seguida de una pérdida de orina. Incontinencia por rebosamiento: Goteo de orina constante o frecuente, a menudo porque la vejiga no se vacía por completo. Incontinencia funcional: Dificultad para llegar al baño a tiempo debido a limitaciones físicas o mentales. Incontinencia mixta: Una combinación de los tipos de esfuerzo y urgencia. Factores de riesgo Edad: El riesgo aumenta con la edad. Sobrepeso u obesidad: El exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre la vejiga. Embarazo y parto: Especialmente el parto vaginal, que puede dañar los tejidos o nervios pélvicos. Cirugía pélvica o vaginal: Puede afectar el soporte de la musculatura y tejidos pélvicos. Enfermedades crónicas: Como la diabetes o la tos crónica.
Entrenamiento de la vejiga , para retrasar la micción después de que sientes la necesidad de orinar. Puedes comenzar tratando de contenerla durante 10 minutos cada vez que sientas la necesidad de orinar. El objetivo es prolongar el tiempo entre las idas al baño hasta que orines solamente cada 2,5 y 3,5 horas. Orinar dos veces, como ayuda para aprender a vaciar la vejiga lo más posible para evitar la incontinencia por rebosamiento. Orinar dos veces significa orinar, y luego esperar unos minutos e intentarlo nuevamente. Horarios programados para ir al baño, para orinar cada dos a cuatro horas en lugar de aguardar hasta tener la necesidad de ir. Control de los líquidos y la alimentación, para recuperar el control de la vejiga. Es posible que tengas que limitar o evitar el alcohol, la cafeína y los alimentos ácidos. Reducir el consumo de líquidos, bajar de peso o aumentar la actividad física también pueden aliviar el problema. Prevención y Tratamiento Cambios en el estilo de vida: Mantener un peso saludable, llevar una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento y no fumar. Evitar irritantes: Reducir el consumo de cafeína, alcohol y bebidas carbonatadas. Ejercicios de Kegel: Fortalecen los músculos del suelo pélvico para mejorar el control de la vejiga. Medicamentos: Existen tratamientos farmacológicos para controlar los síntomas de la vejiga hiperactiva. os anticolinérgicos ( oxibutinina , solifenacina ) y los agonistas beta-3 ( mirabegrón ), ayudan a relajar la vejiga y a reducir las contracciones involuntarias, lo que disminuye la urgencia y la frecuencia urinaria. Tratamiento de la causa subyacente: Tratar infecciones o controlar enfermedades crónicas como la diabetes. Cirugía: En casos más severos, se puede considerar la cirugía para reparar el soporte pélvico. Diagnóstico El diagnóstico incluye: Historia clínica y examen físico: Se evalúan tus síntomas y la salud general. Pruebas de laboratorio: Análisis de sangre y orina para descartar infecciones u otras afecciones. Estudios de imagen: Como la ecografía, para evaluar la vejiga y el tracto urinario. Pruebas urodinámicas: Un examen más detallado del funcionamiento de la vejiga y la uretra.
Hiperplasia prostática benigna (en hombres) Es un crecimiento benigno (no canceroso) de las células de la próstata, una glándula que produce el semen, ubicada justo debajo de la vejiga. A medida que los hombres envejecen, esta glándula puede aumentar de tamaño. Causas y Factores de Riesgo Edad: Es el factor de riesgo más importante; la HBP es muy común en hombres mayores. Cambios hormonales: Se cree que los cambios en las hormonas masculinas, como la testosterona , influyen en el crecimiento prostático. Antecedentes familiares: Tener historial familiar de problemas prostáticos puede aumentar el riesgo. Obesidad y diabetes: Estas condiciones crónicas pueden aumentar la probabilidad de desarrollar HBP. Síntomas Los síntomas se relacionan con la presión que la próstata agrandada ejerce sobre la uretra y la vejiga: Necesidad frecuente o urgente de orinar, incluso por la noche ( nicturia ). Dificultad para iniciar la micción o un flujo de orina débil, lento o que se interrumpe. Sensación de no poder vaciar completamente la vejiga. Goteo al final de la micción. Incontinencia urinaria. Diagnóstico El diagnóstico suele implicar: Examen físico: Incluye un tacto rectal para evaluar el tamaño y consistencia de la próstata. Análisis de orina: Para detectar infecciones u otros problemas. Pruebas de imagen: Una ecografía puede determinar el tamaño de la próstata y evaluar la vejiga.
Prevención Aunque no se puede prevenir la HBP, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo y mejorar la salud general: Dieta saludable: Consumir frutas, verduras y alimentos ricos en antioxidantes. Actividad física: Mantener un peso saludable y hacer ejercicio regularmente. Limitar alcohol y cafeína: Reducir el consumo de estas sustancias. Controlar enfermedades crónicas: Manejar adecuadamente la diabetes y la hipertensión. Tratamiento y Complicaciones Tratamiento: Si los síntomas son leves, a veces no se necesita tratamiento. Si los síntomas son severos, se pueden usar medicamentos como: - Tamsulosina: relaja los músculos de la próstata y la vejiga, facilitando la micción. Dosis recomendada: 0.4 mg/día. Alfuzosina: similar a la tamsulosina, ayuda a relajar los músculos de la próstata. Dosis recomendada: 10 mg/día.. Doxazosina : también relaja los músculos de la próstata y la vejiga. Dosis recomendada: 1-8 mg/día. Silodosina: es otro alfabloqueante que ayuda a mejorar los síntomas urinarios. Dosis recomendada: 8 mg/día También realizar procedimientos mínimamente invasivos o cirugía. Complicaciones: Ignorar la HBP puede llevar a: Bloqueo urinario repentino. Infecciones de las vías urinarias ( ITU ). Cálculos vesicales y renales. Daño renal.
Cáncer renal Crecimiento descontrolado de células que forman tumores en los riñones. Síntomas: Sangre en la orina, dolor de espalda, pérdida de peso, cansancio. Tratamiento: Cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia biológica. Factores de riesgo: Tabaquismo, sobrepeso, presión alta, ciertas condiciones genéticas. Diagnóstico: Exámenes de orina, análisis de sangre y estudios de imagen (ecografía, TAC). Prevención: No fumar, mantener un peso saludable y controlar la presión arterial. Causas: Fumar, obesidad, presión arterial alta, exposición a químicos como el tricloroetileno.
Riesgos de Complicaciones Ambos tipos de cáncer pueden llevar a complicaciones graves como la metástasis (propagación del cáncer a otras partes del cuerpo), insuficiencia renal (en el caso de los cánceres renales avanzados) y complicaciones relacionadas con los tratamientos, afectando la calidad de vida del paciente. Causas: Fumar, exposición a sustancias químicas de pintura y tintes, infecciones crónicas, ciertos medicamentos de quimioterapia. Síntomas: Sangre en la orina (el síntoma más común), micción frecuente, dolor al orinar. CÁNCER DE VEJIGA Factores de riesgo: Tabaquismo (factor más importante), exposición laboral a químicos, antecedentes familiares, edad, género masculino y raza blanca . Diagnóstico : Pruebas de orina, análisis de sangre, cistoscopia (mirar dentro de la vejiga con un tubo con cámara). Prevención : No fumar y evitar la exposición a sustancias químicas que puedan causar este cáncer. Tratamiento : Cirugía, radioterapia, quimioterapia o inmunoterapia (terapia biológica). Crecimiento descontrolado de células en las paredes de la vejiga.
GENITALES FEMENINAS : ENDOMETRIOSIS La endometriosis ocurre cuando el tejido que normalmente reviste el interior del útero, llamado endometrio, crece fuera de él. Este tejido puede implantarse en otros órganos pélvicos, como los ovarios, las trompas de Falopio, o incluso en la superficie exterior del útero. Como cualquier tejido endometrial, este se inflama y sangra durante el ciclo menstrual, pero al estar fuera del útero, la sangre no tiene salida, causando inflamación, dolor y formación de adherencias. Causas No hay una causa única conocida, pero se sugieren teorías como: Menstruación retrógrada: Parte del flujo menstrual que contiene células endometriales retrocede a través de las trompas de Falopio y se implanta en los órganos pélvicos. Problemas en el sistema linfático o sanguíneo: El tejido endometrial podría transportarse por los vasos sanguíneos o el sistema linfático a otras partes del cuerpo. Predisposición genética: Tener antecedentes familiares de endometriosis aumenta el riesgo. Síntomas Los síntomas pueden variar en intensidad y ubicación, pero los más comunes son: Dolor menstrual (dismenorrea) : A menudo es más intenso de lo normal y puede empeorar con el tiempo. Dolor pélvico crónico : Dolor en la pelvis que puede ser constante. Dolor durante o después de las relaciones sexuales (dispareunia) . Dolor al orinar o defecar . Períodos menstruales abundantes o sangrado entre períodos . Infertilidad . Fatiga y falta de energía
Prevención Actualmente no existe una forma segura de prevenir la endometriosis. Tratamiento No hay cura, pero los tratamientos buscan aliviar los síntomas: Medicamentos: Analgésicos (como antiinflamatorios no esteroideos) para el dolor. I buprofeno, naproxeno, progestinas que ayudan a reducir el crecimiento del tejido endometrial. Terapia hormonal: Suprime el crecimiento del tejido endometrial. Cirugía: Se usa para extirpar los implantes de endometriosis (escisión) o para quemarlos (ablación). Factores de Riesgo Ciertos factores pueden aumentar la probabilidad de desarrollar endometriosis: No haber tenido hijos. Comenzar la menstruación a una edad temprana. Menopausia a una edad avanzada. Tener ciclos menstruales cortos, abundantes o que duran más de siete días. Tener familiares con endometriosis. Exposición prolongada a altos niveles de estrógeno . Diagnóstico Evaluación clínica: Se basa en la historia médica y la exploración física. Pruebas de imagen: Una ecografía puede ayudar a detectar endometriomas (quistes en los ovarios), pero no siempre es suficiente. Laparoscopia: Es el método más preciso para confirmar el diagnóstico, ya que permite una visualización directa de los implantes de endometriosis y la toma de una biopsia. Riesgos de Complicaciones La endometriosis puede llevar a complicaciones, especialmente si se ignora o no se trata: Infertilidad: Puede ser una causa común de dificultad para concebir Dolor crónico pélvico Complicacion es en el embarazo . Formación de quistes (endometriomas) C cáncer de ovario
Miomas uterinos Son tumores benignos (no cancerosos) que se desarrollan en el útero, compuestos por una proliferación celular de la capa muscular. A menudo son asintomáticos y se detectan durante una revisión ginecológica. Causas y factores de riesgo Factores hormonales: Las hormonas estrógeno y progesterona parecen estimular su crecimiento. Factores genéticos: Existe una predisposición familiar que aumenta el riesgo. Edad: Son más comunes en mujeres en edad reproductiva, especialmente entre los 40 y 60 años. Origen racial: Son más frecuentes en mujeres de origen africano. Obesidad y dieta: La obesidad y una dieta rica en carne roja, alcohol y cafeína pueden aumentar el riesgo. Menopausia tardía y menarquia precoz: Pueden estar asociadas a un mayor riesgo. Síntomas Sangrado uterino anormal: Es el síntoma más frecuente, manifestándose como sangrado menstrual abundante ( menorragia ) o sangrado entre periodos. Dolor: Puede haber dolor pélvico durante el periodo ( dismenorrea ) o dolor durante las relaciones sexuales ( dispareunia ). Síntomas por compresión: Crecimiento del abdomen, necesidad de orinar con frecuencia, o estreñimiento, debidos a la presión de los miomas en otros órganos. Infertilidad: Pueden dificultar la implantación del embrión.
Diagnóstico Ecografía transvaginal o abdominal: Es el método más fiable para visualizar los miomas y determinar su tamaño y ubicación. Examen ginecológico: Un tacto vaginal puede ayudar a detectar miomas grandes. Prevención Estilo de vida saludable: Mantener un peso adecuado, llevar una dieta balanceada y hacer ejercicio regularmente puede ayudar a reducir el riesgo. tratamiento Medicamentos Para aliviar los síntomas e inflamación : naproxeno y ibuprofeno. Medicamentos para controlar el sangrado: progestágenos como medroxi progesterona, levonorgestrel Procedimientos mínimamente invasivos: Embolización: Se bloquea el flujo sanguíneo a los miomas. Histeroscopia : Se introduce una cámara para visualizar y extirpar el mioma. Cirugía: Para extirpar los miomas (miomectomía) o, en casos severos, el útero ( histerectomía ). Riesgos y complicaciones Anemia : La pérdida excesiva de sangre durante la menstruación puede causar anemia, una disminución de los glóbulos rojos. Dificultad para la concepción o el embarazo: Los miomas pueden interferir con la fertilidad. Complicaciones durante el embarazo: Aunque no es la norma, puede haber complicaciones.
Enfermedad inflamatoria pélvica La EIP es una infección e inflamación de los órganos pélvicos femeninos, que incluye el útero, los ovarios y las trompas de Falopio. Causas Infecciones de transmisión sexual (ITS): Es la causa más frecuente. Las bacterias de la clamidia (C. trachomatis) y la gonorrea (N. gonorrhoeae) pueden ascender desde el cuello uterino y causar la infección. Otras bacterias: También puede ser causada por otras bacterias no relacionadas con las ITS, como las asociadas a la vaginosis bacteriana. Factores de riesgo Tener una ITS Tener una pareja sexual con una ITS Tener más de una pareja sexual Tener relaciones sexuales a una edad temprana Antecedentes de EIP Síntomas Dolor pélvico o abdominal Sangrado entre periodos o después de la relación sexual Flujo vaginal inusual, a menudo amarillento o verdoso Dolor al orinar Fiebre Náuseas y vómitos Dolor durante las relaciones sexuales.
Diagnóstico El diagnóstico se basa en una combinación de: Examen físico: Se busca dolor al palpar el útero y los ovarios, así como secreción cervical purulenta. Pruebas de laboratorio: Se pueden realizar análisis de orina y de secreciones cervicales para detectar la presencia de bacterias (clamidia, gonorrea). Pruebas de imagen: En algunos casos, se puede usar una ecografía o una laparoscopia para evaluar los órganos pélvicos. Prevención Sexo seguro : Usa preservativos cada vez que tengas relaciones sexuales para protegerte de las ITS. Detección de ITS: Hazte pruebas de ITS de forma regular, especialmente si tienes varios compañeros sexuales. Evita las duchas vaginales: Las duchas vaginales alteran el equilibrio natural de las bacterias en la vagina, lo que puede aumentar el riesgo de EIP. Higiene: Límpiate de adelante hacia atrás después de ir al baño para evitar la propagación de bacterias . Tratamiento Antibióticos: El tratamiento principal para la EIP es un curso de antibióticos que ayudan a y tratar infecciones bacterianas ceftriaxona, doxiciclina, metronidazol azitromicina y levofloxacino Tratamiento de la pareja: Es crucial que tu(s) pareja(s) sexual(es) también reciban tratamiento para evitar la reinfección. Riesgos de complicaciones Si la EIP no se trata a tiempo, puede causar complicaciones graves y duraderas: infe rtilidad Dolor pélvico crónico Embarazo ectópico. impacto emocional y psicológico mayor riesgo de recurrencia
CÁNCER DE ÚTERO Es un tumor maligno que se forma en el endometrio, que es el tejido que recubre el interior del útero. El útero es un órgano muscular hueco donde se desarrolla un feto durante el embarazo. CAUSAS Aunque no siempre se conoce la causa exacta, el cáncer de endometrio está relacionado con desbalances hormonales, especialmente la exposición prolongada a la hormona estrógeno sin suficiente progesterona. Síntomas Sangrado vaginal anormal: Este es el síntoma más común, incluyendo sangrado entre períodos, manchado o sangrado después de la menopausia. Dolor pélvico: Puede manifestarse como dolor en el abdomen bajo o calambres pélvicos. Flujo vaginal inusual: Puede haber un flujo vaginal anormal. Otros síntomas: A veces pueden aparecer síntomas menos comunes como orinar con frecuencia o dolor durante las relaciones sexuales. Factores de riesgo Edad: El riesgo aumenta con la edad, siendo más común después de los 50 años. Obesidad: El sobrepeso o la obesidad son factores de riesgo importantes. Factores hormonales: Uso de terapia hormonal sin oposición de progestágenos, o exposición prolongada a estrógenos sin embarazo. Trastornos genéticos: El síndrome de Lynch (cáncer colorrectal hereditario no polipósico) es un factor de riesgo. Diabetes: Las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo. Antecedentes de cáncer: Cáncer de mama o de ovario.
Tratamiento El tratamiento depende de la etapa y la salud de la paciente e incluye: Cirugía: Para extirpar el útero y, a veces, los ovarios y trompas de Falopio. Radioterapia: Uso de rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas. Quimioterapia: Uso de fármacos para destruir las células cancerosas. Histerectomía radical Inmunoterapia Diagnóstico El diagnóstico puede incluir: Examen pélvico: Para buscar masas o irregularidades. Biopsia de endometrio: Se toma una pequeña muestra de tejido del revestimiento uterino para examinarla en el microscopio y detectar células cancerosas. Ecografía: Puede ayudar a evaluar el grosor del endometrio. Riesgos y complicaciones Progresión y metástasis: En etapas avanzadas, el cáncer puede extenderse a otros órganos. Hiperplasia endometrial: Es una condición precursora que puede evolucionar a cáncer. Complicaciones por el tratamiento: Como cualquier tratamiento oncológico, la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia pueden tener efectos secundarios y complicaciones . Prevención Mantener un peso saludable: Perder peso si se tiene sobrepeso u obesidad reduce el riesgo. Dieta equilibrada: Consumir una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales. Ejercicio regular: La actividad física regular ayuda a reducir el riesgo. Control de la terapia hormonal: Hablar con el médico sobre los riesgos y beneficios de la terapia de reemplazo hormonal.
Cáncer de ovario Es un grupo de cánceres que se originan en los ovarios, las trompas de Falopio o el peritoneo. Los ovarios son dos órganos en la pelvis, uno a cada lado del útero, que producen óvulos y hormonas femeninas. Síntomas Los síntomas pueden ser sutiles, pero los más comunes incluyen: Hinchazón abdominal o distensión. Dolor abdominal o pélvico. Sensación de llenura rápida al comer. Necesidad frecuente o urgente de orinar. Fatiga persistente. Cambios en el hábito intestinal (estreñimiento o diarrea). Sangrado o secreción vaginal anormal. Diagnóstico El diagnóstico puede implicar: Examen pélvico: Una evaluación ginecológica para detectar anomalías. Pruebas de imagen: Ecografía, resonancia magnética (RMN) y tomografía computarizada (TC). Análisis de sangre: Para detectar biomarcadores. Exploraciones adicionales: Se utilizan para determinar la extensión del tumor y si se ha diseminado. Causas y Factores de Riesgo La causa exacta es desconocida, pero los factores de riesgo incluyen: Edad: El riesgo aumenta con la edad, siendo más común en mujeres mayores. Genética: Mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2 pueden aumentar el riesgo de cáncer de ovario y de mama. Antecedentes familiares: Tener familiares con cáncer de mama u ovarios aumenta el riesgo. Nuliparidad: Tener menos hijos y dar a luz más tarde en la vida incrementa el riesgo. Terapia de reemplazo hormonal: La terapia con estrógeno solamente puede aumentar el riesgo. Endometriosis: Se asocia con algunos tipos de cáncer de ovario.
Prevención No existe una forma segura de prevenir el cáncer de ovario, pero algunas medidas pueden reducir el riesgo: Anticonceptivos orales : Tomar la píldora puede disminuir el riesgo, especialmente con un uso prolongado. Amamantamiento : Amamantar puede reducir el riesgo. Cirugía: La extirpación de las trompas de Falopio puede reducir el riesgo. Control ginecológico: Los controles regulares pueden ayudar a la detección temprana. Ligadura de trompas puede reducir el riesgo de cáncer de ovario Histerectomía ( extirpación del útero) Estilos de vida saludable Historia familiar Riesgos de complicaciones en patologías Los riesgos y complicaciones dependen del estadio y el tipo de cáncer. Estadio temprano: Cuando el tumor está confinado al ovario, el pronóstico es bueno. Enfermedad avanzada : Si el cáncer se ha diseminado (estadios III y IV), el pronóstico empeora significativamente. Tratamiento Las opciones de tratamiento varían y dependen de la extensión de la enfermedad: Cirugía: Se utiliza para extirpar el tumor. Terapias sistémicas: Incluyen quimioterapia, inmunoterapia y terapia dirigidas. Radioterapia: Puede ser usada en algunos casos .
Cáncer de cuello uterino Es un tipo de cáncer que se origina en el cuello uterino, la parte más estrecha y baja del útero que conecta el útero con la vagina. Las células del cuello uterino comienzan a multiplicarse sin control, pudiendo volverse cancerosas y diseminarse a otras partes del cuerpo. Causas Infección por VPH: La causa principal es una infección persistente por ciertos tipos de VPH de alto riesgo, como los tipos 16 y 18. Otras causas/factores: Tabaquismo. Un sistema inmunitario debilitado. Uso prolongado de anticonceptivos orales (píldoras). Exposición a dietilestilbestrol (DES) durante el embarazo (en la madre). Síntomas Los síntomas a menudo no aparecen en los estadios iniciales. Si aparecen, pueden incluir: Sangrado vaginal anormal, como entre períodos o después de tener relaciones sexuales. Secreción vaginal acuosa, con mal olor o que contiene sangre. Dolor pélvico o dolor durante las relaciones sexuales. Factores de riesgo Infección por el VPH. Comenzar a tener relaciones sexuales a una edad temprana. Tener múltiples parejas sexuales. Tener un sistema inmunitario debilitado. Tabaquismo.
Diagnóstico Prueba de Papanicolaou (citología): Se examinan las células del cuello uterino para detectar cambios anormales. Prueba del VPH: Detecta la presencia del virus. Biopsia: Si las pruebas de cribado son anormales, se extirpa una muestra de tejido para un análisis más detallado. Colposcopia Ecografía transvaginal Resonancia magnética Tratamiento Cirugía: Extirpación del tejido anormal o del cuello uterino. Radioterapia: Uso de radiación para destruir las células cancerosas. Quimioterapia: Uso de medicamentos para destruir las células cancerosas Histerectomía: extirpación del útero, cuello uterino, trompas de Falopio. Prevención Vacunación contra el VPH: La vacunación es una de las formas más importantes de prevenir la infección por VPH. P ruebas de detección regulares: Las pruebas de Papanicolaou y VPH detectan cambios precancerosos, lo que permite un tratamiento temprano. Prácticas sexuales seguras: El uso de preservativos puede reducir el riesgo de VPH, aunque no lo elimina por completo. Evitar el tabaquismo: Dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino. Dieta saludable Riesgos de complicaciones Si no se trata, el cáncer de cuello uterino puede diseminarse a otras partes de la pelvis y el cuerpo, lo que lleva a complicaciones más graves. Las complicaciones pueden incluir problemas renales por el bloqueo de los uréteres o dolor severo, según la extensión del tumor.
Infecciones de transmisión sexual (ITS) Las ITS, también conocidas como enfermedades de transmisión sexual (ETS), son infecciones que se transmiten entre personas a través de contacto sexual (vaginal, anal u oral) o por contacto íntimo. Los agentes que las causan pueden ser bacterias, virus o parásitos. síntomas No todas las ITS presentan síntomas, y estos varían según la infección. Los síntomas comunes incluyen: Llagas o protuberancias en los genitales, boca o ano. Dolor o ardor al orinar. Secreción anormal del pene o la vagina. Flujo vaginal con mal olor. Sangrado vaginal inusual. Dolor abdominal bajo. Fiebre y dolor de cabeza. Dolor o inflamación de los ganglios linfáticos. Causas Agentes infecciosos : Bacterias (como en la clamidia y la gonorrea), virus (como el VIH y el VPH) y parásitos (como los que causan la tricomoniasis). Vías de transmisión : Contacto sexual sin protección, contacto con sangre, a través de agujas compartidas y, en algunos casos, de madre a hijo durante el embarazo o el parto. Factores de Riesgo Tener relaciones sexuales sin protección. Nuevas parejas sexuales o múltiples parejas sexuales. Consumo de alcohol u otras drogas, que puede llevar a comportamientos de riesgo. Viajes a zonas con alta prevalencia de ITS.
Tratamiento Antibióticos: Las ITS bacterianas y parasitarias, como la clamidia y la gonorrea, generalmente se curan con antibióticos. Azitromicina, doxiciclina(clamidia) Ceftriaxona, azitromicina, ciprofloxacino (gonorrea) Penicilina G benzatínica ( sífilis) Metronidazol, tinidazol (tricomoniasis) Medicamentos antivirales: Las ITS virales, como el VIH y el herpes, no tienen cura, pero los medicamentos antivirales pueden ayudar a controlar los síntomas y reducir el riesgo de transmisión. Duración del tratamiento: Es crucial seguir las indicaciones médicas para completar el tratamiento y abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que se considere seguro. Diagnóstico Análisis y exámenes : Un profesional de la salud puede recomendar pruebas específicas para detectar la ITS, que incluyen análisis de sangre, orina o hisopados. Examen físico y antecedentes : La historia clínica y el examen físico son útiles para el diagnóstico diferencial. Prevención Uso de condones: El uso correcto y constante de condones (masculinos o femeninos) reduce significativamente el riesgo de transmisión. Monogamia: Tener una relación mutuamente monógama con una pareja que ha sido probada y no está infectada es una forma efectiva de prevención. Pruebas regulares: Realizarse pruebas de ITS de forma regular, especialmente si se tienen múltiples parejas sexuales. Vacunación: Algunas ITS, como las causadas por el VPH, se pueden prevenir con vacunas. Riesgos de Complicaciones Las ITS no tratadas pueden llevar a complicaciones graves y crónicas, que incluyen: Infertilidad : Las infecciones como la clamidia y la gonorrea pueden causar infertilidad tanto en hombres como en mujeres.
Genitales masculinas Prostatitis La prostatitis es una inflamación de la glándula prostática, una pequeña glándula en la zona pélvica masculina que rodea la uretra. Causas Infecciosas: Puede ser causada por infecciones bacterianas, a menudo de la vejiga, que pueden ser agudas (de aparición súbita) o crónicas (recurrentes). No infecciosas: En muchos casos, especialmente en la prostatitis crónica, no se identifica una causa bacteriana. Irritación: La irritación de la próstata debido a procedimientos urinarios, como el sondaje o biopsias, puede desencadenarla. Factores neuromusculares: Se sospechan disfunciones neuromusculares o reflujo urinario. Respuesta inmune: A veces se relaciona con reacciones inmunes exageradas tras una infección previa. Síntomas Urinarios: Dolor o ardor al orinar, necesidad frecuente de orinar, orina de color fétido o dificultad para iniciar la micción. Pélvicos y genitales: Dolor en la ingle, la zona pélvica o los genitales, y dolor durante la eyaculación. Sexuales: Disfunción eréctil, disminución del deseo sexual, o presencia de sangre en el semen (hematospermia ). Factores de riesgo Edad: Es común en adultos jóvenes y de mediana edad. Infecciones previas: Haber tenido una infección del tracto urinario o una prostatitis previa. Procedimientos médicos: Uso de catéteres urinarios o haberse sometido a una biopsia de próstata. Inmunosupresión: Condiciones como el VIH pueden aumentar la susceptibilidad. Tensión muscular: Tensión en los músculos del suelo pélvico puede ser un factor.
Diagnóstico Análisis de orina y semen: Para detectar infecciones o sangre. Examen físico: Un tacto rectal para examinar la próstata. Pruebas adicionales: En algunos casos, pueden requerirse análisis de sangre o estudios de imagen. Tratamiento Antibióticos: Para la prostatitis bacteriana, ya sea aguda o crónica. (ej. ciprofloxacino, levofloxacino, doxiciclina): Son la base del tratamiento para la prostatitis bacteriana, ya sea aguda o crónica, para eliminar la infección. Medicamentos antiinflamatorios: (ej. ibuprofeno): Para reducir la inflamación. Bloqueantes alfa: Para aliviar los síntomas urinarios. (ej. tamsulosina): Ayudan a relajar los músculos de la vejiga y la próstata para aliviar los síntomas urinarios. Analgésicos: Medicamentos para controlar el dolor. (ej. ibuprofeno, paracetamol): Se usan para controlar el dolor y la inflamación. Fisioterapia: Fisioterapia del suelo pélvico y baños de asiento pueden ayudar. reducir los espasmos del suelo pélvico. Antidepresivos y ansiolíticos: En la prostatitis crónica no infecciosa, ciertos antidepresivos (como la amitriptilina) o ansiolíticos pueden usarse para aliviar el dolor crónico y el estrés. Prevención Buena higiene: Mantener una higiene genital adecuada puede reducir el riesgo de infecciones. Hidratación: Orinar con frecuencia ayuda a eliminar bacterias de la vejiga. Actividad sexual segura: Usar preservativos puede prevenir infecciones de transmisión sexual que contribuyen a la prostatitis. Evitar irritantes: Limitar el consumo de alcohol, cafeína y alimentos picantes. Estilo de vida saludable: Una dieta equilibrada, descanso adecuado y ejercicio regular fortalecen el sistema inmune. Evitar lesiones: Minimizar los traumatismos en la zona pélvica.
Es un tipo de cáncer que se origina en la próstata, una glándula del sistema reproductor masculino. Causas y Factores de Riesgo Edad: El riesgo aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años. Antecedentes Familiares: Tener familiares con cáncer de próstata incrementa el riesgo. Origen: Es más frecuente y puede ser más agresivo en hombres de raza negra. Genética: Mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2 pueden aumentar el riesgo. Dieta y Tabaquismo: Se ha sugerido una posible asociación con dietas altas en grasas, aunque no hay consenso. Síntomas: Dificultad para iniciar la micción o un flujo de orina débil e interrumpido. Necesidad de orinar con frecuencia, sobre todo por la noche. Sangre en la orina o el semen. Dolor en la espalda, caderas o pelvis Diagnóstico: Se utilizan pruebas como el examen de sangre del antígeno prostático específico (PSA) y el tacto rectal para detectar la enfermedad en sus etapas iniciales. Prevención: No hay una prevención definitiva, pero mantener un estilo de vida saludable, como una dieta equilibrada y ejercicio, puede ser beneficioso. Tratamiento: Depende de la etapa del cáncer e incluye la vigilancia activa, cirugía (prostatectomía), radioterapia, y en casos más avanzados, hormonoterapia. CÁNCER DE PRÓSTATA
Cáncer de Testicular Es el crecimiento de células cancerosas en los testículos . Causas y Factores de Riesgo: Criptorquidia: Un testículo que no descendió de la ingle durante el desarrollo es el factor de riesgo más común. Antecedentes Familiares: Un historial familiar de cáncer testicular puede aumentar el riesgo. Prevención No hay medidas preventivas específicas, pero la autoexploración regular puede ayudar a la detección temprana . Síntomas Bulto o hinchazón en uno de los testículos. Cambios de tamaño o forma del testículo. Diagnóstico: Se realiza mediante un examen físico, análisis de sangre y pruebas de imagen como ecografías. Tratamiento: La cirugía para extirpar el testículo (orquiectomía) es el tratamiento principal, a menudo combinado con quimioterapia o radioterapia, dependiendo del tipo y la diseminación del cáncer. Riesgos y complicaciones Testículo El cáncer testicular que no se trata puede diseminarse a otras partes del cuerpo, lo que complica el tratamiento y empeora el pronóstico.
Varicocele Es una afección en la que las venas del escroto se dilatan y retuercen, similar a un varicocele en las piernas. Generalmente afecta el lado izquierdo del escroto . Causas Fallo de las válvulas: Las válvulas dentro de las venas no funcionan correctamente, impidiendo el drenaje adecuado de la sangre, lo que provoca su acumulación. Compresión de la vena renal: En algunos casos, la vena renal izquierda puede ser comprimida entre la aorta abdominal y la arteria mesentérica superior (el "efecto cascanueces"), lo que aumenta la presión en la vena espermática y provoca el varicocele. Debilidad de los tejidos: La debilidad de los tejidos vasculares y conectivos puede contribuir a su desarrollo. Síntomas Domarles leves: Puede sentirse como un dolor sordo o pesadez en el testículo, que empeora al estar de pie o después de un esfuerzo físico prolongado. Hinchazón testicular: Puede haber una hinchazón visible en el escroto. Atrofia testicular : En casos crónicos, el testículo afectado puede disminuir su tamaño. Infertilidad: La infertilidad es una de las principales complicaciones, ya que el varicocele puede afectar la producción y calidad de los espermatozoides. Factores de riesgo Edad: Es más común en hombres jóvenes, especialmente durante la pubertad. Esfuerzo físico: Actividades que implican esfuerzos abdominales intensos pueden agravar el varicocele. Historial familiar: La predisposición genética puede jugar un papel.
Diagnóstico Examen físico : El médico puede palpar las venas dilatadas en el escroto. Ecografía Doppler testicular: Esta prueba de imagen ayuda a confirmar la presencia del varicocele, evaluar su gravedad y su ubicación. Tratamiento : Tratamiento conservador : Si no hay síntomas significativos ni problemas de fertilidad, no se necesita tratamiento. Se pueden usar analgésicos (paracetamol, ibuprofeno)y compresas frías para aliviar el dolor. Cirugía (Varicocelectomía): Se realiza para ligar las venas dilatadas y redirigir el flujo sanguíneo. Las técnicas incluyen la microscópica o la laparoscópica. Embolización: Un procedimiento menos invasivo donde se obstruye la vena varicosa para reducir la hinchazón. Prevención: No hay métodos específicos para prevenir el varicocele, ya que a menudo está relacionado con la anatomía y la genética. Riesgos y complicaciones Infertilidad: Es la complicación más importante, ya que puede disminuir la producción de espermatozoides y la fertilidad. Bajos niveles de testosterona: El varicocele puede afectar la producción de testosterona, lo que podría llevar a disminución de la masa muscular, densidad ósea y baja libido. Atrofia testicular: El testículo puede encogerse debido a la alteración en el flujo sanguíneo.
Epididimitis Es la inflamación del epidídimo, un tubo enrollado detrás de cada testículo que almacena y madura los espermatozoides. Causas Infecciones bacterianas: Son la causa más común, especialmente por clamidia y gonorrea en hombres jóvenes y activos sexualmente. En hombres mayores, o en casos no de transmisión sexual, pueden ser causadas por bacterias como E. coli. Otras causas: Incluyen orina retrocediendo hacia el epidídimo (por traumatismos, obstrucciones o anomalías urinarias), procedimientos médicos como el uso de sondas, o como parte de una infección de próstata o de vejiga. Síntomas Dolor, sensibilidad e hinchazón en el escroto, que puede irradiarse hacia la ingle. Dificultad o dolor al orinar. Malestar general y fiebre. Enrojecimiento de la piel del escroto . Factores de riesgo Ser un hombre joven, con mayor frecuencia entre los 19 y 35 años. Tener múltiples parejas sexuales o no usar protección. Tener una infección de próstata, vejiga o vías urinarias. Antecedentes de procedimientos urológicos, como la inserción de catéteres o cirugía de próstata. Anomalías anatómicas en el tracto urinario.
Diagnóstico Examen físico: Se evaluará la inflamación, el dolor y el enrojecimiento. Análisis de orina: Para detectar pus, sangre e identificar la bacteria. Pruebas de ITS: Se toman muestras de uretra o sangre para detectar gonorrea, clamidia y otras infecciones. Ecografía escrotal: Una imagen que ayuda a descartar otras condiciones graves, como la torsión testicular. Riesgos de complicaciones Absceso: Acumulación de pus en el epidídimo. Epididimoorquitis: Infección y daño también en el testículo. Esterilidad: Si la infección es bilateral y causa fibrosis que bloquea los conductos de los espermatozoides. Sepsis: Una complicación grave en la que la infección se general. Prevención Usar condones para protegerse de las infecciones de transmisión sexual. Vacunarse contra las bacterias que pueden causar infecciones (por ejemplo, el virus del papiloma humano). Tratar las infecciones de vejiga o próstata a tiempo. Tratamiento Antibióticos: Para tratar la infección bacteriana subyacente. (ciprofloxacino, levofloxacino, doxiciclina, azitromicina, ceftriaxona ) Analgésicos y antiinflamatorios: Para aliviar el dolor y la inflamación (ibuprofeno, paracetamol, naproxeno, corticosteroides). Reposo en cama: Reducir la actividad física. Aplicar frío: Bolsas de hielo o compresas frías en el escroto para aliviar la inflamación. Soporte escrotal: Elevar el escroto puede ayudar a aliviar el dolor.
Disfunción eréctil Es la incapacidad recurrente de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme para tener relaciones sexuales satisfactorias. A menudo, se asocia con problemas en los vasos sanguíneos o los nervios que controlan la erección. Causas Problemas físicos: Enfermedades crónicas : diabetes, enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos (aterosclerosis), hipertensión. Factores de estilo de vida: obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, sedentarismo. Condiciones neurológicas: esclerosis múltiple, lesiones de la médula espinal. Trastornos hormonales: bajos niveles de testosterona. Efectos de cirugía o radioterapia: especialmente en la próstata o la pelvis. Enfermedades del pene: como la enfermedad de Peyronie. Problemas psicológicos: Estrés, ansiedad y depresión. Problemas de relación o autoestima. Factores de riesgo Ser mayor de 50 años. Tener enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas e hipertensión. Obesidad. Fumar o consumir drogas. Falta de actividad física. Los síntomas de disfunción eréctil incluyen: Sólo en ocasiones es posible conseguir una erección antes de la relación sexual. Ser capaz de conseguir una erección antes de la relación sexual pero no poder mantenerla durante la misma. Incapacidad total para lograr una erección. Requiere mucha estimulación para mantener una erección.
Diagnóstico Requiere una evaluación por un profesional de la salud. H istorial médico y examen físico: Para identificar condiciones subyacentes. Evaluación psicológica: Para descartar o identificar factores emocionales. Análisis de sangre: Para verificar niveles hormonales y de azúcar. Estudios específicos: Si se sospecha un problema vascular o neurológico. Tratamiento El tratamiento depende de la causa. Cambios en el estilo de vida: Dieta saludable, ejercicio y abandono de hábitos nocivos. Terapia: Psicoterapia individual o de pareja para abordar los factores psicológicos. Medicamentos: Fármacos para mejorar el flujo sanguíneo al pene. Sildefanil (viagra) aumenta el flujo sanguíneo al pene durante la estimulación sexual. Tadalafil (cialis) similar al sildefanil, pero su efecto puede durar hasta 36 horas Dispositivos y otras terapias: Incluye el uso de bombas de vacío o implantes peneanos en casos más severos. Riesgos de complicaciones La disfunción eréctil puede tener un impacto significativo en la salud psicosocial, la calidad de vida y las relaciones. Es fundamental consultar a un médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados . Prevención Mantener un peso saludable: Perder peso puede mejorar la función vascular. Hacer ejercicio regularmente: Mejora la circulación sanguínea. No fumar y moderar el alcohol: Evitar hábitos que afectan los vasos sanguíneos. Controlar enfermedades crónicas: Manejar adecuadamente la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto. Manejar el estrés: Practicar técnicas de relajación o buscar apoyo psicológico.