Aspectos clínicos
•El cuadro clínico dependerá de características propias del huésped, tales como especie, edad
y estado inmunológico, y de la especie parasitaria involucrada y dosis infectiva.
En el huésped inmunocompetente tras una semana de incubación, se presenta un cuadro de
diarrea acuosa y/o voluminosa con moco, sin sangre ni leucocitos. Puede acompañarse de
malestar abdominal, anorexia, náuseas, pérdida de peso, vómitos, aumento de la
temperatura corporal, fatiga. Se han reportado inclusive infecciones asintomáticas 10. La
duración del cuadro clínico es de 9 a 15 días, y la eliminación de ooquistes, la cual suele ser
intermitente, puede persistir aún en etapa de convalecencia.
En el inmunocomprometido, sobre todo en pacientes HIV-SIDA, ocasiona cuadros severos.
Las manifestaciones clínicas dependerán del recuento de linfocitos CD4+/mm3. Cuando este
número es superior a 200/mm3, la infección se autolimita; si presenta entre 50 y 100
células/mm3, puede cronificarse e inclusive extenderse a nivel
extraintestinal, y cuando el número es inferior a 50, el curso de la enfermedad es fulminante.
La forma intestinal se manifiesta con diarrea profusa y voluminosa, fiebre, pérdida de peso y
vómitos1. Pueden presentarse formas clínicas infrecuentes de cryptosporidiosis gástrica,
esofágica, biliar, pancreática, respiratoria y en oído medio1.
La sintomatología de la infección por Cryptosporidium puede variar según la especie
involucrada en la infección. C. parvum suele ocasionar síntomas limitados al tracto
gastrointestinal, a diferencia de C. hominis, que además se asocia a manifestaciones extrai
ntestinales tales como dolor articular, cefalea recurrente, debilidad y fatiga1.